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WildStar, el MMORPG que desafía lo establecido

David Lebrato

Hace ya bastante tiempo que los MMORPG llegaron para quedarse. Los hay que han tenido bastante fortuna, y por una razón u otra, generalmente asociada a la calidad inicial del producto y a un buen soporte posterior que añada personajes, niveles, modos de juego, etc., se encuentran en la cúspide de la pirámide a una gran distancia de sus más cercanos competidores. Si no el mejor, que aquí siempre caben puntualizaciones, el más conocido es World of Warcraft, con millones de jugadores enganchados al mismo alrededor de todo el mundo.

Ahora llega WildStar, con ganas de arrancarle de las manos un buen trozo del pastel.

Analizar un MMORPG es siempre un asunto delicado. Hasta los peores se extienden durante horas y horas de contenido. Que si búsquedas, que si clases… Por más que queramos abarcar todo se nos hace imposible, aunque esto no tiene por qué ser del todo malo: así os dejamos un montón de sorpresas sin destripar. Tras un par de semanas dándole a WildStar en los ratos que la redacción nos deja libres hay algo que podemos afirmar con rotundidad: el juego gusta, y queremos pasarnos todas las tardes enganchados a él, aunque solo sea un ratito.

El punto de partida es la atención que ha generado el planeta Nexus en dos facciones bien diferenciadas. Por un lado están los Exile, poco menos que gitanos nómadas que van en busca de un hogar donde establecerse. Por otro los pertenecientes a The Dominion, que vendrían a ser como una élite imperial colonizadora a la que le gusta quedarse con todo lo que ve. Dos machos a por la misma damisela, y la guerra está servida. El planeta estuvo anteriormente habitado los los Eldans, una raza de la que no se sabe el motivo de su desaparición, y que dejaron tras de sí gran cantidad de ruinas para explorar y, sobre todo, mucha tecnología que nos ayudará en la lucha por el planeta.

Como todo RPG que se precie, el comienzo del juego pasa por la creación del personaje. Y es quizá aquí donde se encuentra el punto flaco de WildStar, no en sí respecto a las clases, sino a la personalización misma. Más allá del aspecto de la cara, que está bastante bien respecto a la cantidad de detalles que pueden ser ajustados con suficiente precisión, el conjunto de opciones para el corte del cabello, el color de la piel o los ojos, o incluso la gama de accesorios que podremos elegir es escasa. Nada, por otra parte, que Carbide Studios, no pueda solucionar con su correspondiente parche. De todas formas será suficiente para todos aquellos que no sean unos creadores enfermizos que quieran definir su personaje con todo lujo de detalles. Al resto, nos servirá.

Dentro de cada facción hay cuatro razas para elegir, cada cual con su apariencia única y la historia que les acompaña para que sepamos algo de ellos. Pero lo realmente importante, pues lo anterior se limita a la apariencia externa, son las clases. En total hay seis para elegir, que van desde el típico guerrero al lanzahechizos, pasando por ingeniero, esper, médico y stalker. Vamos, que quien no encuentre lo que quiere ser es porque se debe dedicar a otro tipo de juegos. La última elección para que el espectáculo de comienzo es el camino a seguir, la senda, de entre soldado, colono, científico o explorador. Es tremendamente importante ésta última preferencia, pues cada cual podrá optar por misiones que los otros no. Por ejemplo, en el caso del soldado casi todo será resistir los ataques enemigos oleada tras oleada, mientras que en el explorador existirá libertad absoluta para ir de allá para acá, escalando los más altos picos de montaña o internándose en las angostas cuevas en busca de tesoros.

Sea como fuere, para las misiones secundarias existe la posibilidad, por no decir la obligación a veces, de reunir distintos personajes cada cual con su trayectoria para completarlas. El trabajo en equipo será recompensado, así que es también muy importante tener buenos amigos con los que jugar, puesto que los equipos formados por personas que no se conocen entre ellas no suelen dar buenos resultados. Dichas misiones en compañía, que pueden ser una simple búsqueda de objetos, o para asesinar a un oponente, son muy dinámicas, y no se sienten como una pesada tarea u obligación. Es decir, se disfrutan mucho. También habrá misiones comunitarias poco frecuentes en las que no nos quedará más remedio que juntarnos con gente que no conocemos. Por ejemplo en la que tuvimos que viajar a un puesto de avanzada fuera del planeta. Es bueno que nos dé el aire de vez en cuando lejos de la locura colectiva reinante en Nexus.

