El PSOE no ha tardado mucho en alardear de que la decisión de bancos y cajas de paralizar los desahucios en casos de “extrema gravedad” tiene que ver con lo que dijo Rubalcaba hace unos días. Y ha tardado aún menos en plegar velas y pedir disculpas, primero, y reconocer después el mérito de los movimientos sociales que llevan mucho más tiempo en la pelea.