40 años de cultura tras 40 años de silencio
Los promotores del golpe de estado y ganadores de la Guerra Civil tuvieron muy claro desde el principio que no sólo la libertad sino también la cultura eran un enemigo a batir. Entre sus víctimas en la comunidad, el Ateneo Riojano. Fundado en 1922, llevaba 14 años de intensa actividad cuando en 1936 fue clausurado y entró entonces en una oscura etapa de 40 años de silencio. Fue en 1977 cuando un meritorio grupo de personas se embarcaron en la aventura de reabrirlo. Ahora se cumplen 40 años de ese resurgimiento, que se van a celebrar durante esta semana con las jornadas Ateneo Riojano 40/40.
En 1922 Alfonso XIII reinaba en un país inestable, el sistema político de la Restauración se tambaleaba y comenzaba a gestarse el golpe de estado de Primo de Rivera. En este contexto, el 31 de diciembre un grupo de jóvenes cargados de ilusión y muy críticos con el momento que les había tocado vivir deciden apostar por la cultura y crear “una tribuna de todas las ideas”. Reunidos en el Café de los Dos Leones, firman el manifiesto fundacional del Ateneo.
Manifiesto fundacional del Ateneo Riojano:
“Ciudadano: sin otro mérito que nuestra honradez de sentir; sin otro título que el bello fin de nuestra obra, nos dirigimos a ti, para ofrecerte esta nuestra pura y sentida inquietud. Convives con nosotros en este páramo dormido de Logroño, donde aún resta insensible el fuerte espíritu de renovación. Con nosotros vegetas en el letal olvido de todo anhelo de perfectibilidad. Somos, todos, engranaje inconsciente de esta torpe vida de relación henchida de avaricia y esmaltada de sordidez; observamos indiferentes el trágico y acéfalo desconcierto de nuestro problema social; admitimos sin sonrojo, que el bajo nivel de nuestra cultura nos haga ser margen de Europa; toleramos que en la hegemonía de la cosa pública se asiente la ineptitud y la osadía…”.
“Proyectamos la formación de un Ateneo, que sea tribuna de todas las ideas, cuna de todos los sentires; un hogar fraterno y cobijador de todos los hombres y de todas las castas donde sea uno y sentido el amor a la verdad, el deseo de saber, el ansia de renovación; donde los hombres más diversos de condición social, de más distintas ideologías, se junten en un común anhelo de perfección moral e intelectual; donde el hondo respeto de opinar haga compatible el enfrentamiento de los más opuestos conceptos en un cordial ambiente de disquisición; en un sereno y respetuoso debatir”.
En aquel momento se veía la cultura como la solución a todos los problemas sociales. Era el momento de la Institución Libre de Enseñanza, las Universidades Populares, las Misiones Pedagógicas, el Lyceum Club Femenino... Como indica el presidente del Ateneo, Carlos Álvarez, “son años de una gran efervescencia económica, social y cultural en la región y el Ateneo Riojano contribuyó notablemente a crear ese clima: se inauguraron numerosos colegios, cines y también las publicaciones Logroño Ilustrado, Arte y Sport, La Voz de La Rioja...”
Con unos recursos económicos más bien escasos, suplieron esas carencias con ilusión y trabajo. En enero de 1923 eran 300 socios y acabaron el año con más de 700. Era tal su fortaleza que en 1928 consiguieron, mediante obligaciones que fueron suscribiendo los socios, adquirir la sede actual en Muro de Cervantes.
En cinco años consiguieron una biblioteca de 10.000 volúmenes y sus lectores oscilaban entre 30.000 y 40.000 anuales, mediante un sistema de préstamo. Se daban cursillos de todo tipo (contratación mercantil, esperanto…), se hacían excursiones, algún concierto y, sobre todo, conferencias, tanto de asuntos netamente culturales como de cuestiones sanitarias, electorales...
Además, en un momento en el que las mujeres ni siquiera podían votar, siempre fue una pretensión expresa que estuvieran presentes tanto en la junta como en la programación, aunque no siempre se conseguió.
Pero llegó Franco
Años intensos que iluminaron la vida cultural y social logroñesa...hasta que el golpe de estado y la posterior dictadura lo truncaron todo. Los vencedores no sólo atacaron a políticos y sindicalistas, sino que también fijaron sus ojos en el profesorado y la cultura. Nada tenía demasiado interés más allá que la doctrina del nacionalcatolicismo y estaba claro que el Ateneo Riojano sobraba.
