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La Roca de la Sierra, un pueblo por donde la Navidad solo pasará de puntillas

Estado de las calles de La Roca de la Sierra tras el desbordamiento de la Ribera de la Troya

Inmaculada Franco

21 de diciembre de 2022 14:53 h

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La Navidad solo pasará de puntillas por la Roca de la Sierra, se han suspendido todas las actividades festivas y tan solo se ha dejado la Cabalgata de Reyes para, al menos, llevar la alegría a los más pequeños de este pueblo que, el pasado martes, 13 de diciembre, con el paso de la borrasca Efrain, sufrió las mayores inundaciones que recuerdan los mayores del lugar.

Las labores de limpieza de agua y lodo de calles, viviendas y otras instalaciones ya están prácticamente finalizadas, y comienza el recuento de daños para la tramitación administrativa de las ayudas que se solicitarán al Gobierno central, cuyo plazo finaliza el próximo 13 de enero, así como para la reclamación a las distintas compañías aseguradoras.

El agua arrasó más de 140 viviendas, de las que entre 60 y 80 lo han perdido todo, muebles, enseres, alimentos, ropa… “se han quedado sin nada”, ha afirmado este miércoles en declaraciones a este diario el teniente de alcalde de la localidad, que fue alcalde de este municipio durante 20 años, Alfonso González.

Fue como un tsunami, “yo me encontraba achicando agua del interior de mi vivienda, que alcanzaba unos 10 o 15 centímetros, y en cuestión de 5 minutos el nivel alcanzó los 50 centímetros, y en muchas viviendas entre 1,5 y 1,8 metros”.

En otras ocasiones la Ribera de Troya también se había desbordado algo, entrando el agua en las viviendas que están por debajo del nivel de ésta hasta alcanzar unos 2 centímetros, pero nada que ver con lo que ocurrió el pasado 13 de diciembre, “la causa, a mi entender, que no soy técnico, fue el derrumbamiento de la carretera que une Badajoz con Cáceres, que en otras ocasiones ha actuado de dique de contención”.

El hundimiento de la carretera, en su opinión, hizo que, en cuestión de minutos, una gran avenida de agua anegara las calles y las viviendas de la Roca de la Sierra, un pueblo de 1.500 habitantes, equidistante a unos 40 kilómetros de Cáceres y Badajoz.

Lo que se ha vivido ha sido muy traumático, indica González, al tiempo que destaca la solidaridad del pueblo y de los voluntarios que se han volcado con los que se han quedado sin nada.

“Aquí todos tenemos hermanos, cuñados, primos… y con ellos se han alojado las familias afectadas, y a quienes no tienen familiares se les han cedido las casas rurales y las segundas viviendas que muchos vecinos tienen desocupadas en estos momentos”.

Ahora que la situación está prácticamente estabilizada es “cuando estamos empezando a hacer la valoración de los daños, porque antes lo importante eran las personas, no los números”. Pero hay mucho que arreglar, de hecho, no se puede pasar de un lado a otro del pueblo, porque la ribera lo atraviesa.

También está el enorme socavón en la N-523 a la altura de la Roca, tras hundirse el firme de la carretera, que impide la circulación por esta vía que une Cáceres con Badajoz, por la que diariamente pasan entre 5.000 y 6.000 vehículos.

Igualmente, el agua se llevó por delante una pasarela metálica de gran envergadura, y ha dañado el puente romano, sobre el que ha prohibido la circulación de vehículos.

Durante estos días de recuperación de la normalidad en La Roca de la Sierra, el ayuntamiento ha estado facilitando comida, e incluso, llevándola a los domicilios de los afectados, así como a los trabajadores que han estado implicados en las labores de limpieza, que han estado haciendo jornadas de 12 y 14 horas.

A tres días de la Nochebuena, el ambiente es desolador, de mucho desánimo, pero “este es un pueblo solidario al cien por cien, los vecinos se están portando como verdaderos campeones, ayudándose los unos a los otros, y tengo la completa seguridad de que a nadie le va a faltar nada estas navidades, porque estamos intentando que nadie se quede fuera de lo que son estas fechas tan señaladas, independientemente de la situación personal por la que estén pasando”.

Sobre la solidaridad de los vecinos, también se ha manifestado Luis Leo, el propietario de un restaurante de la localidad que, en declaraciones a este diario, ha destacado que “en el pueblo todo el mundo está ayudando”, en estos momentos que se están viviendo de “gran tristeza”. La vida quiere continuar en este pueblo, pero lo está haciendo “muy despacio”, señala.

Estas navidades no serán como se esperaban en la Roca de la Sierra, pero, con seguridad, todos sentirán haber recibido un regalo con el que no contaban, el calor y la ayuda desinteresada de sus vecinos.

 

 

 

 

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