Macron llama a incluir el aborto en la Carta de Derechos Fundamentales de la UE

Andrés Gil

Enviado especial a Estrasburgo —

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Europa se basa en tres promesas, afirma Emmanuel Macron: la democracia, el progreso y la paz. Y, en 2022, están en riesgo ante el avance de los autoritarismos nacionalistas e iliberales. Es decir, ante el avance de la extrema derecha que, en el caso francés, es un gran desafío político para las elecciones presidenciales francesas del próximo abril, con dos candidatos: Marine Le Pen y Éric Zemmour. “Hay que refundar nuestra Europa para renovar las promesas de democracia, progreso y paz y hacer una potencia democrática de futuro”.

Entre esos elementos de refundación de las promesas europeas, Macron ha pedido la actualización de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión para incluir el medio ambiente y el aborto. La Carta de Derechos Fundamentales fue adoptada hace dos décadas, en diciembre de 2000, cuando la presidenta del Parlamento Europeo era una conservadora francesa, Nicole Fontaine, si bien no adquirió carácter vinculante hasta 2009 con el Tratado de Lisboa.

Este miércoles la presidenta de la Eurocámara era otra conservadora, pero maltesa, Roberta Metsola, quien ha votado repetidas veces contra el aborto y los derechos reproductivos de las mujeres. Y ante ella, 24 horas después de ser elegida con los votos de populares, socialistas, liberales y ultraconservadores, Macron ha pedido la inclusión del aborto en la Carta de Derechos de la UE, un gesto simbólico que retrata la realidad de países como Malta o Polonia, aunque la interrupción del embarazo sea competencia nacional y haya países que hayan establecido excepciones a partes de la propia Carta.

La Carta de los Derechos Fundamentales es un catálogo de derechos humanos de la UE con 50 artículos con derechos y principios sustantivos, y cuatro artículos con disposiciones generales. Los Estados miembros tienen el deber de respetar los derechos siempre que actúen en el ámbito de aplicación del Derecho vinculante de la UE. En tanto que está vinculada al Tratado de Lisboa, sería necesaria una reforma de los tratados para modificar la Carta, lo cual requiere unanimidad en el Consejo –los gobiernos, entre los que hay países antiabortistas–.

Unas reformas que Macron quiere impulsar en más ámbitos, de la mano de la Conferencia sobre el Futuro de Europa que se está desarrollando, para incluir, también, que el Parlamento Europeo tenga iniciativa legislativa –hasta ahora es un órgano colegislador con iniciativa limitada–.

“Nuestra presidencia del Consejo será la de la promoción de los valores que nos hacen a nosotros”, ha dicho Macron: “Somos esta generación que vuelve a descubrir la precariedad del Estado de Derecho y los valores democráticos, que toman decisiones más protectoras de las vidas y economías que los regímenes autoritarios. Estamos citados al combate de la democracia liberal, frente a la injerencia, para el progreso de los pueblos. Es un combate por el Estado de Derecho, de los derechos universales humanos frente a las fiebres de la historia y sus dirigentes. Hay que volver a la igualdad entre las personas, en el derecho a un proceso equitativo con justicia independiente. Hay que revisar el Estado de Derecho, considerando que todos tenemos que inscribirnos en él y es existencial de nuestra historia, frente a quienes defienden su fin, la arbitrariedad, y el regreso a regímenes autoritarios en contra de nuestra historia”.

Macron, además, ha recordado que “habrá textos esenciales en las próximas semanas y meses”, en alusión a las legislaciones europeas que se están tramitando en torno a los salarios suficientes, los trabajadores de plataformas, la ley de servicios digitales o las presencia de mujeres en los consejos de administración. “Hay que estar contra la tiranía de la anécdota y la división de los europeos”, ha dicho Macron, “hay que encontrar el sentido de la unidad, la audacia, los esfuerzos creadores que han hecho nuestra Europa”.

