Bizkaibus cambia de rumbo: menos kilómetros en la capital para crear una red más equitativa, flexible y sostenible

Durante décadas, el transporte público de Bizkaia se organizó como un sistema radial, donde casi todo confluía hacia la capital. Esa lógica está cambiando. Bizkaibus ha iniciado una transformación profunda que prioriza la eficiencia, la sostenibilidad y, sobre todo, la equidad territorial. Un nuevo modelo donde cada kilómetro cuenta, no solo en términos de movilidad, sino también de cohesión social.

“Cada kilómetro que reducimos en Bilbao es un kilómetro que ganamos para las comarcas”, sintetiza la diputada foral de Transportes, Movilidad Turismo, Sonia Pérez. No es solo una frase: es el eje de la reorganización que se está poniendo en marcha. La mitad de las líneas del sistema terminan hoy en Bilbao, saturando sus arterias principales y acumulando más de 2.500 expediciones diarias. La solución no pasa por sumar más autobuses, sino por pensar de otra manera.

La nueva estrategia reduce más de 2.620 kilómetros al día dentro de la capital —más de 700.000 al año— a través de una reordenación de cabeceras que concentrará el servicio en cuatro puntos intermodales. El ahorro económico y medioambiental se reinvertirá en reforzar el transporte en zonas con menor cobertura, donde cada expedición tiene un impacto directo en la vida cotidiana de quienes la esperan.

Una red que conecta realidades, no solo destinos

El cambio de paradigma no se limita a mover rutas. Implica repensar cómo y para quién se diseña el sistema. Por eso se están activando nuevas líneas troncales desde cabeceras comarcales como Derio, Zalla, Markina o Amorebieta, pensadas para facilitar la intermodalidad y reducir los tiempos de viaje sin necesidad de pasar siempre por Bilbao.

Al mismo tiempo, el sistema incorpora progresivamente transporte a la demanda, un formato flexible y eficiente que ya se ha probado con éxito en otras regiones europeas. El piloto arranca en Busturialdea antes del verano, con microbuses, horarios adaptados, más paradas y cobertura también en fines de semana. Le seguirán Arratia, Karrantza, Lea Artibai, Munguialdea y Durangaldea.

Pero no todo es cuestión de formato. También es clave quién se conecta y con qué servicios. Por eso Bizkaibus reforzará las rutas que comunican las comarcas con los hospitales de Cruces, Galdakao y Urduliz, así como con el campus de la UPV en Leioa, puntos clave en la movilidad cotidiana que requieren frecuencias estables, horarios extendidos y conexiones directas.

Tecnología, seguridad y experiencia de viaje

La transformación es también tecnológica. El sistema renovará el 41% de su flota hasta 2027, incluyendo 21 autobuses eléctricos, y pondrá en marcha un nuevo SAE (Sistema de Ayuda a la Explotación) que mejorará la seguridad a bordo, el seguimiento de rutas, la información al viajero y el mantenimiento.

En paralelo, se desarrollará un Puesto de Mando Unificado desde el que se controlarán todas las cámaras embarcadas y se coordinarán incidentes con cuerpos policiales. Una respuesta estructural a la creciente preocupación por la seguridad en el transporte público, que se complementa con nuevas mamparas, formación para el personal y campañas de concienciación.

Todo ello se acompaña de una apuesta firme por la accesibilidad: marquesinas adaptadas, información en lectura fácil, incorporación de tecnologías como Navilens o Svisual, y un plan director específico para garantizar que el sistema sea verdaderamente universal.

Escuchar antes de decidir

A partir de septiembre, Bizkaibus abrirá un proceso participativo con ayuntamientos y mancomunidades para recoger de forma estructurada las necesidades de movilidad de cada zona. Un ejercicio de escucha que servirá para validar la nueva red, identificar vacíos y establecer estándares comunes de servicio en todo el territorio.

Porque la movilidad pública ya no es solo una cuestión de trayectos. Es una herramienta de justicia territorial, de acceso a derechos, de sostenibilidad. Y Bizkaibus quiere ser parte activa de ese cambio.