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Fallece Domingos Merino, el alcalde que quiso convertir A Coruña en “un faro para Galicia” tras el franquismo

Domingos Merino, en el balcón del Pazo de María Pita, casa consistorial coruñesa

Marcos Pérez Pena

Se ha ido Domingos Merino. El primer alcalde de A Coruña tras la recuperación de la democracia ha muerto este martes a los 79 años de edad. “A Coruña tiene que ser un faro para Galicia, algo de lo que todos los gallegos nos sintamos orgullosos. La creación de las Irmandades da Fala, de A Cova Céltica y de la Academia Galega, entre otras, son pruebas evidentes de que A Coruña no está de espaldas a Galicia”. Con estas palabras, pronunciadas en su toma de posesión, llegó Merino a la alcaldía de la ciudad en 1979. Unas palabras que buscaban marcar un tono galeguista y abierto en un mandato que terminó dos años más tarde, en 1981, tras no superar una moción de confianza a la que él mismo se había sometido.

El Ayuntamiento de A Coruña ha manifestado su “pesar” al conocer la noticia de su fallecimiento destacando que Merino “fue siempre un gran defensor de las libertades tanto desde el Pazo de María Pita, como en los otros puestos públicos que ostentó a lo largo de su vida”.

Tras abandonar la alcaldía, a la que había llegado en las filas del Partido Socialista Galego -integrado en la coalición Unidade Galega- Merino continuó en la política en el PSG-EG, posteriormente UG, convirtiéndose en diputado del Parlamento en 1991. Con la entrada de Unidade Galega en el BNG, Merino se incorpora también a esta formación, por la que volvió a ser diputado en la Cámara gallega en dos ocasiones, en la 5ª y 6ª legislatura. En 2005 fue nombrado Vicevaledor do Pobo a propuesta del BNG, cargo al que renunció en 2012 por motivos de salud.

Antes de concurrir a aquellas elecciones municipales, Merino había desarrollado su militancia, política y cultural, en diferentes entidades, como O Facho. Así explicaba en una entrevista publicada en el desaparecido periódico Vieiros su toma de conciencia en los últimos años de la dictadura: “Hay un momento en que como persona que vive en un entorno, empiezas a tomar conciencia de la situación. Yo desde que tengo uso de razón creo que tengo una preocupación social y sobre todo una insatisfacción al ver el mundo que me rodeaba”.

Gran jugador de ajedrez y ávido lector, hombre dialogante y tranquilo, el 29 de abril de 2014 se organizó un homenaje ciudadano en A Coruña al cumplirse 35 años desde su elección como alcalde. “Fue un momento de shock; la ciudad hervía en creatividad al terminar la dictadura con el colectivo poético De Amor e Desamor, la efervescencia de los pintores, el jazz... Y de pronto aparece un alcalde que nada tenía que ver con el perfil franquista al que estábamos acostumbrados; él era una persona de las nuestras, tan nuestra que vivía al otro lado del patio de luces de mi casa, en la calle Marconi”, contaba entonces para Praza.gal el músico y escritor Xurxo Souto.

“Rompía con los moldes y por eso fue acosado y perseguido”, destacaba el exedil Manuel Monge, haciendo referencia a la dura campaña mediática que sufrió en sus sus dos años al frente del Gobierno municipal. “Para los sectores instalados en el poder era un ser extraño, un elemento a batir porque representaba la ciudad de A Coruña más popular, más creativa y más culta. En clave gallega, era el mundo al revés. Era molesto para ese entorno pero dejó una huella de simpatía enorme”, añadía Souto.

Su legado fue recordado y reivindicado por el actual regidor, Xulio Ferreiro, en su propio discurso de toma de posesión, el 13 de junio de 2015, definiendo esa jornada como “alegre e histórica para A Coruña”, las mismas palabras que Merino había empleado en su discurso de investidura 36 años antes. Ferreiro recordó también aquella fecha en la que “recuperábamos la democracia que nos habían robado cuarenta años atrás, y con ella, con la democracia, A Coruña recuperaba la ilusión por devolverle a los relojes el tiempo sepultado en el silencio del Campo da Rata” y añadió que “ojalá seamos capaces de estar, parafraseando al alcalde Merino, a la altura de las circunstancias”. Semanas después Merino le agradeció a Ferreiro las menciones, regalándole -a través de su compañero- dos fotografías.

Su capilla ardiente estará abierta en el salón de plenos del Pazo de María Pita el jueves entre las 13 horas y las 20 horas. Está previsto que la recepción oficial del féretro se produzca hacia las 12 horas de la mañana. A partir de las ocho de la tarde comenzará un acto de homenaje y despedida en el propio Ayuntamiento en el que intervendrá Xulio Ferreiro.

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