Utopías 5: La mentira
Algunas personas llevan la mentira en el ADN. A muchas ni las conocemos, de otras no sabemos a quién mienten, porque no son personajes públicos. En cambio, hay personas cuyas mentiras son bien conocidas. Personajes que pasarán a mejor vida por habernos intentado engañar. Algunos ejemplos son ilustrativos: el ministro Federico Trillo actuó con diligencia para traer los cuerpos de los militares españoles que murieron en un accidente de avión en Turquía. ¿Se acuerdan del Yakovlev, el Yak-42?. Trillo ganó muchos puntos por su celeridad y por organizar unos funerales de estado en un tiempo récord.
Años después, la prensa nos contó la verdad. El traslado de aquellos cadáveres fue una chapuza, se mezclaron restos de unos con otros, se adjudicaron nombres y apellidos a quienes en vida, había sido otras personas, a unos padres se les entregaron falsamente a sus hijos, algunas esposas enterraron a quienes no habían sido sus maridos. Al año siguiente en el 2004, el gobierno de Aznar supo que el atentado del 11M en Madrid era terrorismo islámico. La policía lo tuvo bastante claro desde el principio. El «modus operandi», no se correspondía con el de ETA. Sin embargo, optó por mentir. Las encuestas para las elecciones del 14 de marzo , (tres días después de la matanza), indicaban que el PP ganaría esos comicios. Si el yihadismo actuaba en España, las cosas se podían torcer para los populares. En tan poco tiempo, el gobierno mintió de lo lindo. Aznar llamó a los directores de los principales medios de comunicación para exigirles que ocultasen la verdad. Gracias a los tan denostados medios , los españoles supimos la verdad. Años después, por la prensa conocimos los llamados «papeles de Bárcenas», es decir las malas prácticas económicas del PP que afectaban a la cúpula popular. Unos dirigentes que mintieron por activa y pasiva… Y así nos situamos en Valencia.
Carlos Mazón, el del Ventorro, aún no se ha enterado de que «la mentira tiene las patas muy cortas» y que «se le pilla antes a un mentiroso que a un cojo». El señor Mazón se esconde en la mentira, aunque debiera de saber que los españoles conoceremos la verdad. Los medios nos la contarán.
Pero no solo algunos dirigentes políticos llevan la mentira en el ADN. El anterior jefe del Estado, cuando aquí estábamos sumidos en una crisis económica sin precedentes, él cazaba elefantes con su amante en Botsuana. Patriotismo, a eso algunos le llamarán patriotismo.
Y como cuando empiezo, «me vengo arriba», ¿qué les parece lo de José Luis Ábalos y Jessica?, a mi cutre. Muy cutre.
¿Cómo se puede ser tan chusco?. Es la historia que oíamos de pequeños: “mira esa que va por ahí es la amante de fulanito. Dicen que le ha puesto un piso en ...” Ahora los pisos a las amantes se siguen poniendo y además el alquiler, presuntamente, lo pagamos todos.
Pues que sepan los «chuscos» de España que la verdad se acabará imponiendo y que lo leeremos, oiremos y veremos en los medios de comunicación porque aunque les pese, la libertad de prensa es un derecho que nos asiste a todos.
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