Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

The Guardian en español

Kits anti ácido para frenar la ola de ataques en las calles de Londres

La Policía de Londres aumenta en 600 el número de agentes armados

Holly Watt

La policía de Londres ha recibido 1.000 kits para responder a los ataques con ácido tras el aumento de crímenes con este tipo de líquidos corrosivos. Los coches de policía de respuesta rápida llevarán estos kits, que incluyen equipo de protección y cinco botellas de un litro de agua, para que los oficiales puedan tratar inmediatamente a personas que hayan sido rociadas con ácido.

Los bomberos acudirán junto con la policía para poder suministrar grandes cantidades de agua rápidamente. Mojar a la víctima con agua puede prevenir un mayor daño en la piel, pero la rapidez con que se haga es clave.

La policía del este de Londres también llevará kits para poder hacer pruebas de ácido y otros líquidos corrosivos. Por el momento, no es ilegal llevar este tipo de sustancias, por lo que la policía debe probar que existía la intención de causar daño.

Stephen Timms, representante laborista, ha pedido que llevar ácido encima sea declarado un crimen. Los criminales que realizan ataques con ácido pueden ser juzgados por daños físicos graves y ser sentenciados a cadena perpetua.

Recientemente se han registrado varios ataques en el este de Londres, particularmente en Newham. Por el momento, sólo los coches de policía del este de Londres llevan estos kits de respuesta, pero pronto se distribuirán a todos los coches de la ciudad.

Un portavoz de la policía metropolitana asegura que están trabajando en conjunto con la brigada de bomberos, el servicio de ambulancias, el ministerio de Interior y los hospitales para ocuparse de este tema.

El comisario Mike West, jefe de la unidad de crímenes con corrosivos de la policía metropolitana de Londres, ha declarado al periódico Evening Standard: “Estas son heridas que te cambian la vida. Si bien las cifras son mucho menores a los ataques con cuchillos o con armas de fuego, las heridas que provocan los líquidos corrosivos le arruinan la vida a la víctima.

“Confío en que estamos tomando las medidas adecuadas para mejorar nuestra respuesta a este tipo de crímenes y estamos buscando una forma más segura de identificar algunas de las sustancias que hay en las calles. Así que si vas caminando con una botella de algo que parece una bebida deportiva, los agentes de policía ahora podrán hacer una prueba para comprobar qué contiene realmente la botella”.

Un portavoz de la brigada de bomberos de Londres señala: “Nuestros bomberos son especialistas en resolver muchos tipos de incidentes que involucran materiales peligrosos. Si nos llaman y encontramos a alguien sufriendo los efectos de una sustancia corrosiva, podemos ayudar a nuestros compañeros del servicio de ambulancias y de la policía para tratar a la víctima, primeramente mojando la zona afectada con una gran cantidad de agua.”

El número de crímenes con ácido u otras “sustancias perjudiciales” se ha duplicado en Londres en los últimos tres años. En 2016, se registraron en la ciudad 455 crímenes en los que se utilizó una sustancia corrosiva o se amenazó con utilizarla.

Crímenes en Londres en los que se usaron ácidos u otras sustancias corrosivas

Fuente: Metropolitan Police

Los expertos relacionan el aumento de los ataques con la aplicación de medidas enérgicas contra las armas de fuego y los cuchillos, explicando que las pandillas han comenzado a utilizar sustancias corrosivas porque son más accesibles.

La policía afirma que hay pruebas que demuestran que ciertos delincuentes comenzaron a llevar ácido encima tras la aprobación de una ley de 2005 que aplica condenas de cárcel inmediata para quienes reincidan en el delito de llevar un cuchillo.

Traducido por Lucía Balducci

Etiquetas
stats