Una de las partes más importantes de cualquier MMO es, sin duda alguna, el combate. Basado en su mayor parte en los tiempos de reutilización de los ataques y en la gestión de los recursos a nuestro alcance, parte de la acción se basará en la habilidad para esquivar las ofensivas enemigas. Existe una amplia variedad de patrones de ataques del enemigo, que proyectarán en el suelo un dibujo que se deberá interpretar de dos formas. La más visible es el área de acción, si salimos de la misma se acaba el peligro. La segunda es una especie de aviso del tiempo que queda para que el daño se haga efectivo de permanecer en el sitio.

Respecto a la forma de combate de nuestro personaje dependerá de la clase elegida, pero el funcionamiento básico es común. También nosotros tendremos un área de efecto para nuestros ataques, pero en determinadas circunstancias habrá que apuntar directamente al enemigo que queramos herir. Para todos habrá un total de 30 habilidades activas, de entre las que podremos seleccionar sólo 8 simultáneas. También las hay pasivas, como por ejemplo las que nos suman más experiencia tras las muertes.

Aunque al principio, en los niveles iniciales del personaje, el combate en WildStar puede aparentar ser demasiado sencillo (de hecho todo lo que se plante ante nosotros morirá después de aporrear el botón izquierdo del ratón durante unos poquitos segundos), conforme aumente el nivel del mismo empezará a tornar más dificultoso, y acabará en muerte si no cambiamos el estilo de nuestros ataques. En este caso se puede optar por revivir en el mismo lugar por un puñado de las monedas del juego que tengamos en nuestro haber o aparecer gratuitamente en la estación más cercana al deceso.

El aspecto y diseño de WildStar puede echar para atrás a los más fieles a la épica medieval, aunque el porcentaje de realidad sea en los dos casos cercano al cero absoluto. De hecho si algo hemos de agradecer es precisamente que se aleje de éste terreno, que está el mercado saturado de elfos y trolls, por mencionar a dos. Y no sólo cambia radicalmente en cuanto a la temática, decantándose por algo que podríamos denominar como ciencia ficción y fantasía, sino que también lo hace del estilo predominantemente realista en el sector, decantándose por algo más cartoon.

Por su parte no exageramos al decir que el juego cuenta con la más amplia y variada selección de partituras que hayamos escuchado nunca en un juego online. Pasado un tiempo de juego se pueden cerrar los ojos y saber en qué lugar se encuentra el personaje gracias a la música distintiva para cada lugar. Lo único, y es algo de lo que adolecen últimamente todos los juegos, es que los temas se hacen cortos, por lo que repiten sus melodías con más frecuencia de la que nos hubiese gustado. Las actuaciones de los actores de doblaje son imponentes, pero se echa en falta un doblaje a nuestro idioma. O cuando menos una traducción de los subtítulos así como de los elementos de los menús.

Sin duda, la totalidad de un juego en inglés es algo que tira para atrás a un buen número de potenciales compradores. Y más sabiendo que el tono humorístico predomina prácticamente durante todo el tiempo de juego y no va a ser aprovechado por aquellos que desconozcan el idioma, aunque haya bajado de intensidad respecto a lo que nos mostraron en los distintos trailers que ofrecieron antes del lanzamiento. WildStar no es precisamente un paradigma en lo que a historia del juego se refiere, pero hay aquí y allá textos que podemos leer una vez encontrados y que darán sentido al conjunto. Superado cierto nivel de personaje, se desvelan más secretos.

