El arte y el mundo rural se han dado la mano en una nueva edición de Encinart
Encinart 2019 se despidió ayer, domingo, de Enciso hasta la próxima edición. El pequeño pueblo de la Sierra Riojana regresa a la calma, sin embargo la experiencia vivida durante este fin de semana ha servido para ponerlo en el mapa y convertirlo una vez más en punto de referencia en la agenda cultural estival de la tan nombrada “España vaciada”. Vacío es el que deja, entre sus habitantes, el final de esta Muestra construida por todas y cada una de las personas que lo generan y alimentan, porque Encinart es más que un festival artístico, es una iniciativa transversal, un camino seguro contra la despoblación, una manera colectiva de entender el cambio desde la Cultura.
Tras once años consecutivos, el festival sale reforzado e imparable, así lo avalan la gran acogida que, durante este fin de semana, le han concedido el nivel de sus propuestas y casi los 9500 espectadores que, antes de decirle adiós, todavía pudieron disfrutar ayer de las interesantes actuaciones programadas para la calurosa jornada del domingo.
A las 11.30 de la mañana ya estaba dispuesto en la Plaza del Hospital El Tenderete de Elisa y Elena. Si bien una de sus componentes ya había participado en el pasado Pre-Encinart, las logroñesas trajeron por primera vez a Enciso este espectáculo repleto de canciones, historias y color que acerca al público infantil a la música, a la lectura o a los oficios; divertida manera de hacer la colada que hizo las delicias de las niñas y niños allí reunidos. Seguidamente, Tongo, banda revelación 2018 en Radio 3, colaboradora de reconocidas compositoras como Rozalen o Amparanoia, llenó la Plaza Mayor: latín fusión, compromiso por la igualdad y letras reivindicativas; energía musical e innovadora que hizo corear a los asistentes su último disco, ¡Que revienten!, mientras disfrutaban de la tradicional degustación de pimientos rellenos de boletus. Ya, por la tarde, tuvo lugar el último espectáculo previsto para esta edición: los componentes de Al Tran Tran Impro, antiguos amigos de la Muestra, dieron rienda suelta a su capacidad de improvisación involucrando al público en sus desternillantes canciones.
La ceremonia de clausura se celebró en el albergue y se abrió con un vídeo- proyección de fotografías realizado durante estos tres días por alumnos del I.E.S Batalla de Clavijo, quienes han sabido captar a la perfección a través de su trabajo el espíritu de la misma. A continuación, llegó la tan esperada entrega de premios: Las Raras, la Angustias y la Remedios, o lo que es casi lo mismo, sus creadoras, Ángela y Paloma se alzaron con el premio del público por su descarada interpretación en la comedia Estoy Rara. Crucidramas. Una propuesta de signo muy diferente conquistó el galardón del jurado: Hispania, verso y madera; María Reyes Aznar, cantante de Finalis Terra, emocionó al público cuando subió a recoger junto a su compañero, el guitarrista Ramón Vergara, tan merecido premio al afirmar:
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