A los pocos días del golpe, el Ateneo fue clausurado y sus bienes incautados. Buena parte de su biblioteca y archivo fueron incendiados en una pira a la entrada de la calle Portales. Posteriormente el Ministerio cedió la propiedad a la Falange. Muchos miembros del Ateneo Riojano fueron duramente represaliados y al menos diez de las personas que habían formado parte en algún momento de su junta fueron asesinadas. Franco no solo quería ganar una guerra, sino que buscaba eliminar físicamente al enemigo y hacer desaparecer a la media España que no comulgaba con él.
“Del Ateneo no tenía que quedar ni la memoria”.
Vuelta a empezar
En 1975 Franco muere y España comienza a rehacerse. Sin embargo, el panorama cultural tras la muerte del dictador era más penoso aún que aquel de los años veinte que dio lugar a la creación del Ateneo Riojano. Pese a ello, un grupo de personas comienza a recordar esta institución y ve claro la necesidad de dotar a Logroño de un punto de encuentro cultural.
José Díaz Herce, Joaquín Rosell Barragán, Teodoro Sabrás Farias, José María Gutiérrez Sáez y Eduardo Mato Íñiguez constituyen la comisión gestora. Estas cinco personas más María Basilia Rosell Castellanos, Felipe Abad León, Julio Sabrás Farias Ildefonso Rodríguez de Lama, Florencio Blanco Zurbano, Miguel Calvo Fernández, José Alfredo Nalda Ubago, Javier Luis Sáenz Cosculluela, José Manero Clemente, Alejandro Rubio Dalmati, José Luis Eizaga Martínez, Félix Palomo Saavedra y Alfredo Ollero de la Torre constituyen la junta directiva provisional. Algunos de ellos habían formado parte del Ateneo de antes de la guerra.
Hubo problemas, detallan desde el Ateneo, como una obsesión por el apartidismo, no siempre bien gestionada. Y es que la energía de la sociedad de aquel momento, ansiosa de libertad, se dirigió en mayor medida hacia partidos políticos, sindicatos y asociaciones vecinales, con lo que el Ateneo riojano atravesó momentos difíciles. Pese a comenzar con fuerza, superando incluso los 200 socios, estuvo a punto de desaparecer y le costó deshacerse de su aire decimonónico y anacrónico y hacerse un hueco entre amplios sectores de la población como las mujeres, la juventud o el proletariado.
El Ateneo en 2017
Superadas esas dificultades iniciales, el Ateneo entró en una tercera etapa en la que las mujeres ocuparon un lugar preminente. Rosa Herreros, Mª José Marrodán y Piedad Valverde han presidido la entidad, procurando que siga siendo un foro de actividad cultural, artística y científica ininterrumpida a lo largo de los años.
Actualmente, el Ateneo Riojano es una foro abierto al mundo que continúa promulgando su amor por el conocimiento e incrementando su difusión a través de actos culturales en una sociedad tecnológica y en constante cambio, a la cual intenta llegar por las más diversas vías.
“Es evidente es que la sociedad riojana de hoy tiene poco que ver con la de los años veinte ni con la de los años setenta. Existen importantes y muy potentes instituciones culturales, nuevas tecnologías de comunicación impensables hace cuatro días y los hábitos de vida son radicalmente distintos. Así que lo que vaya a ser el Ateneo Riojano lo tendrá que ir perfilando él mismo sobre la marcha, guiado siempre por su ideario fundacional”, explica el sociólogo Sergio Andrés Cabello.
El aniversario
El Ateneo Riojano ha decidido celebrar el 40 aniversario de su refundación con las jornadas Ateneo Riojano 40/40, que tendrán lugar del 11 al 15 de diciembre.
El lunes 11 de diciembre, Íñigo Eguaras, profesor de Lenguas Clásicas y especialista en culturas y religiones de la Antigüedad, hablará de 'Las caras de Atenea': El martes 12 será el turno de María Teresa González de Garay, profesora de Literatura Hispanoamericana y especialista en la literatura del exilio, en una conferencia sobre Paulino Masip.
El miércoles 13, Carlos Navajas, profesor de Historia y coautor del libro 'El Ateneo Riojano o La casa de todos', disertará sobre el Ateneo durante la crisis española de entreguerras, mientras que Sergio Andrés Cabello, profesor de Sociología y también coautor del libro mencionado, hablará el jueves 14 sobre el valor social de esta institución tras su reapertura en los años setenta.
A modo de colofón, en una mesa redonda moderada por el periodista Jonás Sáinz, se juntarán las cuatro últimas personas que han presidido esta entidad: Michel García, Rosa Herreros, María José Marrodán y Piedad Valverde.
En 2022 se celebrará por todo lo alto el centenario del Ateneo, pero 40 años años de vida tras 40 años de silencio bien merecen ser conmemorados también. ¡Felicidades!
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