El Getafe, finalista de nuevo
El Getafe logró el pase a su segunda final consecutiva de Copa del Rey después de empatar (1-1) en el partido de vuelta de semifinales en El Sardinero, en un partido en el que los racinguistas perdonaron en la primera mitad y acusaron la expulsión de Serrano en la segunda.
El conjunto cántabro demostró a las primeras de cambio sus urgencias de cara a la portería visitante, y así, ya en el primer minuto de juego, un remate del argentino Garay después de un barullo dentro del área estuvo a punto de certificar el primero de los dos tantos necesarios para el milagro local.
Sin embargo, el primer gol verdiblanco no se demoró en exceso. La jugada se fraguó en un córner botado en corto por Jorge López en el minuto 6 que él mismo se encargó de centrar al corazón del área para que Pedro Munitis, libre de marca, rematara a la red.
A un gol de verse apeado de la final de la Copa del Rey, los azulones comenzaron a desperezarse. Así, un mano a mano de Uche y otro remate de Pablo Hernández, ambos en el minuto 14, obligaron al lucimiento del suizo Coltorti, sustituto del sancionado Toño. Y es que pese a verse más cerca del ansiado 2-0, los montañeses aflojaron el ritmo y las contras de los de Michael Laudrup comenzaron, cada vez más frecuentes, a multiplicarse.
De la Red tomó el timón en el centro del campo y Uche acaparó el esférico en los últimos metros lo que por unos instantes hizo pensar que la puntilla getafense era una mera cuestión de tiempo. Sin embargo, las bandas del Racing, con Jorge López y Óscar Serrano incansables durante la primera mitad, volvieron a impulsar las acometidas de los montañeses.
TCHITÉ PERDONA UNA Y OTRA VEZ
Precisamente, un disparo demasiado cruzado del ex de Villarreal y Valencia tras una dejada de Munitis en el minuto 23 puso la miel en los labios de la grada cántabra. Idéntico balance dejó al cumplirse el 29 de juego otro pase de Jorge López, el más constante sobre el terreno de juego, que el congoleño Mohammed Tchité estrelló sobre el cuerpo del meta argentino Ustari en el segundo palo.
La movilidad del africano volvió a quedarse sin recompensa a cuatro minutos para el descanso, cuando el enésimo envío desde la banda, esta vez de Serrano, acabó en la grada de manera incomprensible.
La segunda mitad arrancó como un calco de la primera mitad. Primer minuto, primera oportunidad para los de Marcelino: Gonzalo Colsa se 'eternizó' dentro del área chica hasta que su remate topó en el pie de Belenguer, que desvió a córner.
Consciente de que el intercambio de golpes podía costarle demasiado caro, Laudrup dio entrada a un viejo conocido de la afición montañesa, Casquero, para dormir el partido con mayor control del balón relegando al 'multiusos' De la Red al centro de la zaga azulona. Además, un desapercibido Braulio dio paso al héroe europeo frente al Benfica, el uruguayo Albín.
En el minuto 58, el Racing volvió a rozar la machada de nuevo en las botas de Tchité. El ex del Anderlecht picó en el primer palo un servicio de Serrano, que salió rozando el palo derecho tras sortear la inútil estirada de Ustari.
Marcelino no quiso esperar a última hora para quemar sus naves y movió ficha situando al polaco Smolarek en la delantera en lugar de Munitis. Sin embargo, en el minuto 75, llegó el jarro de agua fría para los santanderinos con la expulsión de Serrano, que vio dos amarillas en tan sólo tres minutos, la segunda obligado a parar un contragolpe azulón.
Las malas noticias no llegaron solas para los intereses del Racing. Cinco minutos después, un mal gesto de Garay, lesionado en la rodilla, fue aprovechado por Albín para robar el balón y ceder a Casquero, que 'ajustició' a su ex equipo con un disparo desde el borde del área y situar al Getafe a sólo diez minutos de su segunda final copera consecutiva.
De ahí al final del encuentro, pese a estar con uno menos, el Racing lo intentó con más corazón que cerebro. Marcelino quitó a su otro central, César Navas, para colocar al joven Iván Bolado e incluso Colsa pudo recortar distancias entre el barullo de un saque de esquina.
También Gavilán pudo poner la guinda en una contra por la izquierda que Coltorti despejó a una mano, pero el marcador de El Sardinero no se movió y el Getafe certificó el pase a su segunda final de Copa del Rey, tras la disputada hace menos de un año frente al Sevilla.
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