El Carnaval de Ánimas en Villar del Pedroso estrena su interés regional

El Carnaval de Ánimas del municipio cacereño de Villar del Pedroso, en la zona de la Jara-Villuercas, considerado uno de los carnavales más longevos de España con raíces en el siglo XVII, estrena este año el título de Fiesta de Interés Turístico Regional conseguido en octubre pasado.

Se trata de un carnaval que desarrolla actos de gran vistosidad y originalidad, como el baile de Serengue, las misas de ánimas y el baile de soldadesca; éste último representa el origen militar del festejo.

Va desde el domingo 27, 'de Gallos', al de piñata 6 de marzo, con actos especiales los días 27, 28, 1 y 2, y luego el domingo 6.

Desde el consistorio han destacado que el Carnaval de Ánimas “se hace gracias a la participación de todo un pueblo”.

Se trata, han recalcado, de un carnaval paritario, pues participan hombres y mujeres en el mismo número; abierto a cualquier ciudadano, sea o no vecino; y también es intergeneracional, ya que permite la convivencia de menores y mayores.

“Ver esas filas de sargentos y sargentas desfilando, hacen de nuestro carnaval un festejo muy vistoso”, ha apuntado el alcalde de la localidad, Óscar Fernández, quien ha recordado que, debido a la pandemia de covid, el carnaval todavía no había estrenado la vitola de Fiesta de Interés Turístico Regional.

Según la leyenda, un general se encomendó a las ánimas para ganar una batalla y prometió dedicar una fiesta si ganaba. Surgió así un carnaval en el que la soldadesca tiene un papel muy destacado a través de batallas, procesiones, desfiles y otras tradiciones.

Es un festejo singular, que funde tradición religiosa y militar, “conviviendo actos devocionales con paganos”. Tocar de tambores militares, pan de anís.

Además, es una fiesta de contrastes, pues el luto convive con el colorido de los trajes y las coplas ‘picantes’ del baile del Serengue.

Durante esos días Villar del Pedroso regresará al siglo XVII.

A lo largo de esos días, personajes como el general y la generala, el teniente y la teniente, el sargento y la sargenta, con sus vistosos trajes, que en las mujeres cambian de color a diario, adquieren un especial protagonismo.