Seis detenidos por desguazar vehículos y venderlos

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El robo de coches para su posterior reventa puede convertirse en un delito altamente sofisticado para eludir cualquier posibilidad de seguimiento por la Policía, aunque a veces no es suficiente para salir impune. Seis personas han sido detenidas en Madrid por la Policía Nacional, especializadas en la sustracción de coches de alta gama, que posteriormente eran desguazados y abandonados, y comprados de saldo cuando su desafortunado propietario se deshacía del vehículo inservible. Finalmente, volvían a colocar todas las piezas en su sitio, y sacaban de nuevo el coche en perfectas condiciones al mercado a través de Internet. El grupo organizado dejaba los coches desguazados en descampados del sur madrileño. El objetivo de esta banda era comprar posteriormente los restos de esos vehículos cuando el legítimo dueño, tras recibir la indemnización de la compañía aseguradora, lo vendía como siniestro. Los detenidos compraban lo que quedaba del coche y volvían a instalarle las piezas que en su día le sustrajeron, vendiéndolo finalmente en perfecto estado a particulares a través de la Red.

En la operación han sido detenidas las dos personas que regentaban el local donde alteraban los vehículos, siempre de alta gama, y otros cuatro individuos que se encargaban de adquirir de forma encubierta los restos de los coches o de transferirlos. Además, se han intervenido quince vehículos que se encontraban ya en perfectas condiciones para su venta.

La operación se inició el pasado mes de noviembre por investigadores del Grupo de Tráfico Ilícito de Vehículos de la UDYCO Central. Los agentes tuvieron conocimiento de varias denuncias por sustracción de vehículos de alta gama que, después de aproximadamente un mes del robo, aparecían desguazados en descampados. Siempre eran recuperados en zonas cercanas a la localidad madrileña de Móstoles y, debido a su estado, sus propietarios cobraban las indemnizaciones de las compañías de seguros.

REVENDIDOS EN PERFECTO ESTADO

Posteriormente se averiguó que los restos de los automóviles, normalmente la carrocería despojada de la mayoría de sus elementos, eran adquiridos por individuos que disponían de un local situado entre Móstoles y Villaviciosa de Odón. Pasado un tiempo eran vendidos en perfectas condiciones a particulares ajenos al grupo en Internet.

Al inspeccionar los coches se pudo determinar que, las piezas que habían empleado para recomponer las carrocerías (motor, caja de cambios, etc.) eran las mismas que tenía el vehículo en origen. Todo apunta a que quienes las habían montado las tenían desde el principio, ya que sería imposible que coincidieran totalmente si hubieran sido adquiridas en el mercado de piezas usadas.

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