¿“Los que más tienen” cobran 1.000 euros?
“Que pague más quien más tiene”. Este precepto, reivindicado históricamente desde las posiciones políticas de izquierda, es dialécticamente utilizado también por la derecha política desde hace tiempo para justificar medidas como el fin del sistema de préstamo de libros de texto o el nuevo sistema de repago de los comedores escolares. Esta expresión salió de nuevo a colación hace pocos días en una respuesta del Gobierno gallego a una pregunta escrita formulada en el Parlamento por el portavoz del BNG en materia educativa, Cosme Pombo. El parlamentario preguntaba, precisamente, por el “impacto que va a tener para las familias afectadas” la subida de precios en los comedores y el “nuevo copago” en dicho servicio. El departamento que dirige Jesús Vázquez respondió incluyendo, implícitamente, a una amplísima capa de la población en el saco de “los que más tienen”.
En su respuesta, la Consellería viene a decir que, lejos de provocar perjuicios a las familias del alumnado, optó por establecer “un sistema de comedores más solidario y justo”, a través del cual “los que más tienen contribuyen a blindar a gratuidad para las familias más desfavorecidas”. Pero, ¿quiénes son “los que más tienen” para la Xunta? Según las nuevas normas que rigen los comedores escolares, solo quedan libres de pago las familias con unos ingresos anuales per capita inferiores a 7.000 euros anuales, un perfil en el que entraría, por ejemplo, una pareja con un hijo o hija que no pase de los 583 euros al mes en total.
A partir de aquí, atendiendo al criterio oficial, empezarían a estar “los que más tienen”, definición que también afecta, por ejemplo, a una unidad familiar constituida por dos personas adultas y una o dos en edad escolar. Si los adultos cobran más de 1.125 euros al mes cada uno, tienen que hacer frente a una factura del comedor escolar de unos 90 euros al mes por alumno, toda vez que están incluidos en la banda alta del nuevo baremo, situada en los 4,50 euros por menú y día, con independencia de que los hijos o hijas empleen o no el transporte escolar
El debate de los impuestos
El concepto de las personas “que más tienen” no era empleado de manera tan laxa por el Gobierno desde el debate presupuestario del pasado año, el mismo que está a punto de volver a comenzar. En aquel momento, con Galicia inmersa en la vorágine preelectoral o electoral, Alberto Núñez Feijóo rechazaba que los que son considerados de los “que más tienen”, pero por ingresar más de 100.000 euros al año, pagaran más impuestos. “Subir impuestos, si lo que hacemos es subir el fraude, no tiene mucho interés”, explicaba el líder del PPdeG en un desayuno informativo. Subir impuestos para las rentas altas, explicaba, “no tiene mucho sentido” porque “pagan siempre los mismos y defraudan siempre los mismos”. Además, los ricos siempre tienen la opción de “censarse” en otro Estado.
Del mismo modo, una vez ganadas las elecciones y ya con el trámite iniciado para aprobar las cuentas públicas, Feijóo subrayaba que no solo descartaba subir tributos, sino que su apuesta era profundizar en las “rebajas selectivas”. A pesar de esta declaración de intenciones, durante el debate presupuestario toda la oposición formuló en el Parlamento propuestas para incrementar los impuestos a las rentas altas, así como para crear nuevas figuras fiscales dirigidas, por ejemplo, a la banca o a las grandes superficies comerciales. Para la conselleira de Hacienda, Elena Muñoz, estas propuestas no eran “realistas” ni estaban “adaptadas a la realidad económica de Galicia”. Además, su “impacto recaudatorio” no iba “a solucionar en gran medida nuestros problemas”. Finalmente, la oposición solo consiguió un leve incremento en el impuesto de patrimonio y el resto de aportaciones, más de mil enmiendas, quedaron sepultadas bajo el rodillo de la mayoría absoluta. El proyecto económico gubernamental era “el único posible”, argumentaron los populares.
“Quepague más quien más tiene”.Este precepto, reivindicado históricamente desde las posicionespolíticas de izquierda, es dialécticamente utilizado también porla derecha política desde hace tiempo para justificar medidas comoel fin del sistema de préstamo de libros de texto o el nuevo sistemade repago de los comedores escolares. Esta expresión salió de nuevoa colación hace pocos días en una respuesta del Gobierno gallego auna pregunta escrita formulada en el Parlamento por el portavoz delBNG en materia educativa, Cosme Pombo. El parlamentario preguntaba,precisamente, por el “impacto que va a tener para las familiasafectadas” la subida de precios en los comedores y el “nuevocopago” en dicho servicio. Eldepartamento que dirige Jesús Vázquez respondió incluyendo,implícitamente, a una amplísima capa de la población en el saco de“los que más tienen”.
Ensu respuesta, la Consellería viene a decir que, lejos de provocarperjuicios a las familias del alumnado, optó por establecer “unsistema de comedores más solidario y justo”, a través del cual“los que más tienen contribuyen a blindar a gratuidad para lasfamilias más desfavorecidas”. Pero, ¿quiénes son “losque más tienen” para la Xunta? Según las nuevas normas querigen los comedores escolares, soloquedan libres de pago las familias con unos ingresos anuales percapita inferiores a 7.000 euros anuales, un perfil en el queentraría, por ejemplo, una pareja con un hijo o hija que no pase delos 583 euros al mes en total.
Apartir de aquí, atendiendo al criterio oficial, empezarían a estar“los que más tienen”, definición que también afecta, porejemplo, a una unidad familiar constituida por dos personas adultas yuna o dos en edad escolar. Silos adultos cobran más de 1.125 euros al mes cada uno, tienen quehacer frente a una factura del comedor escolar de unos 90 euros almes por alumno,toda vez que están incluidos en la banda alta del nuevo baremo,situada en los 4,50 euros por menú y día, con independencia de quelos hijos o hijas empleen o no el transporte escolar