Caracoles gigantes en La Rioja: aparecen ejemplares turcos por primera vez en la historia
Hace unas semanas, un vecino de Daroca de Rioja encontró un caracol enorme, de unos seis centímetros de diámetro, en su jardín. Un par de días después apareció el segundo. Las imágenes empezaron a circular por WhatsApp. A estas alturas, ya son varios los vecinos que han encontrado los famosos caracoles gigantes en Daroca.
Se trata del Helix lucorum, popularmente conocido como el caracol turco, ya que su origen se encuentra en Anatolia (Turquía). Es una especie que se distingue especialmente por su gran tamaño. También su apariencia es diferente, con líneas longitudinales y blanquecinas en la concha, en vez de reticuladas y amarillentas como los caracoles autóctonos.
“Es una especie que ha sido ya calificada como invasora en varios países de Europa”, explica del biólogo Ricardo Zaldívar, “se ha ido extendiendo por el Mediterráneo ya que es el clima en el que se desarrolla y hay varias citas de caracol turco en diferentes países, entre ellos el sur de Francia”. Hace 10 años que se detectaron las primeras citas de esta especie en España, concretamente en Cataluña y Valencia. Desde entonces, se han detectado también en zonas de Navarra y Teruel y, el pasado mes de mayo, se dieron las primeras citas en Burgos.
Ahora llega por primera vez a La Rioja, con los peligros que eso conlleva. “Cualquier especie exótica, fuera de su hábitat, siempre va a competir con las especies autóctonas, incluso pueden perjudicar seriamente a los cultivos”, explica Zaldívar, “de momento en España no se le considera especie invasora porque no está muy extendida pero hay que tratar de controlarlo porque a veces se empieza así, con pequeñas citas más o menos localizadas, y luego acaban aclimatándose y desplazando a la fauna autóctona”.
Estos caracoles están especialmente valorados en la gastronomía por su gran tamaño y se pueden criar para ello, pero siempre con grandes medidas de seguridad para evitar que se escapen. “Si han aparecido ahora en La Rioja es porque alguien los ha traído. No son especies que vengan en mercancías como pudo suceder con la avispa asiática en los cargamentos de madera que venían de China. El caracol turco lo ha introducido alguien”, explica el biólogo.
El siguiente paso será tratar de localizar los grupos de caracoles, ver dónde están e intentar sacarlos todos, con ayuda de los guardas forestales. “No se puede olvidar que es una especie exótica y eso puede suponer un problema”, señala Zaldivar, “hay que sacarlos de la naturaleza y, si alguien quiere criarlos, debe hacerlo con todas las garantías si no quiere poner en riesgo a otras especies y a la agricultura de la zona”.
0