“Ni los formatos anteriores”, ha dicho Macron, “ni el regreso a los nacionalismos ni la disolución de identidades son una respuesta, sino nuestra capacidad de inventar un sueño posible, real, útil para nuestros ciudadanos”.

Defensa y autonomía europea

El presidente francés ha reclamado un “un rearme estratégico de Europa, en particular en el diálogo con Rusia”. “Necesitamos este diálogo”, ha dicho Macron: “Tenemos que plantear nuestras exigencias, un diálogo exigente frente a las manipulaciones, hay que construir un orden europeo basado en principios y reglas, que hemos aceptado y firmado con Rusia hace 30 años, entre las que se incluyen el rechazo en el uso de la fuerza y de las esferas de influencia. Hay que reafirmar su valor, la soberanía es libertad y respuesta a las desestabilizaciones de nuestro continente. Por eso vamos a continuar en el formato Normandía [Alemania, Francia, Rusia y Ucrania] para una solución política al conflicto de Ucrania”.

Así, el presidente Francés ha pedido que “Europa haga oír su voz única sobre el control de armas, transparencia de actividades militares y respeto a la soberanía de todos. Estas últimas semanas deberán llevarnos a una nueva promesa europea, con otra arquitectura de seguridad decidida entre nosotros, los europeos, luego con la OTAN y, después proponerla a Rusia”.

Macron ha insistido en que “hace falta una potencia de anticipación. Podemos contar con la brújula estratégica, con autonomía en la industria, la defensa y la independencia tecnológica para la Europa de la defensa. Se trata de una Europa potencia para el futuro, para responder a los retos geopolíticos. Una Europa independiente para decidir por sí misma sin depender de otras potencias”.

Europa social

La presidenta de los Socialistas y Demócratas, Iratxe García, ha reclamado a Macron en el Pleno del Parlamento Europeo “la construcción de una Europa social que frene los instintos más dañinos del populismo de ultraderecha. Europa solo será poderosa en el mundo si es capaz de erradicar la pobreza y las desigualdades”. 

La presidenta del S&D ha defendido que se aplique el mecanismo de condicionalidad para “proteger el Estado de Derecho”, y el compromiso de no aprobar los planes de recuperación de Polonia y Hungría “hasta que sus gobiernos regresen a la senda de la democracia”. El presidente Macron, en la réplica, se ha remitido al proceso judicial abierto en el TJUE y a que la Comisión Europea es “la guardiana de los tratados” para evitar meter presión a Varsovia y Budapest.

Por último, Iratxe García ha pedido una reforma de las reglas fiscales para “impedir que un ajuste prematuro mate el crecimiento”, impulsar la Europa de la defensa, y “un pacto migratorio basado en la solidaridad para evitar la muerte de seres humanos en nuestras fronteras”.

La copresidenta de La Izquierda y portavoz de la France Insoumise, Manon Aubry, ha afirmado, en clave francesa: “Usted se presenta hoy como el campeón de una Europa que protege. ¿Pero a quién está protegiendo? ¿Está protegiendo los derechos sociales cuando roba los bolsillos de los desempleados y retrasa la directiva sobre los trabajadores uberizados? La realidad es que el señor Macron en Francia viola nuestros derechos, reprime movilizaciones y ha sido condenado por inacción climática. La historia juzgará la oportunidad perdida de su presidencia de la UE en aras de su ambición personal”.

Yannick Jadot, eurodiputado verde y candidato de su grupo en las presidenciales francesas, ha tomado la palabra en lugar de los copresidentes de su bancada para dar la primera respuesta a Macron: “Me dirijo hoy en nombre de los Verdes para denunciar la inacción climática de Emmanuel Macron. Lo sabemos: el calentamiento global es el mayor desafío que afronta la humanidad: megaincendios, olas de calor, inundaciones y sequías ya están impactando en nuestras condiciones de vida. Luchar por el clima es un imperativo de supervivencia”.