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Quién es el joven periodista bielorruso detenido en una operación aérea sin precedentes

Imagen de archivo del periodista bielorruso Roman Protasevich.

Javier Biosca Azcoiti

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El vuelo de Ryanair 4978 había salido el domingo de Atenas y estaba a punto de entrar en Lituania. Su destino: la capital, Vilna. De pronto, el piloto hace un giro de casi 180 grados y unos 15 minutos después anuncia por megafonía que el avión ha sido desviado y aterrizará en Minsk, Bielorrusia. Un avión de combate aparece en el cielo para escoltar la aeronave hasta su nuevo destino.

Roman Protasevich, un periodista y activista bielorruso de 26 años –los mismos que lleva Alexandr Lukashenko en el poder–, “entró en pánico”, según describió posteriormente Marius Rutkauskas, un pasajero que se sentaba en la fila de delante. Según el relato de Rutkauskas, Protasevich dijo: “Sé que me espera la pena de muerte en Bielorrusia”.

Finalmente, con la excusa de una amenaza de bomba en el avión, las autoridades del país detuvieron a Protasevich y poco después el vuelo de pasajeros pudo volver a despegar con dirección a su destino original. La oficina del presidente, conocido como el “último dictador de Europa”, no ocultó en ningún momento su participación, señalando que el presidente dio la “orden inequívoca” para que “el avión hiciese un giro de 180 grados y aterrizase” en Minsk.

Este lunes se ha publicado un vídeo de Protasevich en el que confirma que está detenido en Minsk. “Hola, soy Roman Protasevich, ayer fui detenido por el Ministerio de Asuntos Internos en el aeropuerto de Minsk. Ahora estoy en el centro de detención número uno de Minsk. No tengo problemas de salud, la actitud del personal es correcta. Sigo cooperando con la investigación y confesando sobre la organización de disturbios masivos en Minsk”.

Svetlana Tijanóvskaya, la líder de la oposición en Bielorrusia, también tuvo que afirmar delante de una cámara tras ser retenida por las autoridades que reconocía los resultados electorales y tuvo que pedir a la gente que dejase de manifestarse. Tras hacerlo, Tijanóvskaya huyó del país y continuó con su campaña contra el presidente Lukashenko. “Me dieron a elegir entre salir de Bielorrusia y leer un papel reconociendo los resultados electorales o meterme en la cárcel”, contó a elDiario.es.

Del activismo al periodismo

¿Quién es Protasevich y qué ha hecho para ser la víctima de esta insólita operación aérea? El periodista ha ganado relevancia a raíz de la última ola de manifestaciones que sacudió Bielorrusia después de las últimas elecciones generales celebradas el 9 de agosto de 2020 bajo acusaciones de fraude generalizado.

El joven comenzó con el activismo a los 16 años: fue expulsado del instituto y estuvo en Ucrania durante las manifestaciones del Maidán en 2014. Después, decidió pasarse al periodismo.

“Cuando era más joven, cuando tenía unos 16 años, participé en todo tipo de movimientos de oposición, pero después me di cuenta de que no tenía mucho sentido y me pasé al periodismo. Creo que el periodismo es la profesión que realmente puede ayudar y beneficiar más a la sociedad”, dijo Protasevich en una entrevista de septiembre de 2020. “Las autoridades en Bielorrusia tienen miedo de la publicidad. Pueden ignorar un problema durante años, pero en cuanto obtiene repercusión, muchos de estos problemas se resuelven en unos días”.

Nexta, la referencia en las manifestaciones

Junto a Stepan Putilo, Protasevich dirigía el canal de Telegram Nexta, que durante las protestas del año pasado se convirtió no solo en una de las principales fuentes de información para la población, sino en una plataforma para coordinar, organizar y difundir las convocatorias. Esto se debe en gran parte al bloqueo generalizado de internet que, sin embargo, no afectó a Telegram. Un día antes de las elecciones, el 8 de agosto, Nexta tenía 340.000 seguidores. El 20 de agosto ya tenía 2.151.000, convirtiéndose en uno de los 10 canales más seguidos del mundo en la red social.

En aquellos días intensos, el canal publicaba sobre todo las fotos y vídeos de la brutal represión policial que recibían de otros manifestantes. En palabras de los dos directores, aquello no era solo información. “Somos periodistas, pero también tenemos que hacer algo más. Ya no queda nadie. Los líderes de la oposición están en la cárcel”, dijo Protasevich en aquellos días a The New York Times.

