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Apostasía colectiva feminista en Extremadura  

"La revolución será feminista o no será \ Foto: Marta Borraz

María José Rodríguez

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El colectivo Salamandras Sincréticas ha lanzado una propuesta de apostasía colectiva feminista en Extremadura, para que las mujeres que quieran mostrar su rechazo a la Iglesia, visibilizar su liberación “de las cadenas eclesiásticas” y dejar de figurar como católicas en los archivos, se den cita el próximo lunes en el arzobispado de Badajoz.

Una convocatoria dirigida a las mujeres que quieran sumarse a hacer pública y formal su renuncia a una fe religiosa que no profesan y con la que no se identifican, impidiendo así además que la Institución cobre impuestos a costa de ellas.

Una actuación, cuyo propósito también es restar privilegios y evitar que la institución siga “utilizando” a las mujeres que han sido bautizadas pero no se identifican con su estructura patriarcal, según explican desde el colectivo anarcofeminista.

Pretenden mostrar una oposición colectiva hacia “su cultura andrócéntrica, su moral machista y prácticas sexistas”, como indican en la convocatoria difundida en las redes sociales.

“Inquina” contra la mujer

Salamandras Sincréticas trasladan a este diario que es una acción organizada tanto por razones ideológicas como personales. “Ideológicamente no creemos en Dios ni tampoco en la Iglesia”, una organización tradicionalmente “detestable” e “hipermachista”, insisten.

Precisamente se trata de una acción comunitaria con un toque feminista porque el catolicismo “ha hecho daño” a mujeres y hombres, pero con “más inquina ha machacado a la mujer” a lo largo de la historia, recuerdan.

Sostienen que es una convocatoria que se enmarca en la lucha feminista con el objeto de dejar de contabilizar y de beneficiar al Vaticano. Apostatar es “muy importante” para que la institución deje de recibir impuestos en nombre de las mujeres, y dejar de figurar en las estadísticas como católica.

Documentación

No se trata de un acto simbólico, sino de una apostasía real, que han estado difundiendo a través de redes y de colectivos feministas desde este verano para que se contara con tiempo suficiente para hacerse con la cédula de bautismo, que junto al carné de identidad es la única documentación que se necesita aportar presencialmente en el arzobispado.

Respecto a la fecha, desde Salamandras Sincréticas precisan que es el día que les ha citado el notario del obispado, un día laborable, que “dificulta” a las trabajadoras, aunque esperan que sean “muchas” las que acudan el lunes a Badajoz, puesto que están recibiendo apoyo de diferentes colectivos.

Recuerdan también que pese a contar con los documentos indicados no se puede delegar en nadie, pero quien no pueda asistir el día 22 a la apostasía colectiva puede ponerse en contacto con el colectivo para obtener más información y realizar los trámites oportunos con el objeto de borrarse de los archivos eclesiásticos.

Advierten que a la hora de obtener certificado de bautismo hay compañeras que han tenido que pagar a las parroquias hasta 10 euros para obtenerlo, pese a que la Iglesia “no debería cobrar” nada, como ha ocurrido en otros casos.

Para concluir hacen un llamamiento a todas las mujeres que quieran participar a acudir el próximo lunes provistas con DNI y partida de bautismo, con el fin de formalizar la baja como católica y desaparecer de las bases de datos, estadísticas y ficheros eclesiásticos, puesto que la Iglesia supone “uno de los mayores obstáculos para la libertad de las mujeres”.

“España se considera un país es más o menos católico en función de los bautismos”, recuerdan.

Desciende el número de católicos

Al respecto, según datos publicados este año por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el número de españoles que se consideran católicos ha descendido en el último año en 1,3% , mientras que en el mismo periodo ha aumentado en el mismo porcentaje el número de ateos.

Además, el mismo estudio indica que del 68,5% de personas encuestadas que se declaran católicas, sólo el 14,4% de ellas son practicantes, mientras el 26,4% de la población se define como no creyente o atea.

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