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Seis rutas para caminar por Madrid: búnkers de la Guerra Civil, el Camino de Santiago y naturaleza escondida

Vista del monasterio del Escorial desde una de las rutas propuestas

Nerea Díaz Ochando / Diego Casado

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La primavera es la mejor época del año para disfrutar de los planes al aire libre, el buen clima acompaña a los paisajes floridos y al despertar que sufre la naturaleza en esta estación. A pesar de que la capital es un epicentro de ocio en el que es difícil no encontrar planes, en ocasiones los madrileños prefieren huir de las aglomeraciones y el tráfico para cambiar el asfalto por la montaña. 

Por suerte, tanto la ciudad como sus alrededores cuentan con numerosos remansos de paz a los que escapar cuando la rutina te atrapa. Después de superar el confinamiento, las rutas de senderismo se han convertido en un plan de fin de semana habitual. Muchas personas deciden salir del núcleo urbano en busca de descanso y aire fresco, algo que antes de la pandemia no se valoraba tanto. 

Si pensamos en espacios naturales por los que ir a caminar en la capital, es posible que la primera imagen que nos venga a la cabeza sea El Retiro o Madrid Río, pero hay mucho más. Aunque parezca difícil que entre tanto hormigón haya algo de verde, Madrid esconde numerosas rutas en las que además de ejercitar el cuerpo y la mente es posible descubrir historias y secretos de la ciudad. 

¿Sabías que una etapa del Camino de Santiago cruza Madrid? ¿Y que El Pardo esconde uno de los enclaves más bonitos por los que transcurre el río Manzanares? Si desconoces estos lugares, sigue leyendo, porque en Hoy Se Sale hemos recopilado toda la información sobre seis rutas dentro y fuera de la capital que son imprescindibles. No importa el nivel de experiencia en el mundo del senderismo, lo importante es disfrutar del camino. Estas son nuestras seis propuestas: 

Un bosque encantado para perderse en familia

Las rutas pueden ser un hándicap para algunas familias con niños por su dificultad o distancia. Es fácil que los más pequeños se cansen y no lleguen a terminar el recorrido, pero en Arroyomolinos, un municipio a 30 minutos en coche del centro de Madrid, han puesto solución a esta situación creando La Senda Mágica. 

Al recorrer esta ruta es posible encontrar criaturas fantásticas y árboles con ojos, un paseo por un bosque encantado en el que los más pequeños se acercan a la naturaleza de una forma diferente. Este sencillo recorrido de tan solo 1,5 kilómetros permite a las familias disfrutar de un día al aire libre con todas las comodidades necesarias. 

El trazado de los caminos permite a los más pequeños andar sin miedo a tener un accidente y además, es posible el acceso con carros de bebés por su anchura. La zona cuenta con numerosos sitios en los que dejar el coche como el parking municipal de Arroyomolinos, el aparcamiento de la propia Senda Mágica o el parking del Pinar. 

El acceso es libre y gratuito. Durante la ruta, carteles informativos explican a los niños la importancia de cuidar el entorno, además de introducir la fauna y flora autóctonas del municipio. Al avanzar por el recorrido es posible toparse con hoteles para insectos, casas de gnomos, un túnel mágico e incluso un bar de trolls. Esta ruta es perfecta para las familias que deseen pasar un día entre la naturaleza y asegurar la diversión de los más pequeños. 

  • Qué: Senda Mágica de Arroyomolinos
  • Distancia: 1,5 kilómetros
  • Cuándo: Cualquier época del año 
  • Cómo llegar: En coche o en el autobús 495 con salida de Príncipe Pío 
  • Más información: Guía de la ruta por la Senda Mágica

El Camino de Santiago madrileño

A diferencia del resto de rutas de esta lista, este recorrido es urbano y transcurre por las zonas más céntricas de la ciudad. Es parte de una de las etapas del Camino de Santiago pero también es posible hacerla cualquier día para recorrer Madrid de una forma diferente. Esta ruta de 13 kilómetros parte de la parroquia de Santiago y San Juan Bautista, ubicada en la plaza de Santiago, a pocos metros del Palacio Real. 

