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Liberado el marinero gallego retenido en Yemen

Los marineros indonesios del buque retenido en Yemen, a bordo de un microbús

Beatriz Muñoz

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Pablo Costas Villar, el marinero gallego atrapado en Yemen desde hace 11 meses, ha sido liberado este domingo, junto con el resto de la tripulación del Cobija. Fuentes del Ministerio de Exteriores han confirmado la información a este periódico. Los marineros han dejado el barco, atracado en el puerto de Al Mukalla y en el que estaban obligados a permanecer hasta ahora, y han sido trasladados a un hotel cercano, a la espera de poder salir del país.

La tripulación de este pesquero estaba retenida desde el 26 de septiembre de 2020 en este puerto en el sur de Yemen, un país sumido en una guerra civil desde 2015. Llegaron al lugar siguiendo órdenes del empresario somalí que compró el barco en junio del año pasado y tras hacer una escala en el puerto de Bussaso para comprobar la nueva documentación. Antes de eso, el buque navegaba antes con bandera boliviana y siendo propiedad de una empresa panameña.

Acusados de pesca ilegal por Australia, fueron retenidos en Yemen, en donde se celebró un juicio en el que fueron condenados a tres meses de arresto. Sin embargo, superado ese período la autorización para partir no llegó debido al recurso interpuesto por un fiscal. El pasado mes de mayo, Costas Villas pidió ayuda a la diplomacia española para ser repatriado. Exteriores asegura que en las gestiones para lograr la liberación se ha implicado el ministro, José Manuel Albares.

La situación fue empeorando para los tripulantes que quedaban a bordo del barco, de nacionalidad peruana, namibia, indonesia y senegalesa. En todo este tiempo, el único que logró salir de Yemen fue un primer oficial ruso, evacuado en mayo por la diplomacia de su país. Además de tener que soportar altas temperaturas a bordo, las reservas de víveres fueron mermando hasta agotarse por completo hace unos diez días. Desde entonces, los marineros solo podían consumir agua tomada en el puerto y hervida varias veces a la que añadían té y azúcar.

El deterioro de la situación a bordo llevó a la mujer de Pablo Costas, a remitir escritos pidiendo una intervención al Ministerio de Exteriores y al Defensor del Pueblo. El sindicato Central Unitaria de Traballadoras (CUT), que ha ayudado en estos meses al marinero y a su familia remitió cuatro comunicaciones de emergencia humanitaria al Ministerio y a la embajada española en Riad (Arabia Saudí). El caso provocó manifestaciones de apoyo en Bueu (Pontevedra), de donde es natural Costas. La última la respaldaron este sábado centenares de personas que reclamaban la repatriación del capitán del Cobija.

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