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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El machismo institucional debilita la confianza de las mujeres en la policía de Reino Unido

Manifestantes en Londres protestan por la muerte de Sarah Everard.

Maya Wolfe-Robinson / Vikram Dodd

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¿Hay machismo institucional en la policía? Esa es la nueva pregunta que surge después de que varias mujeres hayan relatado detalladamente experiencias da acoso y abuso sexual, así como su indignación frente a un sistema penal que no se toma las denuncias en serio.

Según una exjefa de policía, la forma en que la Policía Metropolitana de Londres gestionó la vigilia de la noche del sábado por el asesinato de una mujer presuntamente a manos de un agente de policía presentó rasgos preocupantes.

“La estrategia utilizada fue misógina desde el punto de vista institucional”, dice Sue Fish, que estuvo al mando de la policía de Nottinghamshire.

“Son detalles que están tan arraigados en la toma de decisiones que no se dan cuenta de que lo están haciendo ni por qué. Creen que están tomando la mejor decisión posible, pero la base sobre la cual toman la decisión es errónea”, dice.

“Es una cuestión de causa y efecto. Si tu eres policía y piensas que la situación se va a poner violenta, lo más probable es que así suceda. Si el sábado la policía hubiera tomado otras decisiones, no habríamos visto esas escenas”, añade Fish.

Hasta 1975 las mujeres no pudieron acceder a todos los aspectos del trabajo policial. Y todavía queda mucho que hacer en las fuerzas para alcanzar la igualdad de género: en Inglaterra y Gales, al menos dos tercios de los policías de todos los rangos son hombres.

Dentro de la Policía Metropolitana de Londres, la fuerza más grande de Reino Unido, la proporción es de más de 2,5 hombres por cada mujer.

A principios de este año, un caso generó revuelo cuando aparecieron audios de cinco agentes de la unidad de crimen organizado de la policía de Hampshire haciendo comentarios racistas, sexistas y homófobos. Los oficiales fueron despedidos del cuerpo de policía. En las grabaciones, los agentes llamaban a las mujeres “prostitutas”, “putas”, “tetas dulces” o “jodidas esclavas”, y hacían referencia a su vida sexual y a su físico con comentarios despectivos.

La jefa de la policía de Hampshire, Olivia Pinkney (parte del 29,4% de jefas de policía mujeres en Inglaterra y Gales), dice que aquel episodio “socavó la confianza de nuestras comunidades y dañó la reputación de sus colegas”.

“Avances enormes”

Una exdetective, Jackie Malton, insiste en que la policía “ha hecho avances enormes” desde que ella se unió al cuerpo en Leicestershire en 1970.

Malton, que luego se convirtió en inspiración del personaje de la detective Jane Tennison en la serie británica Prime Suspect, recuerda que una vez un comisario le dijo que su rol se basaría en “calmar a los involucrados en una ruidosa escena doméstica”. Tiempo después, en 1989, Malton montó la segunda unidad contra la violencia machista. Malton dice que la policía refleja los valores del momento: “Los policías no vienen de otro planeta, son parte de la sociedad”.

Esta exdetective dice que ningún policía habría querido ver las violentas imágenes de los arrestos durante la vigilia en el parque Clapham Common el sábado. Dice que apoya a Cressida Dick, la jefa de la Policía Metropolitana (que ha recibido muchas peticiones para que presente su dimisión), y señala que el hecho de que la fuerza tenga por primera vez una jefa mujer es señal de progreso.

“La conozco desde 1983 y sé que las peticiones de las mujeres la impulsarán aún más a trabajar para que las calles de Londres sean más seguras para ellas”.

Denuncias ignoradas

Sin embargo, una mujer policía cree que dentro de la fuerza existe una cultura de “masculinidad tóxica”. Sin querer revelar su identidad, atribuye algunos de los problemas a la alta concentración de hombres. “Hay mucha bravuconería”, dice, describiendo cierto “complejo de héroe”. Según su experiencia, a menudo los agentes hacen comentarios sexistas sobre las mujeres, tanto aquellas con las que trabajan como en la calle. “Las mujeres son vistas como objetos”, dice.

Esta agente incluso describe un problema de “fetichización de las mujeres, especialmente las mujeres negras”. Asegura que las actitudes sexistas están normalizadas. “Es bastante traumático porque como mujeres agentes tenemos que preguntarnos si nos creerán o si seremos condenadas al ostracismo en caso de que nos atrevamos a quejarnos”.

Sus palabras recuerdan a las de Mina Smallman, madre de Nicole Smallman y Bibaa Henry, dos hermanas que fueron asesinadas a puñaladas en junio de 2020. Dos agentes de la Policía Metropolitana fueron arrestados sospechosos de conducta inapropiada en un cargo público por supuestamente tomar fotografías en la escena del crimen y luego compartirlas y otros seis agentes están siendo investigados por recibir las fotos en un grupo de WhatsApp y no denunciarlas.

“Si hacía falta un ejemplo de cuán tóxico se ha vuelto, estos policías se sentían tan seguros, tan intocables, que sintieron que podían hacerles fotos a unas chicas negras muertas y enviarlas”, dice Smallman. Ella cree que el hecho demuestra el “sistema de valores que existe en la Policía Metropolitana”.

Debaleena Dasgupta, abogada del Centro de Justicia para las Mujeres, dice que los testimonios recientes de acoso y abuso confirman algo que ya sabían los abogados que trabajan en el tema: que las mujeres sufren machismo en la sociedad en general, lo cual es especialmente comprobable dados los altos niveles de violencia contra mujeres y niñas. En su opinión, la policía le está fallando a las mujeres.

Dasgupta dice que el Centro de Justicia para las Mujeres alertó de esos fallos en todos los niveles en los que está involucrada la policía, detallando una larga lista de ejemplos: negativa a investigar, investigaciones incorrectas e indiferentes, decisiones policiales que dejan en evidencia prejuicios contra las mujeres víctimas y actitudes de culpabilización de las víctimas, víctimas que son tratadas como mentirosas y negativa a investigar adecuadamente supuestos malos comportamientos de agentes.

La abogada destaca que el pasado marzo, el Centro presentó una demanda que detallaba 666 informes de tres años de incidentes y delitos de abuso machista cometidos por agentes de policía, agentes de apoyo a la comunidad y otro personal perteneciente a 30 de los 43 departamentos de policía de Inglaterra y Gales.

Dasgupta dice que tras años destacando estos problemas y ante la falta de acción de la policía para corregirlos “es difícil no concluir” que existe misoginia institucional.

¿Dónde queda entonces la filosofía histórica de la policía británica, fundada sobre la idea de que el control policial requiere el consentimiento de la población? Dasgupta señala un informe reciente que asegura que el 97% de las mujeres y las niñas dicen haber sufrido acoso sexual.

“Solo una pequeña proporción de esos incidentes fueron denunciados a la policía. Las mujeres no confían en que la policía se tome las acusaciones en serio y los acontecimientos de estos últimos días probablemente disminuirán aún más esa confianza”, dice la abogada.

Haciendo una comparación con la situación de comunidades negras o minorías que han reducido su confianza en la policía debido al racismo institucional, dice: “Existe el temor de que las mujeres vean los incidentes de los últimos días y sientan lo mismo”.

Traducido por Lucía Balducci.

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