Continúa por el Madrid de los Austrias hasta llegar a la plaza de Santo Domingo, desde la que toma la calle San Bernardo para desembocar en la Plaza de Castilla. De la Castellana llega al Hospital de la Paz y continúa hasta el Ramón y Cajal. En la avenida del Cardenal Herrera Oria se puede ver la primera flecha amarilla en la que se indica al peregrino que va por el buen camino. 

La última etapa recorre el barrio de Montecarmelo hasta alcanzar la valla del cementerio de Fuencarral. Para darle más emoción al asunto es posible acercarse hasta uno de los puntos de obtención de carnet de peregrino para conseguir el sello credencial de esta pequeña parte del Camino de Santiago. 

Búnkers de la Guerra Civil en Guadarrama

La zona de la sierra madrileña se caracteriza por haber sido el escondite de aquellos que huían de las represalias de la Guerra Civil. De aquella época quedan los búnkers y las trincheras rodeados de un entorno natural precioso. Estos fuertes datan de entre 1937 y 1938, cuando el bando republicano fortificó su línea defensiva en la Sierra de Guadarrama. 

En la zona existen alrededor de ocho fortificaciones en línea que llegan hasta Segovia, aunque tres se encuentran bajo propiedad privada. Para conocer los cinco búnkers que quedan libres hay que trasladarse a las afueras de Los Molinos, el municipio en el que da comienzo la ruta. Con tan solo andar un poco se encuentra la primera parada del recorrido, el búnker de Las Hermanitas de los Pobres. 

Los otros cuatro puntos de referencia son el búnker Sanatorio de la Marina, el búnker del Pinar, el búnker de Las Majadillas y el búnker de los Guijos. Al terminar el recorrido tan solo hay que volver atrás por el mismo camino hasta llegar a Los Molinos. El nivel de dificultad de esta ruta es bajo ya que las subidas son mínimas y se hacen paradas cada pocos metros. 

El oasis de El Pardo

De vuelta a la capital, hay opciones de ruta más allá de las urbanas. El Monte de El Pardo supone la cuarta parte del término municipal madrileño, por lo que se puede considerar la zona verde más grande de la ciudad. La senda fluvial del Manzanares recorre el río a su paso por el monte y genera un corredor ecológico único en la capital. 

Una de las ventajas más destacables de este entorno es su cercanía con el centro de la ciudad y su facilidad para llegar tanto en transporte público como en coche, de hecho, los habitantes de Fuencarral-El Pardo pueden permitirse ir andando a su inicio. Además, después de disfrutar de la ruta y cansar el cuerpo, existe una amplia oferta gastronómica en sus alrededores con la que recuperar fuerzas. La zona también está equipada para hacer picnics con un gran merendero. 

La ruta tiene una distancia de 12 kilómetros ida y vuelta, aunque es posible hacerla en dos tramos, una opción segura para aquellos que la realicen con niños. El punto de inicio es el aparcamiento del área recreativa de Somontes y el final la presa de El Pardo. Un primer tramo constaría de un recorrido de 3,5 kilómetros entre Somontes y el Puente de los Capuchinos y el segundo daría inicio en este mismo puente hasta la llegada a la presa con una distancia de 2,5 kilómetros. 

La zona está repleta de vegetación y fauna que se agolpa a las orillas del río. En los alrededores de la presa hay una especie de playa con aves acuáticas y numerosas especies, por lo que el contacto con la naturaleza está asegurado. También tienen cabida en esta ruta los senderistas de cuatro patas, numerosos expertos de este mundo recomiendan este camino para ir con perros. 

