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La Xunta autoriza un casino en Vigo que legalmente estará a 30 kilómetros de la ciudad

Campeonato de póker en el casino de A Toxa

David Lombao

La próxima primavera las empresas Luckia y Cirsa abrirán un casino en Vigo. Estará instalado en el centro comercial A Laxe, en un local de unos 2.500 cuadrados con espacios de juego de azar y área hostelera, así como con un departamento dedicado a las apuestas, segundo avanzaron sus promotores. Aunque el negocio es presentado con el nombre de Casino de Vigo y se ubicará en el ese centro comercial vigués, legalmente su sede estará en la isla de A Toxa. No en vano, formalmente lo que la Vicepresidencia de la Xunta ha autorizado es una “sala” adicional del casino de la isla perteneciente al municipio de O Grove aunque ambas instalaciones vayan a estar separadas por unos 30 kilómetros en línea recta, unos 70 en viaje por carretera.

El soporte legal para este 'dos por uno' en la apertura de casinos en Galicia hay que buscarla en un cambio que el Gobierno gallego introdujo en la ley de acompañamiento de los Presupuestos Generales de la Xunta para 2015. La Xunta había empleado ese controvertido procedimiento para tumbar los límites a la apertura de casinos estipulados en la ley de juegos y apuestas del año 1985. Esa norma sólo permitía la instalación de un casino por provincia y, además, su apertura sólo sería autorizada si contaba “en un radio de 25 kilómetros con un asentamiento de población superior a los 300.000 habitantes”. En la práctica sólo era posible abrir uno de estos negocios cerca de A Coruña y otro, en el entorno de Vigo.

El cambio de 2015, que el PP apoyó en solitario, reformó esa limitación pero no por completo. Así, el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo agregó dos puntos a la ley de 1985 para indicar que “podrá autorizarse a cada uno de los casinos de juego” -a los dos que ya existen, el de A Toxa y el Atlántico de A Coruña- la “instalación y funcionamiento de una sala adicional”. Pero esa sala no tiene por qué estar en el mismo emplazamiento que el casino mismo, sino que cabe abrirlo “fuera del recinto o complejo donde esté situado” siempre que sea “dentro de la misma provincia”. “Dicha sala -detalla la nueva redacción de la ley- funcionará como apéndice del casino del que forme parte” y en ella “podrán practicarse todos los juegos autorizados para casino”.

Un reglamento dictado en 2016 completó la reforma. La única limitación de esas nuevas “salas” es que no pueden ser más grandes que el casino “matriz” -como máximo, el local puede ocupar el equivalente a un 80% de su superficie- y, como otras actividades de juegos de azar, no pueden desarrollarse a menos de 150 metros de colegios e institutos. Desaparecía así el obstáculo legal que, como constató el Tribunal Supremo en el año 2012, impedía a los propietarios del casino de A Toxa expandirse a Vigo sin antes cerrar su negocio de la isla.

Presentación en la sede viguesa de la Xunta antes de la autorización

El propio Gobierno gallego confirmó esta semana la autorización del nuevo casino y evidenciaba su encaje en la reforma de 2015, aprobada tras “consultar con el sector y analizar la cuestión jurídicamente, dada su relevancia económica”. Así, según el departamento que dirige Alfonso Rueda, esta “sala adicional” va “a potenciar y generar actividad económica” en Vigo, “así como la consiguiente generación de empleo”. Antes de la propia autorización, el pasado junio, Rueda y el delegado de la Xunta en Vigo, Ignacio López-Chaves, recibieron a los promotores del Casino en la sede viguesa del Gobierno gallego para asistir a una “presentación” del proyecto y elogiaron su capacidad de “generar actividad económica”.

El propio Rueda afirmaba ya en el año 2011, antes de que los tribunales impidieran al casino de A Toxa expandirse a Vigo, que un casino en la ciudad sería “un atractivo para la gente de fuera”, un “proyecto muy ventajoso” que “podría funcionar” entre público como “los cruceristas”. En este sentido, la exposición de motivos de la reforma legal que permite ahora la apertuar argumenta que un casino nuevo -una “sala”- tendrá “impacto directo tanto en el sector del juego como en otros relacionados, señaladamente en el del turismo, con la ampliación de la oferta de ocio”.

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