El PNV rompe con el PSE-EE en el Parlamento y se apoya en EH Bildu para tramitar una reforma sobre el euskera

Iker Rioja Andueza

Vitoria —
2 de octubre de 2025 13:14 h

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El Parlamento Vasco carece de la emoción del Congreso por vivir, desde 2020, instalado en la mayoría absoluta. Sin embargo, todo ha cambiado este jueves. El PNV ha tenido que apoyarse en la principal fuerza de la oposición, EH Bildu, para iniciar en la Cámara la tramitación de su proposición de ley para retocar la normativa de empleo público de 2022 y blindar la “seguridad jurídica” de las exigencias de euskera en convocatorias municipales. Es una respuesta a la cascada de sentencias judiciales que están admitiendo recursos por supuestos excesos en ese ámbito. Por primera vez en la legislatura, el PSE-EE, la otra pata del Gobierno de coalición de Imanol Pradales, se ha desmarcado expresamente de sus socios.

A cambio, el PNV ha posibilitado también con una abstención que otra propuesta de EH Bildu sobre la misma materia -aunque mucho más extensa- sea igualmente tramitada. Esto ocurre en contra del criterio emitido por el propio Ejecutivo, que la rechazaba. La vicelehendakari y responsable de Política Lingüística, Ibone Bengoetxea, no ha asistido al arranque de la sesión al celebrarse al mismo tiempo un evento internacional en el museo Balenciaga. Sí estaba el vicelehendakari segundo, el socialista Mikel Torres.

La de este jueves constituye la mayor brecha en el bipartito desde que Imanol Pradales es lehendakari. PNV y PSE-EE han discrepado abiertamente y mantienen tensiones en temas variados (autogobierno, política migratoria, alta velocidad o vivienda, entre otros), pero esas diferencias no habían llevado al punto de que el PNV se haya apoyado en EH Bildu para intentar sacar adelante una iniciativa rechazada expresamente por sus socios y que habían intentado negociar sin éxito durante meses. Ahora se creará una ponencia parlamentaria que tramitará ambas iniciativas y volverán a producirse nuevos hitos en los próximos meses que evidenciarán la distancia entre nacionalistas y socialistas en materia lingüística, sin que el resultado del debate esté definido.

El anterior desmarque se había producido en 2022, cuando el PSE-EE no se sumó a una iniciativa sobre el Sáhara y Marruecos y el PNV votó con otros grupos de la oposición. En legislaturas anteriores, sí habían mantenido posturas diferentes sobre la reforma del Estatuto, pero formaban parte de un capítulo de “discrepancias pactadas” de otros acuerdos de coalición que ya no se contemplan ahora. En otros ámbitos institucionales también ha habido desmarques recientes. La pasada semana, por ejemplo, el PNV apoyó una iniciativa del PP contra el centro de refugiados que el Estado proyecta en Vitoria.

El origen de estas propuestas de reforma son las sentencias judiciales que se han ido conociendo y que han ido anulando normativas de impulso al euskera o convocatorias concretas de acceso a puestos en instituciones locales, forales o autonómicas. PNV y EH Bildu llevan meses coincidiendo en que hay una “ofensiva” contra el euskera y, de hecho, sus alcaldes han realizado varias protestas conjuntas de la mano de otras entidades en defensa de la lengua vasca.

En el seno del Gobierno, nacionalistas y socialistas trataron de encontrar un punto de encuentro en la reforma demandada por el PNV para dar “seguridad jurídica” a las instituciones locales en sus convocatorias. Pero esa mesa fracasó en primavera. Ya antes del verano, en algo que contraviene el acuerdo de coalición, el PNV registró en solitario la iniciativa ahora admitida a trámite. Pero lo hizo cuando ya EH Bildu tenía lista una ley más amplia y detallada para dar la vuelta a la política lingüística. Resumidamente, busca que ambas lenguas oficiales sean siempre requeridas para garantizar el todo momento una atención bilingüe. Insiste en que es el modelo existente en Galicia, Catalunya o Baleares, por ejemplo. También considera la coalición, como ha apuntado Pello Otxandiano en el debate, que el PSC catalán defiende este tipo de posiciones y que el PSE-EE se acerca más a los postulados de PP y Vox en otras comunidades autónomas.

“La fotografía de hoy no es bonita”, ha resumido Pau Blasi, portavoz socialista en la materia, que ha tenido una muy dura intervención contra el PNV desde la tribuna. Entre sus argumentos, ha manifestado que se rompen los consensos lingüísticos existentes en Euskadi, que no se logra la pretendida “seguridad jurídica” y que sus socios han realizado un trabajo “chapucero”. Ha avisado de otros precedentes “fallidos”, como la anulación de parte de la Ley Municipal en lo tocante a priorizar la lengua vasca, y que los socialistas no participaron en ella.

Markel Olano, dirigente del PNV y promotor de la reforma legal, ha pedido al PSE-EE que sea “honesto” en sus posiciones. Y ha insistido en que, si en un organismo público hay “erdaldunes y euskaldunes” mezclados, al final acaba imponiéndose el castellano. Ha recalcado que el ajuste que plantean, en realidad un único artículo, ha recibido el visto bueno de un grupo de juristas. Y ha insistido en que no se puede no hacer nada ante una situación de “minorización” del idioma. Olano se ha quedado con la idea de que sigue habiendo motivos para pensar que habrá consensos de cara a la aprobación definitiva de la ley.

Para Otxandiano, líder de la oposición, es una “cosa positiva” el resultado de este debate. Es “lo normal” en un país con dinámicas políticas que siguen ser “normales”, a su juicio. Sin embargo, ha admitido la situación “curiosa” de lo sucedido en el Parlamento, con dos debates paralelos sobre la misma materia. Ha avisado también de que no es posible trazar una línea entre vascoparlantes y no vascoparlantes porque “los derechos lingüísticos son derechos fundamentales, derechos humanos, y no pueden jerarquizarse”. Sus hijas, por ejemplo, todavía no son atendidas en todo momento en euskera en Osakidetza, según ha contado.

PP, Sumar y Vox, como el PSE-EE, se han opuesto a ambas iniciativas. Desde la bancada del PP, Santiago López Céspedes ha ironizado con la frase de Pradales que tanto juego político ha dado por la malintrepetación de Isabel Díaz Ayuso -la apelación a la “Euskadi euskaldun”- y ha asegurado que hay también una “Euskadi erdaldun” que libremente opta por el castellano. Ha replicado también a Olano que el euskera no está en ninguna “encrucijada” porque la única es la que se ha metido el PNV al “romper” con su socio y “abrazar” a EH Bildu.

Desde Sumar, Jon Hernández ha pedido “rigor” en este debate y ha negado que haya una “ofensiva” judicial desde la “euskarafobia”. Ha puesto en valor expresamente algunos recursos de su sindicato, CCOO, muy criticado desde ámbitos euskaltzales. Ha recordado que esos fallos responden a la defensa de derechos laborales. Vox ha visto en el debate una “pinza” a los socialistas “en toda regla”.

elDiario.es/Euskadi

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