La imposibilidad de derribar un muro

La imposibilidad de derribar un muro

Rioja2

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No era el día. No hay que darle más vueltas. El partido podía haber durado dos semanas y la UD Logroñés seguiría sin marcar. La desesperación se apoderó este domingo de las piernas, las cabezas y las ilusiones blanquirrojas. No había forma humana ni divina de batir a Fernando. La portería del Coruxo se transformó en una fortaleza inexpugnable contra la que los pupilos de Carlos Pouso perdían la vida en cada envite. Lo intentaron por todos los medios que tenían a su alcance, pero la empresa se antojaba cada vez más lejana. La desesperanza de las ocasiones fallidas pasó a ser pesimismo y el pesimismo, frustración. “Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible”, que decía Charles Maurice de Talleyrand. Las puertas de la gloria no se abren, se derriban.

Esa máxima aplicó Mateo. No había llegado el cronómetro del árbitro al minuto 1 cuando el centrocampista gallego adelantó a su equipo. Cuarenta segundos duró el encuentro. Las bolsas de pipas todavía no se habían abierto, los cafés esperaban a ser recogidos en la barra del bar y algunos aficionados rezagados llegaban al estadio. No importó. El equipo vigués tenía esas prisas que le entran a uno en el cajero automático cuando sale la tarjeta. El gol enmudeció a Las Gaunas. ¿Cómo podía ser? Era demasiado pronto.

La única lectura positiva que se puede sacar en un momento como ese es que la cornada no es mortal de necesidad. Hay tiempo para resolver la situación. Pero este domingo no era el día. Pese a no afectar a ningún órgano vital, la UD Logroñés iba a ir desangrándose con el paso de los minutos hasta quedarse en el suelo inmóvil. Por el camino dejó un reguero de ocasiones que más valdría haber guardado para otra jornada en la que la puntería estuviera más fina. Por si se gastan. El primero en probar fortuna y darse de bruces contra el muro olívico fue Abaroa. Centro raso de Gago, remate a escasos metros de la portería y fallo.

El siguiente fue Titi. El asturiano, convertido en Valladolid en un puñal infalible, también tenía la pólvora mojada. Su disparo fue contra la mano de Pedro Vázquez, pero el árbitro interpretó que no había voluntariedad en la acción y la posibilidad de que pitara penalty se esfumó con la misma velocidad con la que desaparecen las fichas en la mesa del casino. La banca siempre gana. Camochu envió un cabezazo al larguero, Moisés García mandó otro rozando el palo y Jacobo Trigo lo intentó desde fuera con un obús que Fernando despejó a córner. Y nada.

Por si el asedio blanquirrojo no había alcanzado su plenitud, el Coruxo se quedó con uno menos nada más comenzar la segunda mitad. Pedro Vázquez se ganó un sonoro “tonto” de la grada cuando fue expulsado por pegar un balonazo tras indicar el árbitro un fuera de juego. Tenía amarilla. La UD Logroñés optó entonces por quemar sus naves y el Coruxo eligió la opción más sensata: agazaparse atrás, aguantar el chaparrón y confiar en sus achiques de agua como si les fuera la vida en ello, porque realmente les iba la vida en ello. Gago, Camochu y Ubis fueron los que se estrellaron con más claridad contra la meta visitante.

Álex Fernández pudo sentenciar el encuentro en una mala salida de Miguel a más de cuarenta metros de la portería, pero, con todo a favor para marcar, el esférico le salió directo al cuerpo de Gago, que aguardaba su disparo como quien espera en Urgencias a un familiar que ha tenido un accidente. La última ocasión del partido, la más clara desde el paso por vestuarios, fue para Ubis. Se fue alta. Ahí se desvanecieron las aspiraciones y los sueños de una remontada épica. La grada tomó entonces conciencia de que este domingo no era el día. Quizás lo sabían desde el pitido inicial o, incluso, desde el mismo día en que nacieron.

En el vestuario del Coruxo, tras terminar el partido, sonaba Enrique Iglesias. Habían ganado en Las Gaunas. Primera derrota de la UD Logroñés en casa esta temporada y segunda de la campaña. Cuatro partidos, tres puntos. Pobre bagaje en el mes de noviembre que le deja a tres puntos del liderato (compartido por Murcia y Oviedo) y le acerca los puestos de fuera del playoff a tres puntos. Pese a estos resultados, Carlos Pouso prefirió quedarse con las sensaciones transmitidas por su equipo. “No puedo reprochar nada a mis chavales”, dijo.

FICHA

UD Logroñés: Miguel; Gago, Rico, Moisés García (Ubis, min. 71), Sergio Martínez; Titi (Miguel Santos, min. 65), Jacobo Trigo, Joel Valencia, Abaroa (Menudo, min. 58), Iker Alegre; Camochu.

Coruxo FC: Fernando; Cristóbal, Alberto García, Álex Fernández, Aitor Aspas (Cifuentes, min. 45); Ángel, Moscardó, Antúnez (Pazó, min. 71), Parda Vila; Mateo (Luciano, min. 83), Pedro Vázquez.

Goles: 0-1, Mateo (min. 1)

Árbitro: Ávalos Barrera (Comité catalán). Ha amonestado a Alberto García, por parte del Coruxo FC y ha expulsado por doble tarjeta amarilla al visitante Pedro Vázquez, en el minuto 47.

Incidencias: 3.058 espectadores en Las Gaunas. Mejor entrada de la temporada.

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