Euskadi notifica 579 casos de COVID-19 y Urkullu habla de un contexto de “extrema gravedad”

El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha notificado este miércoles 579 nuevos positivos en COVID-19, el peor dato desde el puente de la Constitución y de la Inmaculada, aunque la positividad ha caído desde más del 7% al 5,8% tras una jornada en la que se realizaron 10.042 pruebas PCR o de antígenos. 304 eran vizcaínos, 210 guipuzcoanos, 60 alaveses y cinco o de otras comunidades autónomas o sin residencia conocida. En las últimas 24 horas 48 personas ingresaron en los hospitales vascos y 71 siguen en estado crítico en la UCI. Al ser festivo, Euskadi no ha actualizado ni las tasas de incidencia ni otros datos clave para el seguimiento de la pandemia. Tampoco se han publicado los datos de fallecidos que se suelen aportar solamente una vez por semana.

La valoración de los números y del contexto global de repunte de los casos de coronavirus la ha puesto el lehendakari, Iñigo Urkullu, con un largo mensaje en sus redes sociales difundido en plena noche de los Reyes Magos. “La evolución epidemiológica es negativa y preocupante”, ha escrito Urkullu, que ha calificado la situación de “extrema gravedad”. El lehendakari asume que las celebraciones navideñas han podido ser una situación de “máximo riesgo” y que pueden “acelerar” la cadena de contagios, cuyo efecto podría hacerse sentir “a lo largo de todo este mes de enero tal y como ha comenzado a suceder en muchos países”. Sin embargo, Euskadi flexibilizó algunas restricciones de cara a la Navidad, principalmente en Nochebuena, cuando se autorizaron reuniones de hasta diez personas y se abrió una ventana para viajar fuera de la comunidad autónoma.

La tendencia negativa, en palabras de Urkullu, es una “realidad objetiva” y “no permite ningún tipo de relajación”. Este lunes el comité técnico que asesora a la mesa de crisis de la emergencia sanitaria (Labi, en sus siglas en euskara) no propuso nuevas medidas, a diferencia de lo que está ocurrido en Extremadura o Catalunya, así como en muchos países de Europa. Sin embargo, Urkullu remarca que la vigilancia de los datos es permanente y que tanto este viernes como el lunes 11 de enero habrá nuevas reuniones de evaluación de los indicadores. En todo caso, a falta de restricciones el lehendakari insiste en pedir “compromiso cívico”, ahora para un fin de semana que habitualmente llena los comercios por el inicio de la temporada de rebajas.

Aunque no da pistas de qué puede ocurrir en Euskadi en los próximos días o semanas, Urkullu insiste en que buscará todas las fórmulas para “evitar el confinamiento domiciliario” al que ya han vuelto en algunos países o promueve la vecina Castilla y León, así como la “suspensión de todas las actividades”. Defiende el toque de queda y los confinamientos perimetrales. Sobre las hostelería, indica que “nadie” la “responsabiliza” del cambio de tendencia -se reabrió el 12 de diciembre salvo en los pueblos con tasas altas de transmisión- y añade que “puede” mantener “parte de su actividad”.

Sobre las vacunas, el lehendakari afirma que Euskadi se halla en el “inicio” del proceso y reitera que siempre reservará el 50% de las dosis de que dispone para garantizar el doble pinchazo a los primeros en vacunarse, mayores de residencias, donde han muerto casi un millar de personas en la pandemia. Y concluye: “La vacuna no resuelve el problema. No nos debemos relajar. La mejor vacuna es la máxima prevención y autoprotección. Todas las medidas siguen en vigor y el compromiso colectivo se debe mantener: respeto a los aforos, ventilación, uso de mascarilla y distanciamiento interpersonal en todas las actividades”.