Feijóo reduce los 82 años de ocupación fascista en Meirás a unas vacaciones estivales

Gonzalo Cortizo

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Al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, le cuesta referirse a Franco como dictador o caudillo. Prefiere llamarle general y este viernes ha vuelto a hacerlo tras ser recibido en el Palacio de la Moncloa por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Sobre la mesa estaba la reclamación de la Xunta para quedarse la gestión del Pazo de Meirás, recuperado para lo público tras la demanda interpuesta por el Estado. La victoria en los tribunales llegó tras muchos años de lucha de vecinos y políticos locales, con la Xunta de Feijóo mirando hacia otro lado.

En la rueda de prensa posterior al encuentro entre ambos presidentes, el barón gallego del PP aseguró: “Que la cuestión de Emilia Pardo Bazán quede relegada por la cuestión del veraneo del general no nos parece razonable”. El general al que se refiere Feijóo es Franco y el veraneo, los 82 años de usurpación que la familia del dictador ha ejercido sobre una propiedad a la que llegaron en 1938 tras obligar a los vecinos de Sada (A Coruña) a pagarle la propiedad simulando donaciones espontáneas.

Desde el éxito judicial que provocó la devolución del pazo al patrimonio público, la Xunta ha insistido en querer hacerse con la gestión del lugar para destacar que el él vivió durante años la escritora Emilia Pardo Bazán. Desde la sala de prensa de Moncloa Feijóo ha vuelto a insistir en su deseo de convertir a Meirás en un homenaje a la literata “sin ocultar que es un Pazo donde veraneó el general”.

Las propuestas que el Gobierno central baraja para el lugar incluyen ideas que la Xunta no parece contemplar. Una de ellas es hacer de Meirás un lugar de memoria sobre la lucha que los vecinos de Sada libraron durante décadas para deshacer la usurpación que Feijóo compara con unas vacaciones. Esa lucha se resume en este reportaje que a mediados de diciembre elaboró nuestra compañera Paola Obelleiro.

No es la primera vez que el presidente de la Xunta reconoce el cargo militar obtenido por Franco mediante el ejercicio de la dictadura. Lo hizo ante la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en la tensa reunión que ambos mantuvieron el pasado 9 de diciembre para diseñar el nuevo destino del pazo. En aquel encuentro, Calvo interrumpió al presidente gallego para decir: “Un caudillo, no un general”. Tal y como relatan a elDiario.es testigos de aquella acalorada charla, Feijóo llegó a decir que si el Gobierno quiere ahondar en la historia que mejor vayan al Palacio del Pardo “porque allí (Franco) vivió todo el rato”.