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La realidad de los datos en Madrid: los hospitalizados, pacientes en UCI y fallecidos siguen creciendo

Pacientes de COVID aguardan en el gimnasio de La Paz a ser ingresados

Raúl Rejón / Marina Estévez Torreblanca

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La Comunidad de Madrid ha utilizado este lunes el dato que los ingresados totales por COVID-19 en sus hospitales siguen creciendo aunque a una velocidad menor que hace dos semanas para publicitar que sus medidas para gestionar la pandemia han conseguido un “desplome” de las hospitalizaciones. Ese total ascendió en 591 pacientes entre el 14 y el 20 de septiembre y, en el periodo del 21 al 27, el incremento fue de otros 264 enfermos ingresados, según los datos de la Comunidad. Ese ritmo menor ha sido el aplicado por el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso para decir que “se ha reducido un 66% el crecimiento del total de ingresados”. Sin embargo, la cantidad de pacientes ingresados es mayor así como la curva de fallecidos diarios que, desde inicios de mes, no ha parado de ascender, según refleja el último informe de la Consjería de Sanidad.

En realidad, no se trata de que se haya reducido el número total de pacientes que necesitan asistencia en los centros de Madrid, sino que entre los que han precisado ingreso y los que han podido abandonar el hospital durante ese periodo de tiempo, el incremento final de pacientes en las plantas es menor que el que hubo hace 14 días. Pero crecimiento en definitiva: hay más personas en las camas de los centros que antes. En las UCI aplican la misma fórmula, aunque sin publicitar las cifras de enfermos: “Un descenso” en el “crecimiento de pacientes ingresados” del 11%. Es decir, Si en la semana del 14 al 20, 55 personas entraron en las UCI, a la siguiente se sumaron otras 49, como reflejan los informes de situación diaria de la Comunidad de Madrid. Al fin y al cabo, la estancia media en la UCI de un paciente COVID-19 se mide más por semanas que por días. Con todo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso ha interpretado que “se desploman los ingresos hospitalarios y también descienden los de UCI. Nuestra estrategia sanitaria funciona”.

Sobre la presión asistencial que está soportando actualmente el sistema sanitario madrileño, este lunes, las camas ocupadas por pacientes de COVID-19 en Madrid seguían suponiendo el 25% del total disponible, el mismo porcentaje reportado el viernes pasado con una ligerísima tendencia al alza. Sin embargo, en cuanto a las plazas de UCI, se ha pasado del 40 al 41% de los recursos a disposición, según la última actualización del Ministerio de Sanidad realizado con la información facilitada por las comunidades autónomas.

Además, Madrid afirma que, ahora, se ingresa a menos gente en los hospitales madrileños en general que hace 15 días. Se ha pasado de hospitalizar a 2.624 personas entre el 14 y el 20 de septiembre a añadir otras 2.594 nuevas personas que precisan una cama de hospital entre el 21 y el 27 de este mes. Un volumen 30 personas menor, un 1,14%.  “Es la primera semana” que ocurre esto desde julio, precisan en la Consejería de Sanidad para respaldar que la presión asistencial está bajo control.

Casi a modo de respuesta, un grupo de 25 pacientes de COVID estaba esta tarde del lunes aguardando en el gimnasio del Hospital La Paz a poder ser ingresados en planta, debido a la falta de camas disponibles, según ha informado a este periódico el sindicato MATS (Movimiento Asambleario de Trabajadoras-es de Sanidad), que ha tomado imágenes de esta situación correspondientes a esta misma tarde y las han facilitado a este periódico. Por la mañana eran 36 los enfermos que esperaban poder ser ingresados, han informado fuentes del sindicato, que dicen “echar mucho de menos” las 72 camas que ha perdido el hospital madrileño desde 2015, afirman.

Además, a medida que los recursos hospitalarios se van ocupando, es decir, cuando las plantas se llenan de pacientes, menos posibilidad existe de ingresar. Enfermos en una condición médica que, hace semanas, ingresaban porque había recursos, no encontrarían hueco ya que es destinado a pacientes con una condición peor. En MATS aseguran que, para quienes trabajan en urgencias, estos son pacientes pendientes de ingreso esperando cama, pero no se contabilizan como ingresados

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