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La tensión entre la UE y Turquía crece con la presión de Erdogan a Macron: “Sólo se aleja más de Europa”

Protestas contra Macron.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Cada día que pasa, la tensión entre la Unión Europea y Turquía parece aumentar. Si Ankara ya se encontraba en observación desde hace tres semanas, cuando la UE dio dos meses de plazo a Tayyip Erdogan, el presidente turco, para reconducir la tensión con Chipre y Grecia por sus actividades en el Mediterráneo occidental, ahora la crisis ha tomado un nuevo impulso con los ataques de Erdogan al presidente francés, Emmanuel Macron, seguidos del anuncio de un boicot a los productos franceses. Un nuevo episodio entre la UE y Turquía, que ya vivió horas complicadas en el pasado febrero y marzo por una crisis en la que Bruselas acusaba a Turquía de no cumplir la parte de su acuerdo por no contener a los migrantes que huyen del hambre y la guerra en Oriente Próximo para evitar que se agolparan en su frontera griega.

La propia Comisión Europea ha reaccionado este martes al boicot. “Los acuerdos de la UE con Turquía proveen de libre comercio de bienes y productos, por lo que Turquía debe cumplir con estos acuerdos. Los boicots solo la alejan más de la UE”, ha afirmado un portavoz en una rueda de prensa.

Este episodio llega apenas cuatro días después de que Erdogan criticara, el sábado, a Macron por las medidas que está tomando contra agrupaciones islamistas. “¿Qué problema tiene Macron con el islam, qué problema tiene con los musulmanes? Macron tiene necesidad de una terapia de atención mental”, dijo Erdogan, apenas diez días después del asesinato del profesor Samuel Paty en la región de París, después de haber mostrado caricaturas de Mahoma en una clase sobre libertad de expresión.

A raíz de ese asesinato, el Gobierno francés cerró una mezquita y disolvió una agrupación islamista. “Hemos señalado al enemigo y explicado la estrategia. Aquellos cuya religión es el islam deben estar protegidos contra el islam radical”, dijo Macron.

“¿Qué otra cosa se puede decir de un jefe de Estado que no entiende la libertad religiosa, que actúa de esta manera contra millones de personas de una religión diferente en su país? Primero un control mental”, replicó Erdogan el fin de semana.

Macron y Erdogan han tenido numerosos desencuentros en los últimos meses por la intervención de Ankara en Libia, en los contenciosos por las aguas territoriales de Chipre y Grecia o, más recientemente, por el conflicto en Nagorno Karabaj en el que Turquía está claramente alineada con Azerbaiyán contra Armenia.

Pero no sólo. En diciembre pasado, en la cumbre del 70 aniversario de la OTAN, Macron denunció la falta de compromiso de Ankara con el artículo 5 de la Alianza, que prevé la defensa de un aliado ante un ataque externo. Ankara ha asegurado que no apoyará a los países bálticos –Lituania, Letonia y Estonia– y Polonia frente a una hipotética amenaza por parte de Rusia, si la OTAN no reconoce como terroristas a los enemigos (kurdos) de Turquía: a los grupos kurdos que Turquía está combatiendo en su incursión unilateral en Siria tras la retirada, también unilateral, de EEUU de la frontera turca, movimiento que tampoco gustó a Macron. La queja con Turquía de Macron también tiene que ver con la compra por Ankara del sistema antimisiles ruso S-400.

El Elíseo respondió a las palabras de Erdogan: “Las declaraciones del presidente Erdogan son inaceptables. Los excesos y la grosería no son formas. Exigimos que Erdogan cambie su política porque es peligrosa desde todos los puntos de vista. No entramos en polémicas inútiles y no aceptamos los insultos”.

El domingo, Macron hizo un alegato en tuiter en francés, inglés y árabe: “Seguiremos. Estaremos siempre del lado de la dignidad humana y de los valores universales. Seguiremos. Respetamos todas las diferencias en un espíritu de paz. No aceptamos nunca los discursos de odio y defendemos el debate razonable”.

A raíz de las palabras de Erdogan, se ha sucedido una cascada de apoyo a Macron por parte de sus socios europeos. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, afirmó: “Las palabras del presidente Erdogan sobre el presidente Macron son inaceptables. Llamada a Turquía para que detenga esta espiral peligrosa de confrontación”.

Borrell también recordó que las conclusiones aprobadas en la cumbre europea del 1 y 2 de octubre “contienen una oferta real para relanzar nuestra relación, pero hace falta una voluntad política de las autoridades turcas sobre esta agenda positiva. En caso contrario, Turquía estará todavía más aislada”.

En una línea semejante se manifestó el canciller austriaco, el popular Sebastian Kurz: “Condeno los insultos del presidente Erdogan contra el presidente Macron, que demuestran que Turquía se aleja de la UE y de nuestros valores comunes”.

Del mismo modo, el primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte, tachó este lunes de “inaceptables” las palabras de Erdogan y alertó de que Países Bajos “sigue comprometido con los valores comunes de la Unión Europea”, así como con “la libertad de expresión y contra el extremismo y el radicalismo”.

Palabras parecidas a las que utilizó el primer ministro italiano, Giuseppe Conte: “Los comentarios dirigidos por el presidente Erdogan al presidente Macron son inaceptables. Las invectivas personales no ayudan a la agenda positiva que la Unión Europea quiere mantener con Turquía, sino que, por el contrario, rechazan las soluciones. Total solidaridad con el presidente Emmanuel Macron”.

Toda esta tensión entre Erdogan y Macron también tiene que ver con el proyecto de ley del Gobierno francés contra el islamismo, entre cuyas medidas está la disolución de dos asociaciones supuestamente vinculadas con el integrismo islámico, Baraka City y el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF), en una ofensiva que se ha acelerado tras el asesinato del profesor Paty. La semana anterior, el Gobierno francés ya había disuelto el grupo Cheikh Yassine, fundado por una de las personas imputadas por complicidad con el joven checheno que el pasado 16 de octubre decapitó a Paty.

El Gobierno español también reaccionó en apoyo a Macron tras las palabras de Erdogan.

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