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El adelanto de las recuperaciones a junio dispara el absentismo aunque es obligatorio seguir yendo a clase

El absentismo escolar se dispara en junio en Madrid por el adelanto de los exámenes de septiembre.

Sofía Pérez Mendoza

Principios de junio. Los institutos de Madrid tienen una estampa muy distinta a la de otros años. Los pasillos no bullen porque quedan pocas alumnas y alumnos. En los despachos, los equipos directivos departen cada día decenas de notificaciones de faltas a las familias. “Los que han aprobado ya ni vienen, pese a que informamos de que tenían que seguir acudiendo a clase hasta el día 22”, dice Miguel Recio, director de un centro público de San Fernando de Henares.

En su centro, el IES Vega del Jarama, están al 50% de capacidad. Está pasando en casi todos los de la región: a clase ya solo acuden los adolescentes con asignaturas pendientes. Los exámenes se han adelantado por primera vez a junio y la implantación del nuevo calendario “se ha hecho con una nula planificación”, lo que ha disparado el absentismo, según los profesores.

“La Consejería de Educación nos pasó un listado de buenas prácticas aprobado en el Consejo Escolar que no se pueden poner en práctica. ¿Cómo vamos a hacer excursiones con los alumnos si unos cuantos tienen que usar ese tiempo para estudiar y recibir refuerzo?”, explica Recio, también delegado de CCOO.

La Comunidad de Madrid envió a los centros un documento en febrero, al que ha tenido acceso eldiario.es, con propuestas generales como organizar “talleres de lectura o escritura” o hacer “cine-fórum”. Fuentes de la Consejería de Educación aseguran, en respuesta a las preguntas de eldiario.es, que en los institutos se están haciendo actividades diferenciadas: “lectivas de refuerzo” para los suspensos y “talleres, laboratorios y actividades culturales” en el caso de los aprobados. “Todo el marco de autonomía organizativa de los centros”, justifican.

En los institutos, sin embargo, afirman que, como no hay más refuerzos, no se pueden hacer desdobles y en las aulas se junta el alumnado que ya tiene cerrado su expediente con todo aprobado y el que se juega el curso en las próximas dos semanas. “Algunas familias nos han protestado porque se han visto privadas de dos semanas lectivas. No quieren tener a los niños en casa, pero si vienen dicen que es un rollo. No es fácil atender a chicos y chicas con necesidades tan diferentes”, apunta.

La consejería dirigida por Rafael Van Grieken ya sospechaba de alguna manera de que el absentismo podía ser un problema y, a través de la inspección, dio a los centros la orden de controlar especialmente las faltas en el mes de junio y “realizar una valoración que incluya datos cuantitativos de asistencia por grupos”. Muchos institutos han enviado circulares a las familias para recordarles que el curso acaba el día 22 de junio y que, hasta entonces, sus hijos e hijas tienen que seguir atendiendo a clase.

La FAPA Giner de los Ríos ha criticado la “inacción” de la Consejería ante esta circunstancia y ha exigido la retirada del borrador del calendario para el próximo curso, que será igual que este.

Dos semanas para recuperar

“Hacemos lo que podemos, no hemos tiempo tiempo ni tenemos recursos para implementar esta nueva medida”, asegura Ana, profesora de Lengua y Literatura en un instituto de Getafe. La docente se muestra descreída con que, pedagógicamente, adelantar los exámenes vaya a dar resultados positivos. Es decir, mayor porcentaje de aprobados. “A ver cómo sale, ojalá muchos puedan sacar el curso”, dice.

Los alumnos y alumnas tienen dos semanas para preparar las asignaturas. Un tiempo que, para algunos, no es suficiente. Sara, de cuarto de la ESO, tiene dos pendientes. “Las tengo encarrilladas, pero si te has descolgado en algún momento del curso es difícil. En general es bastante paliza”, explica esta alumna del IES Isabel La Católica.

Al mismo centro va Paula, de primero de Bachillerato. Ha aprobado todas y ya no va a clase. Asegura que el resto de compañeros y compañeras en su situación tampoco acuden. Sus expedientes están cerrados hasta el curso que viene, de manera que las faltas no se incluyen en ellos, pero igualmente se apuntan y se informa a las familias porque son menores de edad.

Adelantar los exámenes de recuperación a junio es un cambio que ha calado en muchas comunidades autónomas. Madrid no es la excepción. Canarias, Castilla y León, Comunitat Valenciana, Euskadi, Extremadura, Navarra, La Rioja y Cantabria ya lo aplican, aunque unas solo en segundo de Bachillerato y otras, como la última, solo en la ESO. En la Comunidad de Madrid el nuevo calendario computa para toda la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato y su efecto tiene tantos seguidores como detractores dentro de la comunidad educativa.

Para Recio, “pedagógicamente es una decisión acertada porque la evaluación tiene lugar como consecuencia lógica del proceso de enseñanza”. “Si pones el examen en septiembre refuerzas el papel del profesor como evaluador, no como persona que enseña. Además, el verano lanza a los alumnos al arbitrio de que sus familias puedan pagarles una academia o ayudarles y eso no es razonable”, abunda.

No se adelanta el inicio de curso

El director, con todo, teme que este año se multipliquen los repetidores. “Septiembre tiene un efecto importante sobre la repetición y salva a un tercio de los suspensos, según nuestros datos. Veremos a ver qué porcentaje sale ahora”, asume. Ana, como docente, ve otro problema añadido: adelantar la evaluación ordinaria obliga a “comprimir los contenidos”, a dar el mismo programa en menos semanas. Este recorte de semanas no se compensa, sin embargo, con un inicio del curso más temprano. El que viene comenzará la segunda semana de septiembre para los más pequeños de la ESO y en los días sucesivos para el resto.

Los sindicatos CCOO y UGT pidieron la semana pasada a la Consejería que destinara recursos adicionales para asumir “la carga extra” que suponía para los docentes el cambio del calendario escolar. El Gobierno niega el extremo de que aumente el trabajo y asegura que la medida redunda en una “mejor organización de los centros”.

“Han cambiado los exámenes pero no el sistema de evaluación. Y en todo caso, lo que nos transmiten desde los centros es que la Consejería lo ha querido hacer a coste cero”, denuncia Isabel Galvín, secretaria de la Federación de Enseñanza de CCOO en Madrid. Desde UGT llaman a que también se tenga en cuenta que este mes también hay oposiciones a Secundaria y un “importante número de profesores interinos que inician los procesos el día 23”.

CCOO advierte, además, de los problemas que está generando el nuevo sistema informático –el programa Raíces– con el que se ponen las notas. Al haber fallos constantes, la Consejería ha permitido a los centros usar el antiguo programa en esta evaluación extraordinaria lo que “adelanta”, según el sindicato, “los plazos para cerrar el curso”.

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