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La declaración de varios policías de Madrid consigue la absolución de un agente acusado de agredir a un menor

Agentes de la Policía Municipal de Madrid en una imagen de archivo.

Alberto Pozas

13 de julio de 2024 22:08 h

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La segunda oportunidad que los jueces dieron a un policía municipal de Madrid condenado por agredir a un menor de edad ha terminado en absolución. La Audiencia Provincial ha decidido exonerar a un agente, acusado de partir la mandíbula de una paliza a un joven en 2019 en la capital, al tener en cuenta los testimonios favorables de otros policías que patrullaban por la zona esa noche. Esta absolución llega en el segundo juicio que se celebra sobre el caso: en un primer momento fue condenado a un año y medio de prisión por la agresión pero los tribunales ordenaron repetir el juicio para que se tuvieran en cuenta las declaraciones favorables de sus compañeros policías que, finalmente, han facilitado su absolución. Queda probado que el joven tenía la mandíbula rota, pero no quién se la rompió.

Los hechos, tal y como reveló elDiario.es, tuvieron lugar en las fiestas del madrileño barrio de El Pilar en 2019. El joven, el único negro del grupo, estaba intentando saltar una valla para acceder al recinto de las fiestas cuando fue recriminado por una pareja de policías municipales. Según los jueces, el chico se dirigió a los agentes con frases como “detrás de una placa sois muy graciosos” y también con algunos insultos. Fue multado por faltar al respeto a los agentes y, según la Justicia, al día siguiente acudió a las urgencias de La Paz con la mandíbula fracturada, teniendo que pasar por quirófano.

Una primera sentencia de la Audiencia Provincial declaró probado que uno de los policías municipales le rompió la mandíbula de una paliza, imponiendo año y medio de prisión al agente, pero el juicio tuvo que repetirse cuando el Tribunal Superior de Justicia entendió que los jueces no habían valorado una prueba: los testimonios exculpatorios de otros agentes del dispositivo de las fiestas que estaban cerca de la zona en ese momento.

El juicio se repitió el pasado mes de junio ante una sección distinta de la Audiencia Provincial de Madrid y el resultado también ha sido distinto: los jueces han optado ahora por absolver al agente de la Policía Municipal al entender que el joven, efectivamente, tenía la mandíbula rota, pero añadiendo que no hay pruebas de que fuera el agente, algo que sí se declaró probado en la primera sentencia. La clave de la sentencia, que ha podido examinar elDiario.es, es la credibilidad que los jueces dan al agente acusado y a sus compañeros de patrulla y dispositivo.

La primera sentencia, de una sección distinta del mismo tribunal compuesta por otros jueces, dio credibilidad a la declaración del joven. No solo por el informe médico que acreditaba que tenía la mandíbula rota, sino porque contó la misma versión a todo el mundo en todo momento: a sus amigos poco después de los hechos, a su madre al día siguiente, a los médicos y finalmente en su denuncia. Su relato, según los primeros jueces que analizaron el caso, era “contundente y elocuente” y la culpabilidad del policía municipal ahora absuelto era “incuestionable”.

“Es difícil pensar” que un policía mienta

Esa apreciación ha cambiado después del segundo juicio. Los jueces entienden ahora que la declaración del joven no es creíble mientras que avalan la del policía acusado y sus compañeros: “Tres agentes que indican inequívocamente que presenciaron el incidente, cada uno desde su lugar y no observaron agresión alguna”, dice sobre el testimonio de los policías municipales que estaban en las inmediaciones.

Los jueces, con Juan José Toscano como ponente acompañado por Diego de Egea y Carlos Martín en el tribunal, también descartan que los policías que testificaron hayan faltado a la verdad para proteger a su compañero. Y descarta que un policía pueda llegar a mentir en un juicio para eso. “Tratándose de agentes de la autoridad es difícil pensar que hubieran decidido, los tres, faltar a la vedad con el evidente interés de favorecer a quien no deja de ser su compañero”, dice el tribunal.

El joven siempre defendió que fue arrastrado por el policía absuelto y otro agente no identificado detrás de unos arbustos para agredirle, algo que ahora la Audiencia tampoco aprecia. “Este contexto no parece el indicado para que dos agentes arrastren por la fuerza al menor hacia los arbustos y el golpeen en la clandestinidad”, afirma. El joven, añaden ahora, tuvo una “actitud violenta” aunque los hechos probados no reflejen ningún tipo de actitud violenta del denunciante más allá de un insulto.

Otra prueba determinante en la primera sentencia ha sido dada la vuelta tras el segundo juicio para cimentar la absolución: cómo el chico salió de detrás de los arbustos instando al resto de policías a seguir pegándole porque otro agente ya le había roto la mandíbula. Algo que reflejó uno de los propios policías en su parte. Ahora el tribunal entiende que se refería a otros policías no identificados, aunque en todas sus declaraciones ha sido muy claro al señalar al acusado: “Fue el propio menor quien manifestó que había sido agredido antes por otros agentes, y es evidente que no se referiría a los que en ese momento le custodiaban, pues lo dijo ante ellos”, dice ahora la Audiencia de Madrid.

Al ser absolutoria, esta nueva sentencia también exonera de cualquier sanción económica del Ayuntamiento de Madrid, que sí había sido condenado por responsable civil subsidiario por el delito cometido por su agente. Al descartar la existencia de la paliza, también rechaza la acusación de que fuera por motivos racistas, ya que el chico era el único negro del grupo de jóvenes que había en la zona: “Sería una mera elucubración pensar que se aisló a él de los otros que saltaron por el color de su piel”.

El joven todavía puede recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia, el mismo que hace unos meses ordenó repetir la sentencia que condenó al agente a año y medio de prisión. En el juicio, la Fiscalía hizo firme su petición de cárcel de año y medio de presidio, la misma que le fue impuesta en un primer momento. “El ataque fue completamente gratuito, y el único identificado fue esa persona en atención a su color de piel”, dijo el fiscal Ángel Guzmán.

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