La crisis y el 'mediador' explotan al temporero
Llega a primera hora de la mañana a la estación de autobuses. Allí, decenas de personas inmigrantes aguardan una oferta de trabajo. Se presenta, les dice que tiene trabajo en la vendimia para ellos y que a cambio deberán darle parte de su sueldo por 'los servicios prestados'. Acude al campo donde ha contacta con el productor. El trato está hecho. Pero es un delito.
Es la figura conocida como 'mediador'. Otra forma de explotación de los trabajadores. Éstos suelen ser contratados legalmente por los productores, solo un 1% de agricultores y bodegas no cumplen con la ley, a quienes se les retiene luego la mayor parte de su sueldo. Un trabajador en vendimia deberá cobrar, según convenio, unos 70 euros por día. A algunos ni les llega la mitad de ese dinero, trabajan por 30 euros al día, el resto se lo queda el mediador. Otros puede incluso trabajar por cama y comida. Como esclavos.
El perfil del mediador es el de un hombre de nacionalidad portuguesa o española. Busca a personas inmigrantes, generalmente subsaharianos o marroquíes, pero llega incluso a aprovecharse de personas con problemas como el alcohol o las drogas, mucho más vulnerables, o de personas con problemas psicológicos o deficientes.
La Mesa de contratación ilegal de temporeros se reunía en Delegación del Gobierno. Tratan de poner encima de la mesa los problemas de los trabajadores del campo en un año en el que la crisis también se ha dejado sentir.
En 2008 se produjo la operación contra la explotación ilegal denominada 'Operación Libertad' que supuso la detención de 53 personas, también en La Rioja. Esto hizo que se produjera un descenso de la actividad delictiva contra los trabajadores en 2009. Un año después, se ha producido un repunto de este tipo de delitos que el 45% de ellos tiene lugar en el campo.
La crisis económica ha complicado bastante la vida de los temporeros. La falta de empleo ha motivado que muchos españoles en paro opten por trabajar en vendimia. Se produce un repunte de la conocida como 'vendimia en familia'. Sin embargo, esta época genera un efecto llamada para los trabajadores de otros lugares y se encuentran con que ya no hay trabajos para todos.
Por todo ello, son más susceptibles de trabajar por menos dinero y peores condiciones; ahí es cuando entra el mediador.
Es una guerra de todos. Las administraciones públicas deben estar vigilantes, pero también los propios productores e incluso la ciudadanía. En estos casos, las organizaciones sindicales o sociales son fundamentales porque generalmente, son ellas las que avisan a la administración de que se está produciendo una vulneración del derecho de los trabajadores. Los agentes de la autoridad acuden al lugar y constatan si hay delito y se procede a denunciarlo.
La denuncia tipo es el de un trabajador del campo explotado por un subcontratador que se queda la mayor parte de su sueldo. Aunque Delegación de Gobierno no ha iniciado ninguna campaña especial de control en fincas o estaciones de autobuses se viene desarrollando los habituales controles en las zonas de vendimia y se han llegado a encontrar situaciones realmente alarmantes: trabajadores que cobraban unos 20 euros al día o que trabajaban a cambio de techo y comida. Este tipo de situaciones son más comunes en zonas de la Rioja Alta o Media.
Además, Delegación del Gobierno ha puesto en marcha una campaña de control de la explotación sexual en los prostíbulos riojanos para detectar posibles casos de prostitución ilegal.
Aún así, el asesor del Delegado, Gustavo Gauthier, ha apelado a la sensibilidad de las administraciones locales para que, en la medida de lo posible, habilite locales o polideportivos para albergar a las personas que llegan a La Rioja buscando trabajo en la vendimia y no lo consigue.
0