Golpe de efecto en Melilla

Golpe de efecto en Melilla

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¡Que siga la fiesta! A este Cocinas.com nos lo han cambiado. De la fragilidad y desconfianza ha pasado la fortaleza y a la constancia. Sin cambios estridentes, sin que el club haya tenido que tomar decisiones drásticas, esta versión 2.0 del Clavijo gusta más. Gana y convence. Se crece ante las adversidades y mantiene la regularidad cuando toca defender. El triunfo ante el líder Quesos Cerrato Palencia fue un aviso a navegantes, los de Antonio Pérez quieren más, no se van a detener. Y ante Melilla se pudo comprobar. Ahí queda el 85-93 y su quinta victoria seguida.

Dio igual que el viaje, pesado, fuera en el día, que la racha positiva de los riojanos pusiera en aviso a su oponente. El Cocinas.com no vende humo. Es lo que es. Desde hace unos meses ha aprendido a reconvertirse, a trabajar día a día, a no fijarse en la clasificación, a continuar su camino sin mirar los resultados, a levantarse ante las diferentes adversidades que se le han presentado... Y todo ello lo ha sabido revertir en positivo. Podía haber sido al revés y haberse hundido en la tabla, asomarse al precipicio del descenso y bajar los brazos.

Impensable. Antonio Pérez ha encontrado la manera de cambiar el estado de ánimo de una plantilla triste, pese a que su juego fuero arriesgado en ocasiones. El técnico y los jugadores insisten en decir que no ha cambiado nada. Puede que no el esfuerzo diario, pero sí los resultados de los partidos. El giro ha sido espectacular. Barcelona, Navarra, Lleida, Palencia y Melilla. Cinco rivales tirados en la cuneta. Ha dado igual el lugar de la tabla que ocuparan, una demostración de la capacidad y, también hay que decirlo, de 'scouting', de saber cómo frenar y buscarle las cosquillas a los diferentes adversarios.

GRAN ARRANQUE RIOJANO

El Javier Imbroda intimidaba. En pasado. Que el Club Baloncesto Melilla sólo hubiera cedido en su cancha una vez esta campaña no asustaba a un Cocinas.com siempre con opciones a domicilio hasta el tramo final, salvo en Coruña, y lanzado después de cuatro triunfos que le alejaban de la zona peligrosa. Con ese convencimiento asustó al cuadro de Alejandro Alcoba. Con un juego de ataque fluido y capaz de anotar en cada acción ponía en aprietos a un Meilla atascado, excesivamente presionado y bloqueado ante el buen hacer de los riojanos en las tareas defensivas.

El 4-9 era una realidad y pronto se convirtió en un 15-25 que hizo saltar las alarmas de los locales antes de que llegara el fin del primer cuarto. Zengotitabengoa y Fanch lideraron la reacción de los locales para colocarse por delante en el electrónico con el 32-30. Pero Galarreta, saliendo desde el banquillo, demostró su estado de gracia con prácticamente 10 puntos de una tacada para devolver la supremacía en el marcador: 34-39. Es lo que tiene la velocidad combinada con el acierto, que provoca parciales demoledores en los oponentes. Que Melilla estaba desquiciado era un hecho cuando su entrenador vio una técnica que provocó que Bravo dejar el duelo en su ecuador con ventaja visitante: 42-46.

El preparador del Melilla, impotente, protestó. Tanto que acabó siendo expulsado. Los anfitriones no encontraban la manera de hincarle el diente a un Clavijo más íntegro y respondón ante cualquier atisbo de cambio de escenario. La combinación dentro fuera que buscaba el cuadro local era intermitente porque enfrente había un equipo acertado -acabó con un 61% en tiros de dos- que no dejaba de anotar en cada momento. Eso obligaba a que Hernández Sonseca ganara protagonismo para intentar que desde el juego interior el Melilla pudiera romper el partido. Fall, a falta por minuto, dejó a los suyos con menos recursos cuando abandonó el duelo por personales en el tercer cuarto. Al menos, en el marcador no tuvo efectos.

VENTAJAS VISITANTES

Las ventajas continuaban siendo visitantes que iba sobreviviendo gracias a la actuación coral. Tunde amenazba, Carlson tenía que trabajar más por dentro, Bravo ayudaba, Kennedy daba un paso adelante cara al aro, Hockins -apenas 10 minutos- aportaba y Ott, piano piano, sin hacer ruido iba calentando para el último cuarto. Mención aparte para Arévalo, una vez más oscuro pero constante -ahí están sus 12 rebotes y 11 puntos-. El caso es que el Clavijo arrancaba en los últimos 10 minutos con el 65-68.

Sin miedos, confiado de sus posibilidades, este Cocinas.com hubiera llegado a esa fase temblando, nervioso, acelerado. Pero las cuatro victorias consecutivas dan aplomo, saber estar, confianza. Con Arévalo en la dirección, con la magistral templanza de Ott en la ejecución y con diversas píldoras de otros jugadores el bloque riojano supo sufrir para no ceder ante su adversario.: 74-78, 76-81, 82-85. Pintaba bien la cosa, pero la quinta de Tunde dejaba dudas. Momento que eligió Ott para asumir responsabilidades y llevar en volandas a los suyos. Melilla apretó, provocó faltas, pero ni así se acercaba a un marcador que terminó cerrando el Clavijo desde la personal: 85-93.

Ver para creer que un conjunto que cayó a los puestos de descenso hace mes y medio ahora se encuentre, en función de lo que deparen los choques de este sábado, a un triunfo de la lucha por el ascenso. Quizá sea correr demasiado, pero doblegar, con carácter, intensidad y mejor hacer a los dos primeros clasificados de LEB Oro invitan a pensar qué hubiera sucedido si este equipo habría gozado de algo de fortuna en varios de sus muchos finales ingratos.

Club Melilla Baloncesto: Franch (23), Marcos Suka-Umu, Pablo Almazán (7), Walton (5) y Hernández Sonseca (20), cinco inicial, Zengotitabengoa (7), Jorge Sanz (3), Gatell (2) y Eloy Almazán (14).

Cocinas.com: Arévalo (11), Ott (22), Álex Reyes (2), Carlson (10) y Tunde (8), cinco inicial, Bravo (7), Hockins (5), Galarreta (16), Fall y Kennedy (12).

Parciales: 17-25, 25-21 (42-46 al descanso), 23-22 (65-68) y 20-25 (85-93 al final).

Árbitros: Carlos Javier García León y Cristian José García Rodríguez. Expulsaron por cinco personales a los visitantes Fall (min. 27) y Tunde (min. 38).

Incidencias: Un millar de espectadores en el Javier Imbroda.

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