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Crecen las agresiones por LGTBI-fobia en la región, de 8 a 11, aunque las víctimas denuncian menos

Foto de archivo de la celebración del orgullo LGTBI en Mérida

Jesús Conde

En cuestión de diversidad sexual parece que el avance legislativo no tiene por qué ir de la mano del social. Han crecido las agresiones hacia las personas gais, lesbianas, bisexuales o trans en Extremadura, aunque las víctimas denuncian menos.

En 2017 Fundación Triangulo recibió el aviso de 8 agresiones, de las que se denunciaron cinco. En cambio en 2018 han sido once las agresiones, y las denuncias interpuestas sólo cinco. La mayoría de ellas se han producido en la provincia de Cáceres, una situación que preocupa a Triángulo.

Emiliano Hernández, de Fundación Triángulo, no piensa que se está produciendo un retroceso, aunque sí destaca que los datos avalan la necesidad de seguir trabajando y hacer incidencia en políticas LGTBI que visibilicen la realidad de las personas diversas.

Advierte que las agresiones son tan solo de la punta del iceberg. La LGTBI-fobia sigue estando presente, aunque a veces se invisibiliaza o pasa desapercibida. Las reacciones de odio o rechazo se producen en las calles de nuestros pueblos y ciudades, en los centros de trabajo o en las aulas.

Las alarmas saltan ante una agresión, la mayoría de las ocasiones física. Pero hay otras muchas formas de violencia, que pueden ser mucho más dura y más duradera.

El miedo a denunciar

Las víctimas se ‘empoderan’ cada vez más de su realidad y son capaces de dar el paso y denunciar. No obstante resulta una situación compleja. Muchas de ellas sienten miedo a la hora de interponer una denuncia por LGTBI-fobia ante la posibilidad de que no se llegue a entender desde las autoridades competentes.

Dar el paso puede implicar también 'salir del armario', visibilizar cuál es su verdadera orientación sexual. Es un proceso para el que no todo el mundo está preparado, o no quiere dar.

Un proceso de reeducación

Frente a los esquemas homofóbos, basados en el odio por razón de orientación sexual o expresión de género no normativa, resulta necesario un proceso de reeducación del conjunto de la sociedad que permita seguir avanzando para aceptar la diversidad.

“Hasta que no se trabajen las agresiones seguirán continuando, y hay otras muchas de las que no tendremos conocimiento por ser invisibles”.

Desde Triángulo Emiliano Hernández aboga también por la implicación de las administraciones públicas, para que llegue a la sociedad en su conjunto, con políticas de intervención y de sensibilización. A su juicio es necesario que la diversidad esté incluida en todos los aspectos para acabar con la fobia a lo diverso.

Acompañamiento a las víctimas

Fundación Triángulo y el Servicio Plural del colectivo atiende a las personas LGTBI y las acompaña en todo momento a las víctimas. Les ofrece asesoramiento legal si fuera necesario, también en los casos en que decidan interponer algún tipo de denuncia. Estas agresiones están teniendo una respuesta judicial y se están celebrando juicios, algo que les anima a seguir.

Destacan que están ahí para acompañarles en todos aquellos aspectos en los que sea necesario. “Estamos hablando también de un acompañamiento psicosocial. Tienen la colaboración de psicólogos. Lo que le intentamos transmitir es que está luchando por sus derechos y que tienen un respaldo que le acompaña”.

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