La V Conferencia de la Peña Taurina El Quite presenta los astados “patas blancas”

El sábado se celebró en el Centro Cultural de Ibercaja la segunda conferencia del ciclo invierno taurino que organiza la Peña Taurina El Quite. En esta ocasión el presidente Alejandro Lerena presentó a D. Arturo Cobaleda González propietario de la ganadería de Barcial, los astados conocidos como los “patas blancas”.

Esta ganadería la formó José Vega en 1910, con sementales de Santa Coloma y vacas de Veragua, más tarde los hermanos Francisco y Vitorio Villar se hacen con ella en 1914, Francisco Villar vendió su parte a Arturo Sánchez Cobaleda en 1928. Tras su fallecimiento en 1942 pasa a sus herederos. Se divide en 1950 y uno de los lotes se lo queda Jesús Sánchez Cobaleda, quien le pone el nombre de la finca “Barcial”.

En 1960 con su muerte pasa a sus herederos D. Arturo Cobaleda González, quien lleva las riendas en la actualidad en tierras charras. Esta ganadería es muy variada de pelajes, en colores de capas, con toros con denominaciones aparejado, alberdado, calcetero, botinero y con colores en sus cabezas como luceros, facados y caretos, todo un espectáculo de coloridos en sus láminas y una buena forma de estudiar sus colores y connotaciones, una ganadería muy interesante para los aficionados a la fotografía.

Pero realmente lo importante no es eso sino lo que tienen en su interior, su casta y su bravura con un gran trapío y no olvidan nunca su procedencia: Vega –Villar.

Estos toros los han matado grandes figuras del toreo como Manolete, Litri, Dominguín, y se lidiaban en todas las grandes ferias hasta la época de Paco Camino, el último gran lidiador de la casta Santa Coloma.

En la actualidad lidia en Francia en plazas toristas, porque las figuras en este momento no los quieren ver, por tener que cruzarse al pitón contrario.

Acabó el acto con unas imágenes de dos importantes suertes de varas y terminando con dos grandes faenas de Frascuelo y Canales Rivera en Las Ventas.

Para el ganadero económicamente no es rentables pero se le ve como una persona “romántica” enamorada de su encaste, y que seguirá luchando por mantener viva la esencia de Vega-Villar.