Pero no acaban aquí las diferencias con otros MMO, sobre todo en las comparaciones inevitables con el más conocido de todos. Algo que los de Blizzard no han implantado todavía es la construcción de nuestra propia vivienda. En WildStar sí podremos, primero eligiendo el terreno donde queramos edificar y luego erigiendo la casa de nuestros sueños. Las opciones de personalización van más allá en este campo que en las del propio personaje. Es como si hubiesen tomado prestada la idea de Los Sims

Sin embargo sí que existen ciertos elementos en los que simplemente se han dedicado a copiar el obsoleto modelo de diseño de otros juegos. Por ejemplo, el método de reparto de botines continúa siendo una pelea por pillar lo mejor que se encuentre o haya dejado caer el enemigo, en vez de hacerlo equitativamente teniendo en cuenta las necesidades de cada personaje que haya participado en la misión. Los viajes rápidos, aunque existen, están severamente limitados por un sistema de transporte poco eficaz. O en el caso de la búsqueda y recopilación de recursos, que están bastante restringidos y se convertirán en una pesadilla para los usuarios casuales. Aquí el más rápido se lo queda todo.

No hay nada que recordemos que haya escapado de las previsiones de Carbide para crear el MMORPG más completo. Al modo PvE, en el que los jugadores se enfrentarán a enemigos naturales del planeta, hay que añadir el que siempre suele ir de la mano: PvP. En este las cosas cambian, puesto que todo el mundo, sea en solitario o por equipos, es potencialmente enemigo del resto. Para facilitar las cosas y evitar que personajes sin trayectoria o jugadores novatos se metan en líos que les queden grandes, se empieza el juego en PvE y sólo después de haber alcanzado el nivel 5 se permite cambiar al PvP. De hecho el nivel de personaje da opción a nuevas funciones en el juego, como la exploración de mazmorras, algo que en la mayoría (por no decir todos los demás) se puede hacer desde el primer minuto, en WildStar se consigue después de alcanzar nivel 20. Llegados al nivel 50 se desbloquean todos los secretos de Nexus, así como los llamados Warplots, o batallas entre bandos de 40 jugadores cada uno. Bestial.

Por último no nos queda más remedio que avisar a los posibles compradores que, además del desembolso por el propio juego, hay que pagar una suscripción mensual para disfrutarlo. Tal vez hubiese sido mejor idea por parte de Carbide dejarlo como descarga gratuita en la tal extendida modalidad del free-to-play, pero no es el caso. Aun así conviene saber que cualquier jugador medianamente activo puede comprar tiempo de juego (suscripciones, básicamente) cambiando oro por C.R.E.D.D. Esto cuesta 16.99 euros en la tienda oficial de WildStar, y supone una suscripción de 30 días al juego. Cualquiera que lo compre lo podrá donar a un amigo, o vender en el mercado de C.R.E.D.D. Lo único malo es que, como todo lo que se refiere a dinero, sea real o virtual, es susceptible de la especulación de los mercados.

Como ejemplo lo que se puede leer en los foros, donde la mayoría de los farmers considera que 6 platinos (600 de oro) es un precio justo por un C.R.E.D.D., otros no lo venderían por menos de 500 platinos (50.000 de oro) Esto puede derivar en situaciones de lo más injustas, donde muchos se dediquen a jugar de verdad para conseguir oro que vender a cambio de suscripciones mientras que otros se harán ricos (en oro del juego, claro), y tendrán acceso a mejores complementos gracias a la especulación con los precios. Como en el mundo real.

WildStar es una ambiciosa, a la vez que excéntrica, apuesta por cambiar las bases establecidas por los MMORPG de éxito. Carbide Studios ha sabido proporcionar un montón de contenido para poder atraer al máximo número de jugadores del género posibles. Quedan cosas por pulir, como es lógico, pero una vez hecho, y con la adición de nuevos contenidos es muy posible que se sitúe en la cabeza de los juegos de rol online en muy poco tiempo. Si te gustan este tipo de juegos, y además echas de menos un poco de humor y alegría en ellos, eres un firme candidato para engrosar su lista de fans.

Lo mejor:

  • Gigantesco en cuanto a contenido
  • Gráficos,música, sonido y doblaje
  • Sistema de combate fluido y suficientemente amplio como para no aburrir
  • Las aventuras para 5 jugadores y los Warplots de 40 v 40

Lo peor:

  • Lo mismo que innova en algunos campos es demasiado clasicista en el resto
  • No hay muchas opciones para crear el personaje
  • El segundo idioma más hablado del planeta, el español, no figura entre las opciones. Inglés sí o sí (o alemán o frances...)
  • El resultado final no es tan gracioso como lo presentaban los trailers
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