“Durante meses utilizamos una terminología neutral porque quería presentar esos hechos de la forma más imparcial posible porque mucha gente nos veía como un medio de comunicación legítimo. Después de todo lo que pasó nos convertimos en más que un medio de comunicación. Nos convertimos en parte en políticos”, afirmó Protasevich.

“De pronto se convirtió en la plataforma de noticias más popular porque publicaban información más rápido que el resto”, cuenta Ana (nombre ficticio) a elDiario.es, quien participó a diario en las protestas que estallaron en agosto. “Más tarde también se convirtió en un problema porque descubrimos que algunas informaciones no eran exactas porque cualquiera podía enviar algo y es muy difícil contrastarlo. Tanto yo como toda la gente a mi alrededor piensa que Nexta fue de gran ayuda al inicio de las protestas. Sin embargo, mis amigos, colegas y yo estamos de acuerdo en que sus publicaciones se volvieron más violentas con el tiempo. No quiero sonar como Lukashenko, pero en ocasiones era demasiado”.

Tanto Protasevich como Putilo estaban en Polonia, donde está la sede de Nexta. Protasevich se trasladó allí en noviembre de 2019, poco después de que las autoridades de la dictadura le metiesen en la lista de terrorismo. “Ahora mi nombre está en la misma lista que los miembros de ISIS”, dijo. Protasevich pidió asilo en el país europeo en enero de 2020. 

El periodista activista cuenta que huyó de Bielorrusia cuando otro colega de Nexta fue detenido al intentar salir del país. “Después de eso, aparecieron coches sospechosos cerca de mi casa, comencé a notar que me estaban siguiendo y me di cuenta de que la próxima persona en ser detenida probablemente sería yo”, afirmó en una entrevista en la BBC.

Finalmente, a finales de septiembre de 2020, Protasevich dejó el proyecto Nexta por sus diferencias con Putilo, de 22 años, y se trasladó a Lituania, país en el que también está exiliada la líder de la oposición, Svetlana Tijanóvskaya. El periodista actualmente trabaja en otro canal de Telegram de noticias llamado Belarus of the Brain.

Expulsión escolar y viaje a Ucrania

En 2011, con tan solo 16 años, participó en unas protestas contra el Gobierno, fue detenido e incluso expulsado de la escuela donde estudiaba, según denunció. La foto de la detención recorrió varios medios de comunicación.

“Empezaron a presionarme en la escuela y todo acabó en mi expulsión. Me llamaban constantemente al despacho del director. Y a mis padres, también. Algunas fuentes decían que yo era organizador de la protesta, que agitaba a la gente y que repartía panfletos, pero esto nunca ocurrió”, denunció en un vídeo de 2011.

En 2014, Protasevich viajó a Ucrania para asistir a las movilizaciones contra el presidente Víktor Yanukóvich. “Fui a ver cómo funcionaba y cómo era”, dijo el periodista. “El viaje no duró mucho, la policía me hirió en la cabeza y tuve que volver a Minsk, no podía recibir el tratamiento adecuado en Ucrania”, añadió.

En 2017, tras otra ola de protestas, Protasevich fue detenido junto a otros ocho periodistas y condenado a 10 días de prisión por vandalismo, según informó el Comité para la Protección de Periodistas.

En 2018, el periodista publicó una imagen de 2014 en las protestas de Ucrania en las que aparece con la antigua bandera de Bielorrusia, convertida en símbolo de la oposición, y junto a la cabeza de una estatua de Lenin vandalizada. Según ha asegurado, Protasevich también pasó un año como periodista en los territorios del este de Ucrania que están en guerra con el Gobierno central.

“Mucha gente de Bielorrusia que solía no hacer caso de los acontecimientos políticos en su país pensando que así evitaría ser detenida se ha dado cuenta que ha sido gracias a ellos y su silencio durante todos estos años lo que ha hecho posible la situación actual en Bielorrusia. No se puede ignorar la política”, afirmó el periodista detenido. “Estar en política no es solo presentarse, sino que significa entender lo que está pasando”.

Mientras tanto, este lunes, Lukashenko ha firmado una nueva ley que prohíbe a la prensa informar en directo sobre las protestas opositoras no autorizadas.

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