Euskadi prevé movilizar 2.600 millones de euros de inversión en los sectores de la gastronomía y la alimentación siguiendo la misma estrategia que se aplica a otros sectores industriales: la colaboración público-privada. De hecho, de este montante de inversión, 650 millones serán públicos -130 millones anuales- y se estima que el resto, 1.950 millones, corresponderán a inversión privada inducida, con la misma regla que se aplican en otros planes estratégicos que está lanzando el Ejecutivo: por cada euro de inversión pública, confiar en movilizar tres de inversión privada.
Estos planes de inversión están recogidos en el Plan Estratégico de Gastronomía y Alimentación de Euskadi 2030 (PEGA 2030), que han presentado este lunes el lehendakari Imanol Pradales y la consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca, Amaia Barredo, ante representantes de más de un centenar y medio de empresas de la cadena de valor de la alimentación de Euskadi. El lehendakari ha recordado que ante el “contexto de incertidumbre global y de grandes transformaciones” es necesario “repensar cómo se producen, distribuyen y consumen alimentos” y hacerlo “de forma sostenible, y sin perder rentabilidad y competitividad”.
En total el plan estratégico contiene diez proyectos base que se articulan en torno a cuatro grandes ejes: rentabilidad, competitividad, sostenibilidad y catalizadores de crecimiento. Entre ellos, destacan diferentes programas para incidir en ámbitos como el entorno normativo y financiero, la transformación digital e industria 4.0, el marketing avanzado y relanzamiento de la cadena alimentaria, la innovación tecnológica y desarrollo de producto, la expansión internacional del Euskadi gastronómico, la descarbonización y economía circular del sector, la consolidación y cooperación empresarial alimentaria, atracción, desarrollo y relevo generacional de talento, resiliencia de suministro y gestión de riesgos, e infraestructuras compartidas y 'hubs' de innovación. Proyectos que se conciben como “oportunidades de colaboración a nivel de país”, con la participación activa de empresas tractoras, pymes, centros tecnológicos y agentes del sector, y que se regirán por planes de negocio y exigencia de resultados.
Se desarrollará bajo un modelo de gobernanza público-privada, integrando todos los agentes del ecosistema agroalimentario: productores, empresas, asociaciones, centros tecnológicos, universidades y administraciones. Con ello, se pretende responder a retos como la transformación del consumo, el cambio demográfico, la digitalización, la transición hacia modelos sostenibles y competencia global. El plan apuesta por la concentración empresarial,para ganar dimensión, la simplificación administrativa, la mejora de la competitividad, el fortalecimiento de las marcas vascas, la atracción de talento, el impulso al relevo generacional y el fomento de la I+D+i, junto a la creación de una ventanilla única sectorial.
La estructura de coordinación contará con un Comité de Seguimiento mixto y una Oficina de Gestión Técnica a cargo de Hazi, El documento ha sido elaborado con la colaboración de AZTI y la participación de centenares de profesionales y empresas del sector. Tras su presentación, se abre un proceso de socialización con agentes sociales, económicos y empresariales para enriquecer el plan y dar forma a los diferentes proyectos estratégicos.
Durante su intervención el lehendakari ha recordado que se trata de un sector que es indispensable en la economía vasca, y ha remarcado que “es nuestra responsabilidad aunar esfuerzos para consolidar la cadena de valor de la alimentación y la gastronomía, que cuenta con 133.000 puestos de trabajo en su totalidad. Representa el 10% de nuestro Producto Interior Bruto”, ha señalado. “Este proyecto se basa en un doble reconocimiento. Por un lado, el de todo lo que nos aporta este sector: empleo, riqueza, proyección exterior, gestión medioambiental, equilibrio territorial, paisaje, identidad o cultura. Por otro, de las personas y agentes que hacen posible esta aportación: baserritarras, empresas, industria, gastronomía y ecosistema de investigación”.
Por otra parte, Pradales ha subrayado que si “Europa apuesta realmente por su seguridad alimentaria, debe impulsar decididamente el sector agroalimentario con una PAC reforzada y descentralizada. Sería un grave error limitar los sus recursos o sacrificar el principio de subsidiariedad”. Ha destacado el lehendakari que el plan se basa también en “un modelo de país, que subraya el equilibrio territorial o la activación de nuevos instrumentos de colaboración público-privada que ya estamos aplicando en otros ámbitos como la industria”, con un impulso decidido a la “desburocratización y a la simplificación, y apoyándose en nuestras ventajas competitivas, que son indudables”. Entre estas ventajas ha destacado la reputación internacional de la gastronomía vasca, el ecosistema científico y tecnológico, la “pujanza de un sector que ha crecido un 30% los últimos cuatro años”, o la “calidad de nuestros productos”.
Por su parte, la consejera Amaia Barredo ha destacado que el sector agrupa 2.400 empresas activas, dejado el primer sector al margen, “que combinan tradición y vanguardia” y donde están, ganando cada vez más peso las “pymes innovadoras” y ha destacado que las exportaciones han aumentado más de un 10% con 942 millones en 2024. “La gastronomía y la alimentación son mucho más que economía: son parte de lo que somos, de cómo vivimos y de cómo queremos construir el futuro”, ha indicado la consejera Amaia Barredo.