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La congresista ultra Marjorie Taylor Greene anuncia que deja el escaño tras ser acusada de “traidora” por Trump

Andrés Gil

Corresponsal en Washington —
22 de noviembre de 2025 06:15 h

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Marjorie “Traitor” Greene. Así es como empezó a insultar Donald Trump a quien había sido una gran aliada en el Congreso de EEUU. Taylor Greene, integrante de la Cámara de Representantes por Georgia y referente MAGA y del ala de extrema derecha del Partido Republicano, perdió los favores del presidente de EEUU a raíz de su posición con respecto a la desclasificación de los archivos del depredador sexual Jeffrey Epstein. Greene decidió poner su firma en la petición promovida en el Congreso de EEUU por el grueso de los demócratas y un puñado de republicanos.

Y Trump no se lo perdonó, hasta el punto de acusarla de “traidora”.

Greene respondió que traidor es quien no responde a los intereses de los estadounidenses y trabaja para gobiernos extranjeros, en alusión a Israel, pero la crisis ha sido insoportable y este viernes por la noche ha anunciado que dejará el escaño el 5 de enero próximo.

Greene, en un video de más de 10 minutos publicado en internet, explicó su decisión y dijo que no quería que su distrito “tuviera que soportar unas primarias dolorosas y llenas de odio contra mí por parte del presidente por el que todos habíamos luchado”, afirmó.

En una breve llamada telefónica el viernes por la noche, Trump le dijo a ABC News que la renuncia de Greene es “una gran noticia para el país”. Greene fue una de las partidarias más ultras de la familia MAGA de Trump, y adoptó parte de su estilo político.

Su ruptura con él fue una notable fisura entre Trump y su base más ferviente. Y su decisión de dimitir es la misma que tuvieron que tomar muchos de los republicanos no MAGA en el pasado cuando se enfrentaron a Trump.

La congresista, que grabó el video en el salón de su casa, con un collar con una cruz y con un árbol de Navidad y lirio detrás, dijo: “Mi vida está llena de felicidad, y mis verdaderas convicciones permanecen inalterables, porque mi autoestima no está definida por un hombre, sino por Dios”.

“La lealtad debe ser recíproca y deberíamos poder votar según nuestra conciencia y representar los intereses de nuestro distrito, porque nuestro cargo es literalmente ‘representante’”, dijo.

Greene llegó al cargo a la cabeza del movimiento MAGA de Trump y rápidamente se convirtió en un foco de controversia en el Capitolio por sus opiniones a menudo alejadas de la corriente principal. En su video del viernes, Greene dijo que “siempre ha sido despreciada en Washington, D.C.”.

Al adoptar la teoría de la conspiración QAnon y aparecer con supremacistas blancos, Greene fue inicialmente rechazada por los líderes del partido, pero bien recibida por Trump.

Sin embargo, con el tiempo demostró ser una legisladora hábil, al haberse alineado con el entonces líder republicano Kevin McCarthy, quien posteriormente se convertiría en presidente de la Cámara de Representantes. Era una voz influyente en el ala derecha, hasta que McCarthy fue destituido en 2023.

Si bien ha habido una avalancha de legisladores de ambos partidos que abandonan sus cargos antes de las elecciones de mitad de período del próximo otoño, el anuncio de Greene tendrá repercusiones.

Greene fue elegida por primera vez para la Cámara de Representantes en 2020. Inicialmente, planeaba presentarse en un distrito competitivo en los suburbios del norte de Atlanta, pero se mudó al distrito 14, mucho más conservador, en el noroeste de Georgia.

La vacante en su distrito significa que el gobernador republicano del estado, Brian Kemp, tendrá que fijar una fecha para una elección especial dentro de los 10 días posteriores a la renuncia de Greene. Esta elección especial cubriría el resto del mandato de Greene hasta enero de 2027 y podrían celebrarse antes de las primarias del partido fijadas para mayo con vistas al mandato de dos años –2027-2029–.

Greene compartió a menudo teorías conspirativas, sugiriendo que el tiroteo de 2017 en Las Vegas fue un ataque para impulsar el apoyo a nuevas restricciones de armas y en 2018 respaldó la idea de que el gobierno estadounidense estuvo detrás de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y especuló que un avión “supuestamente” había impactado el Pentágono.

Greene argumentó en 2019 que las representantes Ilhan Omar, demócrata por Minnesota, y Rashida Tlaib, demócrata por Michigan, ambas mujeres musulmanas, no eran miembros “oficiales” del Congreso porque usaron un corán en lugar de una biblia para jurar su cargo

También simpatizó con QAnon, recuerda The Associated Press, una red que cree que una conspiración global de caníbales adoradores de Satanás, incluidos líderes del gobierno estadounidense, opera una red de tráfico sexual infantil. Finalmente, se distanció, diciendo que se dejó “influenciar por algunas de las cosas que había visto en internet”.

Durante la pandemia, comparó el uso de mascarillas con los horrores del Holocausto.

También fue objeto de críticas después de difundir una teoría conspirativa en Facebook en 2018, en la que sugirió que un incendio forestal en California pudo haber sido causado por “láseres o rayos de luz azul” controlados por un grupo conspirador de izquierda vinculado a una destacada familia judía.

Cuando Trump estuvo fuera del poder entre su primer y segundo mandato, Greene a menudo fue portavoz de sus puntos de vista y su estilo en Washington.

Mientras el entonces presidente Joe Biden pronunciaba su discurso sobre el Estado de la Unión en 2022, Greene se levantó y comenzó a corear “construyan el muro”, refiriéndose al muro fronterizo entre EEUU y México que Trump comenzó en su primer mandato. El año pasado, cuando Biden pronunció su último discurso sobre el Estado de la Unión, Greene volvió a llamar la atención al confrontarlo sobre la seguridad fronteriza y el asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería de Georgia, a manos de un inmigrante indocumentado.

Pero este año, su primero trabajando con Trump en la Casa Blanca, comenzaron a aparecer lentamente grietas entre los dos. El descontento de Greene se remonta al menos a mayo, cuando anunció que no se postularía para el Senado contra el actual senador demócrata Jon Ossoff, al tiempo que atacaba a los donantes y consultores republicanos que temían que no pudiera ganar.

La inquietud de Greene se intensificó en julio, cuando anunció que tampoco se postularía para gobernadora de Georgia.

También estaba frustrada con el liderazgo republicano en el Capitolio, que trabaja en estrecha colaboración con el presidente.

Greene dijo en su video que “la legislatura ha sido mayormente marginada” desde que los republicanos obtuvieron el control de Washington en enero y sus proyectos de ley “simplemente acumulan polvo”.

“Así le sucede a la mayoría de los proyectos de ley de los miembros del Congreso”, dijo. “El presidente de la Cámara nunca los somete a votación”.

Es probable que los republicanos pierdan las elecciones de mitad de período el próximo año, dijo Greene, quien se veía en la hipotética posición de “defender al presidente contra un impeachment [censura] después de que él, con odio, gastara decenas de millones de dólares en mi contra para destruirme”.

“Todo es absurdo y poco serio”, dijo. “Me niego a ser una esposa maltratada que espera que todo pase y mejore.”