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Los líderes de la UE enfrían el órdago de Polonia

Foto de familia de loe jefes de Estado y de Gobierno de la UE.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Palo y zanahoria. O zanahoria y palo. Es lo que han pedido los principales países de la Unión Europea ante el debate sobre el Estado de Derecho en Polonia, que no estaba en el orden del día, que no ha producido conclusiones, pero que se ha colado en la cumbre por la deriva autoritaria en Varsovia, que está situando al país fuera del ordenamiento jurídico de la UE a través de resoluciones de un Tribunal Constitucional cuestionado por las instituciones europeas.

Mientras el Parlamento Europeo anunció este miércoles que llevaría a la Comisión Europea a los tribunales por no activar de una vez el mecanismo de la condicionalidad de los fondos europeos, por el cual el dinero deja de fluir a los Estados que no cumplen con los valores europeos, los jefes de Gobierno de los principales países de la UE, Alemania y Francia –y de alguna manera Italia y España–, han pedido cautela ante un órdago polaco en el que sólo cuenta con un aliado: el húngaro Viktor Orbán.

“Los Estados miembros apoyan el diálogo y también piden utilizar los mecanismos existentes previstos por los tratados, así como los textos existentes”, explican fuentes diplomáticas: “El debate ha revelado que los miembros del Consejo Europeo están convencidos de que el Estado de Derecho y la independencia del poder judicial son absolutamente fundamentales. Los instrumentos legales e institucionales ya se han activado y aún podrían activarse. El debate se ha desarrollado en un ambiente sereno, y fue la ocasión para identificar las dificultades exactas y comprender mejor los diferentes puntos de vista. El presidente Michel agradeció el enfoque constructivo: la retórica y el respeto mutuo pueden facilitar o complicar las soluciones, y el presidente concluyó que el diálogo debe seguir para encontrar soluciones. El debate de esta noche es un paso que debería ayudar a encontrar soluciones”.

Así, Angela Merkel y Emmanuel Macron están empujando para que la Comisión Europea no se apresure a tomar medidas que podrían profundizar la confrontación con Varsovia: la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, avisó este martes al primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, de que estaba poniendo en riesgo 106.000 millones –entre fondos de cohesión, política agraria común y fondos de recuperaicóm–.

Alemania y Francia temen que la presión podría llevar a Polonia a responder con el bloqueo de decisiones de la UE, así como debilitar el europeísmo polaco. Además, todos los presentes tienen en la memoria el pasado conflictivo entre Varsovia y Berlín, así como las consecuencias que puede tener el desapego de los países del Este con la UE en términos geopolíticos, dada su cercanía con Rusia.

De hecho, países tradicionalmente duros con el Estado de Derecho, como los del Benelux, no han expresado la dureza que sí mostraron en junio con la deriva homófoba de Hungría, por ejemplo, lo que evidencia que el peso polaco es superior, en particular en las peleas por la política agraria común, que también afecta a España, país que también ha llamado al diálogo, si bien nadie ha pedido descartar las medidas más duras.

Durante su intervención, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, insistió en lo expresado en su carta del lunes y su intervención del martes en el Parlamento Europeo: que el conflicto entre su país y la UE no se trata de los principios del Estado de Derecho, sino de si la UE está sobrepasando su jurisdicción cuando las instituciones europeas cuestionan la independencia del sistema judicial polaco.

Morawiecki, en todo caso, reiteró que están dispuestos a revertir una de las decisiones en discordia, como la Junta Disciplinaria judicial, considerada una injerencia del poder político sobre el judicial por parte de Bruselas y el TJUE. Eso sí, insistió que el fallo del Constitucional que considera que parte de los tratados de la UE violan la Carta Magna polaca no socava la jurisdicción europea.

“El Estado de Derecho es un pilar fundamental de la Unión Europea”, ha dicho Angela Merkel en el que puede ser su último Consejo Europeo, el 107 tras 16 años al frente de Alemania, “por otro lado, una cascada de disputas legales ante el Tribunal de Justicia de la UE no resuelve el problema de cómo aplicar realmente el Estado de Derecho. Creo, además, que tenemos un problema que debemos tomarnos muy en serio, no es solo un problema entre Polonia y la Unión Europea, también se está debatiendo en otros Estados miembros. La Conferencia sobre el futuro de Europa es en realidad un buen lugar para debatir, entre otras, estas cuestiones.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha dicho por su parte, tras reunirse con el primer ministro polaco: “Polonia es un gran país de la Unión Europea que debe liderar junto con otros muchos el proyecto de integración europea. Pero también deben entender que la Comisión Europea es la guardiana de los tratados, que su rol reconocido es cumplir y hacer cumplir la legislación y los tratados. Por tanto, desde una posición de apoyo y de respaldo a la Comisión Europea, lo que he trasladado al primer ministro polaco, es que encontremos una vía constructiva de diálogo para poder encontrar una solución que saque a la Unión Europea y a los Estados miembros de esta situación tan compleja”.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, insistió, en todo caso, en que el reciente fallo del Tribunal Constitucional de Polonia sobre la supremacía del derecho nacional frente al derecho de la UE había llevado la crisis entre Bruselas y Polonia a “una nueva dimensión”. Y añadió: “Todos tenemos que asumir responsabilidades cuando se trata de proteger nuestros valores fundamentales”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, por su parte, se vio con el primer ministro polaco Morawiecki en el aeropuerto de Bruselas antes de la cumbre, y “compartió sus preocupaciones sobre la situación creada por el fallo del tribunal constitucional polaco”, según fuentes del Elíseo. Macron también pidió a Polonia que entable un diálogo con la Comisión Europea “para encontrar una solución compatible con nuestros principios y nuestras reglas comunes”, según las fuentes, que han añadido sobre las discusiones en la cumbre entre los líderes: “Hay gran preocupación por la situación creada por la sentencia del Tribunal Constitucional. Todos subrayaron en el debate la gravedad de la situación y el problema fundamental vinculado al cuestionamiento de la independencia del poder judicial en Polonia. Como había hecho durante su reunión bilateral con el primer ministro polaco, el presidente Macron dijo que estaba listo para el diálogo, pero también recordó con firmeza durante la discusión de los 27 las demandas que teníamos con respecto a Polonia: respeto de las reglas comunes, que Polonia había aceptado soberanamente”.

Morawiecki, por su parte, insistió en que está abierto al diálogo con sus homólogos europeos, pero que su gobierno no va a “actuar bajo la presión de un chantaje”. Y dijo que Polonia ya ha presentado algunos de los planes para retirar las reformas que “pueden abordar algunas dudas planteadas por el Tribunal de Justicia de la UE”, en referencia al controvertido mecanismo disciplinario para los jueces.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, principal aliado del Gobierno polaco, dijo a su llegada a la cumbre que hay una “caza de brujas en Europa contra Polonia” y que Varsovia tiene razón: “La UE tiene primacía donde tiene competencias. Lo que sucede aquí es que las instituciones europeas eluden los derechos de los parlamentos nacionales y de los gobiernos, y modifican el Tratado sin tener ninguna autoridad legítima para hacerlo”.

El presidente de la Eurocámara, Sassoli, por su parte, ha afirmado en su comunicación ante los líderes, esta vez por escrito debido a que se encuentra aquejado de una neumonía: “Se han puesto en tela de juicio los cimientos jurídicos de nuestra Unión. No era la primera vez, por supuesto, ni será la última. Pero nunca antes se había cuestionado la Unión de forma tan radical. Creo que ustedes, y todos nosotros, debemos mantener un debate franco y abierto sobre la dirección que queremos dar a nuestra Unión”.

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