  • Qué: Senda fluvial del Manzanares 
  • Distancia: 12 kilómetros (ida y vuelta)
  • Cuándo: Evitar días de mucho calor por la aparición de grandes masas de mosquitos
  • Cómo llegar: En coche o con el autobús 601 desde Fuencarral-El Pardo. Aquí está el inicio de la ruta
  • Más información: Portal de turismo de El Pardo

Entre el Jarama y el Manzanares hasta ver su unión

Una de las rutas más fáciles de la lista, tanto para acceder hasta ella (se puede llegar en Metro o en coche) como para recorrerla (la senda es totalmente llana), parte de las afueras de Rivas-Vaciamadrid y recorre una interesante área del Parque Regional del Sureste. Muchas aves, algunos mamíferos y una vegetación exuberante son sus principales atractivos.

El camino comienza en el aparcamiento del parque, situado a cinco minutos caminando de la estación de Rivas-Vaciamadrid (zona B2). Desde allí se puede seguir una senda circular que por la parte de la derecha acompaña el curso final del río Manzanares, bastante caudaloso en esa zona. Al otro lado del río se observan unas bonitas vistas de los cortados de Rivas, unas formaciones rocosas de yeso que albergan aves depredadoras. Unos tres kilómetros después se llega a su desembocadura en el Jarama, que se puede remontar durante el camino de vuelta.

Los excursionistas se toparán con los trinos de numerosos tipos de pájaros que anidan en la abundante vegetación de ribera, escondidos entre los abundantes chopos, y en la laguna del Soto de las Juntas, que se pueden mirar con detenimiento desde varios puestos de avistamiento de aves. También verán muchos conejos, que cruzan frecuentemente el camino y observan a los caminantes desde sus madrigueras. También hay muchos insectos por la cercanía del agua, incluyendo saltamontes de grandes dimensiones.

La ruta circular es apta para niños y adultos y, aunque el camino es de grava y arena, se puede recorrer en bici o incluso con carrito por su amplitud y ausencia de obstáculos. Para los más andarines el camino se puede completar con un paseo por la cercana Laguna del Campillo, donde además hay un centro de educación ambiental. Es mejor llevar agua porque la zona no dispone de fuentes.

  • Qué: Desembocadura del Manzanares
  • Distancia: 6 kilómetros (ruta circular)
  • Cuándo: Evitar los meses de más calor
  • Cómo llegar: Metro Rivas-Vaciamadrid o salida 19A de la A-3. Aquí está el inicio de la ruta

La silla desde la que Felipe II miraba El Escorial

Otra ruta apta para hacer con niños, con alternativa más corta para las personas que no quieran caminar los 8 kilómetros que abarca, es la que recorre el Bosque de la Herrería y llega hasta un pequeño mirador con unas impresionantes vistas. Está en San Lorenzo del Escorial y consiste en un trazado llano entre un bosque de robles, con una parte final más montañosa pero asequible y foto en un marco espectacular.

La ruta hacia la Silla de Felipe II comienza justo detrás del monasterio de El Escorial, en un arco de piedra que marca la entrada al conocido como Bosque de la Herrería, un terreno bastante llano por el que discurre algún riachuelo y abundan los citados robles, los fresnos y zonas con endrinos. Caminando unos dos kilómetros se llega al aparcamiento desde donde comienza el ascenso, que es intenso pero corto y se puede completar por varios caminos señalados.

Merece la pena contemplar al llegar arriba las vistas de esta parte de la Sierra de Madrid, con El Escorial al fondo y el monte Abantos encima. Subiendo unas escaleras se puede observar también la ciudad de Madrid, con sus características Cuatro Torres en el horizonte (no te olvides de llevar prismáticos).

La vuelta se puede hacer directa o dando un rodeo para pasar por la Cueva del Oso (enormes piedras dispuestas formando una oquedad) y por un castañar cercano. Para los que no quieran caminar demasiado, siempre pueden empezar la ruta desde el aparcamiento, si hay sitio.

  • Qué: Ruta de la silla de Felipe II y Bosque de la Herrería
  • Distancia: 8 kilómetros (ruta circular)
  • Cuándo: Primavera y, sobre todo, otoño. También es agradable en verano.
  • Cómo llegar: Buses hasta San Lorenzo del Escorial o, en coche, hasta esa localidad o al parking de La Herrería
  • Más información: Ruta de la Silla de Felipe II y Bosque de la Herrería u opción más corta
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