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La menor palestina Ahed Tamimi se ve forzada a declararse culpable para salir en libertad en junio

Ahed Tamimi en una comparecencia ante el tribunal militar,

Ana Garralda

Jerusalén —

La joven palestina, Ahed Tamimi, de 17 años, cuyo caso fue conocido después de ser filmada abofeteando a un soldado israelí en diciembre, será puesta en libertad el próximo mes de junio. Este miércoles, la abogada que representa a Tamimi, Gaby Laski, llegó a un acuerdo con la fiscalía militar, según el cual será sentenciada a ocho meses de prisión.

Como parte del acuerdo entre la fiscalía y la defensa, esta palestina de 17 años se declaró culpable de cuatro cargos de agresión, incluida la bofetada grabada en vídeo propinada a un soldado israelí que se encontraba dentro del jardín de su vivienda familiar en el pueblo de Nabi Saleh.

Además de la sentencia de ocho meses de privación de libertad, deberá pagar una multa de 5.000 shekels (unos 1.200 euros). La fiscalía también llegó a acuerdos de culpabilidad con Nur y Narimán Tamimi, prima y madre de Ahed respectivamente, ambas presentes en el lugar de los hechos.

El acuerdo condena a Nur Tamimi a 16 días de prisión y una multa de 2.000 shekels (algo menos de 500 euros). La sentencia para Nariman Tamimi será también de ocho meses de prisión –la misma condena que su hija– y una multa de 6.000 shekels (unos 1.450 euros).

Anteriormente, la abogada de la familia Gaby Lasky –que antes de abrir su propio bufete en Tel Aviv militó en el movimiento pacifista Shalom Ajsav (Paz Ahora)– confirmó que se había alcanzado un pacto: “El hecho de que el acuerdo de culpabilidad prevea la eliminación de todos los cargos de la acusación que permitieron detenerla hasta el final de los procedimientos legales es prueba de que el arresto de Tamimi en mitad de la noche y el proceso legal contra ella fueron pasos diseñados para ajustar cuentas contra ella”, declaró terminada la vista.

Según el acuerdo, Tamimi se declaró culpable de la bofetada, de incitación a la violencia a partir de la difusión del vídeo y de otros dos ataques previos contra soldados. Sin embargo, quedó exonerada de los cargos adicionales por asalto y lanzamiento de piedras.

Todo apunta a que el Ejército israelí prefirió zanjar cuanto antes este asunto, dado que daña su reputación e imagen ante los medios de comunicación locales e internacionales. Ésta sería la razón por la cual se promovió intensamente el acuerdo entre bastidores. También porque de haberse celebrado el juicio todo el proceso habría durado un lapso de tiempo mayor que la condena recibida, además de que los procedimientos habrían quedado bajo el secreto militar. De hecho, la acusación inicial de enero contra Ahed incluyó varios cargos que databan de 2016, pero que fueron obviados por la fiscalía.

La Fiscalía retira varias acusaciones

El acuerdo de culpabilidad fue posible después de que la acusación militar se retractara de la mayoría de los cargos en las acusaciones excesivamente infladas que originalmente se presentaron en enero. Los doce cargos separados en la acusación original presentada contra Ahed se redujeron a solo cuatro. Además, la traducción hebrea de una declaración hecha por Ahed durante el incidente con los soldados se corrigió para reflejar sus palabras precisas. La corrección eliminó la falsa acusación de incitación a perpetrar ataques suicidas con bombas y apuñalamientos.

Su madre, Narimán Tamimi, también fue acusada de practicar la incitación a la violencia a través de las redes sociales, con el argumento de que ella fue la que grabó el incidente y lo colgó en las redes.

Su prima Nur fue acusada de agresión con agravantes, dado que reconoció que ella y Ahed abofetearon a los soldados en parte porque invadieron el jardín de su residencia familiar el 15 de diciembre. Pero, sobre todo, porque acababan de leer en Facebook que otro primo suyo, Mohamed Tamimi, había sufrido una herida en la cabeza, al ser alcanzado por una bala de caucho disparada por los soldados israelíes.

También el caso de Mohamed Tamimi terminó convirtiéndose en tema de controversia en Israel, y su desenlace probablemente también facilitó el acuerdo con Ahed. Pues después de ser operado en el cráneo y de que se retirara la bala –consistente en una esfera de acero recubierta por un envoltorio de caucho de forma cilíndrica, que disparada a corta distancia puede resultar letal– el principal mando militar israelí en los territorios ocupados palestinos conocido como COGAT (Coordinador de las Actividades del Gobierno en los Territorios) aseguró que la lesión de Mohamed había sido fruto de una caída de la bicicleta.

Confesión arrancada con amenazas

La investigación posterior esclareció que el joven había accedido a dar esa versión de los hechos después de haber sido sometido a malos tratos y amenazas por parte de otros soldados que le detuvieron en Nabi Saleh. De esta forma el teniente general Yoav Mordejai –de cuyo departamento dentro del ministerio de Defensa dependen por ejemplo la entrada de mercancías a Gaza, la expedición de permisos de entrada y salida, y la aprobación de cualquier obra de infraestructura en Cisjordania y Gaza– se ha visto obligado a olvidarse de sus acusaciones, que también difundió en árabe por las redes sociales.

Terminada la vista en el centro penitenciario de Ofer (en las afueras de Ramala), el padre de Ahed y marido de Nariman, Bassem Tamimi, señaló desafiante que “hoy quedó demostrado que Israel no es invencible y que la presión que ejerce nuestra lucha tiene efecto”. Añadió que “aun así resulta escandaloso que mi esposa y mi hija tengan que estar encerradas durante ocho meses, mientras que el verdadero rostro de la ocupación, el de Elor Azaria, que asesinó a sangre fría a un ser humano, solo cumplirá un mes más que mi hija, que abofeteó a un soldado”.

De esta forma Basem Tamimi quiso dejar constancia de las paradojas del sistema judicial israelí, que finalmente sentenció –tras una rebaja de condena por intervención de otras instituciones del Estado– al soldado Azaria a solo nueve meses de prisión por rematar de un tiro en la cabeza a un joven palestino que había atacado a otros compañeros suyos con un cuchillo y que yacía moribundo sobre el asfaltado de una calle de Hebrón. El ajusticiamiento fue grabado por un colaborador de la ONG de derechos humanos israelí B'Tselem.

Un nuevo informe hecho público ayer martes por B'tselem, bajo el título de “Violación de los derechos de los menores palestinos por los tribunales militares de Israel”, analiza los cambios que Israel declaró en la última década con respecto al trato de los menores palestinos en los tribunales militares.

El informe revela que el papel de la Corte Militar Juvenil, cuyo establecimiento Israel considera un logro histórico en la protección de los derechos de los menores en el sistema judicial militar, consiste principalmente en firmar acuerdos de declaración de culpa ya alcanzados entre la defensa y la fiscalía fuera de sede judicial. Casi todos los menores firman los acuerdos de declaración de culpabilidad, ya que la política de detención de los tribunales militares les deja pocas opciones.

Según las cifras que el Servicio Penitenciario de Israel (IPS) proporcionó a B'tselem, a fecha de 28 de febrero de 2018, el IPS tenía bajo custodia en sus prisiones a 356 menores palestinos. De estos, 95 cumplen una pena de prisión tras recibir sentencia firme, mientras que 257 estaban detenidos antes o después de la acusación, y otros cuatro estaban en detención administrativa.

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