Proponen legalizar el matrimonio homosexual en Chile
La propuesta para la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en Chile, iniciativa de los senadores socialistas Fluvio Rossi, Guido Girardi y Alejandro Navarro, ha provocado una gran división en las filas opositoras del país. Según ha declarado Rossi, “a nosotros nos anima iniciar el mismo camino que se inició cuando terminamos con la diferencia entre hijos naturales e hijos legítimos, por lo que hoy día lo que estamos haciendo es profundizar la democracia”.
El principal grupo de la oposición, la Concertación, ha recibido la propuesta con escepticismo. Sus miembros no han reaccionado de manera unánime y uno de sus integrantes, Ricardo Lagos, ha declarado que “en todo matrimonio está implícito el divorcio y en este caso la discusión ya genera el primer divorcio en el interior de la Concertación”.
Por otra parte, el actual gobierno, liderado por Sebastián Piñera, de tendencia conservadora, solo ha expresado su intención de regular las uniones de hecho, sin pronunciarse sobre los enlaces entre personas del mismo sexo. Por esta razón, el trámite en el Congreso se aventura arduo y oficialista. El presidente de la Unión Democrática Independiente, que pertenece a la actual coalición gobernante, el senador Juan Antonio Coloma se ha pronunciado sobre el proyecto, al que ha calificado de “un despropósito total”.
Las organizaciones homosexuales ya han manifestado su apoyo a la reforma del Código Civil. Rolando Jiménez, líder del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, ha declarado, refiriéndose a dicha propuesta que “lo presentado no es una ley de matrimonio homosexual. Es sólo una ley de matrimonio que viene a terminar con las injusticias de una normativa que beneficia a un solo modelo de familias”.
La Iglesia Católica chilena también ha dado su punto de vista sobre la propuesta. El cardenal Francisco Javier Erráuriz calificó de “aberración” la unión de personas del mismo sexo. Ante estas declaraciones, Fluvio Rossi, principal impulsor del proyecto, afirmó que las palabras del cardenal “son de intolerancia, falta de amor y de caridad” y “provocan mucho dolor en una comunidad que debe alcanzar fácilmente a dos millones de personas”.
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