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El Ayuntamiento de Almendralejo y el tercer franquismo

Daniel Hierro, activista y diputado de Podemos

Los historiadores han definido el segundo franquismo como el periodo que va desde 1959 hasta la muerte del Dictador en 1975. Se caracteriza por el importante cambio dado por el Régimen tanto en los responsables de los principales ministerios como en el cambio de rumbo político que ello trajo.

La incorporación al gobierno de los llamados tecnócratas condujo la economía hacia un modelo plenamente capitalista, abandonando definitivamente los intentos de establecer un régimen autárquico, mientras que inauguraba unas tímidas políticas sociales basadas en el asistencialismo y la humillante caridad para tratar de ablandar la creciente oposición al mismo. Para la oposición continuó la misma receta: represión. Por lo tanto podemos decir que dicho periodo estuvo marcado por el liberalismo en lo económico, el asistencialismo en lo social y la represión en lo político.

Hoy el Ayuntamiento de Almendralejo gobernado por el PP repite el esquema en su esqueleto ideológico y práctico del llamado segundo franquismo. Para que nadie me acuse de demagogia expondré algunos datos. Hablamos de liberalismo en lo económico, ya que toda la retórica del PP para intentar ganar votos se asienta en la supuesta recuperación económica y el descenso del nivel del paro -a costa de la pérdida absoluta de derechos laborales-. A ello habrían contribuido las privatizaciones que ha llevado a cabo su gobierno. Sin embargo, en Almendralejo esto es claramente falso, como han demostrado los datos publicados la pasada semana que demuestran que nuestra ciudad cuenta hoy con tan solo 9.683 personas dentro de la población activa frente a los 10.598 que figuraban el año 2010.

Pese a este descenso, la cifra de parados registrados es de 4.714, prácticamente los mismos que en 2010, lo que significa que al menos mil hombres y mujeres han tenido que emigrar a otros lugares para encontrar un trabajo con el que sobrevivir o han dejado de inscribirse en el Sexpe ante la falta de expectativas laborales. No obstante, las privatizaciones si han tenido efectos: el número de personas que trabajan en estos servicios (limpieza, parques y jardines, etc) es mucho menor y además las y los trabajadores no entran por orden de prioridad social sino bajo los criterios de cualquier empresa privada.

La crisis económica se ha dejado sentir con especial fuerza en la localidad, ya que la construcción suponía el gran motor de la economía local. Los ayuntamientos, como institución más cercana a la ciudadanía han sido claves a la hora de afrontar la consecuencias del paro masivo y los problemas de subsistencia consecuentes. No ha sido así en Almendralejo, donde en consonancia con las teorías capitalistas seguidas por el consistorio municipal las políticas sociales que se han desarrollados con fondos propios han sido prácticamente inexistentes, siendo uno de los ayuntamientos en los que menos se invierte en servicios sociales en relación al número de habitantes, hasta el punto de conseguir ser nombrado “Ayuntamiento con corazón de piedra” por la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales por su nula sensibilidad hacia los problemas económicos -que derivan en todo tipo de problemas- de esa gran parte de la población empobrecida a causa de una crisis de la que de ninguna forma es responsable.

En cambio, este gobierno dedica decenas de miles de euros a financiar asociaciones ultracatólicas como “Almendralejo despierta” o la “Asociación provida” que se dedican a ejercer la caridad al tiempo que adoctrinan a quienes la reciben en los valores del nacionalcatolicismo franquista.

Pero en esta situación sí hay quienes salen ganando y son reconocidos. Mientras a Jesús Díaz, un joven almendralejense -que tuvo que emigrar a Lisboa a trabajar después de años buscando un trabajo más estable que el de las campañas de aceituna que pudo hacer mientras residía aquí-, se le multa con 600 euros -maldita Ley Mordaza- por intentar sacar una pancarta en el pleno pidiendo trabajo digno. Ciertas empresas cercanas al PP de la localidad hacen negocios con espectáculos deportivos de toda índole en los que el Ayuntamiento, con el dinero de todos sus ciudadanos, financia medios y recursos pero no recauda un euro de los mismos.

Finalmente, también las políticas culturales huelen a alcanfor y dictadura, mientras se llama populista y radical a quien pide una vida digna para la mayoría de la sociedad que sufre estas políticas excluyentes, se invierten miles de euros en colocar un monolito a la Legión y realizar un bochornoso homenaje a su fundador y uno de los sanguinarios militares responsables de la dictadura franquista: MillánAstray.

Suculentos negocios para algunos, caridad para la mayoría y desprecio y represión para los opositores, ese es el saldo de 5 años de gobierno del PP; los tres pilares del segundo franquismo y los tres del tercer franquismo almendralejense. Hasta el momento ha sabido jugar sus cartas para ganar las elecciones y mantenerse en el poder, pero no tenga dudas el señor Lobato y su equipo de gobierno, como bien dice Manuel Cañada: “lenta, pero viene, la rebelión de los inocentes”.

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