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Primer día de huelga de médicos en Madrid con el 100% de servicios mínimos: “Lo hacemos por los pacientes”

Médico y enfermera en el Punto de Atencion Continuada de Perales del Rio, Madrid.

Clara Angela Brascia / David Noriega

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Cristina Marcos de Frutos ha llegado al centro de Getafe casi una hora antes del comienzo de su turno. No quería encontrarse con los mismos problemas de la semana pasada, cuando le tocó trabajar por primera vez en estas urgencias y nadie sabía cómo entrar ni encender las luces. “Nada más llegar veo que en la puerta hay un cartel que avisa de que no hay médico. Y mi ordenador no había sido encendido. Significa que desde el jueves, que fue cuando trabajé yo, han estado sin médico”, explica en la puerta del Punto de Atención Continuada (PAC) –denominación oficial de las urgencias extrahospitalarias, antiguos SUAP– de la ciudad, antes del comienzo de su turno.

Este lunes, Cristina lleva una pegatina en su bata blanca que dice “médico en huelga”, pese a que esté obligada a trabajar porque los servicios mínimos son del 100%. Es la única cosa que puede hacer para mostrar su malestar por la situación de “total descontrol” en la que trabajan los sanitarios desde la reapertura de las urgencias extrahospitalarias, el pasado 27 de octubre, después de más de dos años cerradas, justo los de la pandemia. “A quienes me pregunten por la huelga les diré que lo hago por su salud y por la mía. Que el servicio no está al 100% y tampoco lo estamos nosotros de cabeza. Que no puedes estar un día con médico y otro sin, porque no sabes cuándo te va a venir un infarto y lo vas a necesitar”, explica.

En el centro de Perales del Río, Pilar también sigue trabajando a pesar de estar de huelga. Todos los sanitarios de este centro de atención rural la acompañan moralmente en la reivindicación. “Hoy vengo triste a trabajar, no vengo motivada. Me siento mal por mis pacientes”, afirma. No entiende las motivaciones de la Consejería que ha querido “reabrir a toda prisa” las urgencias, a coste de romper equipos donde “no hacía falta casi hablar” a la hora de atender a los pacientes.

“Quiero que se entiendan las razones de esta huelga, que de ninguna forma tienen que ver con nuestros beneficios”, precisa. “En ningún momento hemos salido a la calle porque nos han aumentado el horario de trabajo o porque no nos pagan lo suficiente o nos han quitado las vacaciones. Estamos en huelga porque así como está la cosa es imposible hacer bien nuestro trabajo y los que sufren esta situación son los pacientes”, insiste. Según la última reforma anunciada por la Sanidad esta mañana, las urgencias de Perales pasarán a tener consultas por videollamada. “Me mandan a Getafe, y aquí mis compañeros se quedan sin médico. Es imposible de entender”.

Urgencias por videoconferencia

Unas decenas de sanitarios, personal de medicina y enfermería habían iniciado en la mañana de este lunes la huelga indefinida, aplazada desde el día 25 de octubre, con una concentración a las puertas de la Consejería de Sanidad. Al grito de “escucha Ayuso, con los sanitarios cometes un abuso”, “así nos premian después de la pandemia” y “Escudero dimisión”, los presentes han expresado su malestar por la imposibilidad de ir a una huelga en condiciones. Uno de ellos, vestido de muerte con capucha negra y hoz entre las manos, enseñaba una pancarta que resumía en una frase el meollo de la protesta: “Soy el nuevo plan de urgencias. Os espero”.

Mientras reclamaban una sanidad pública, saltaba la noticia de que la Consejería planea dejar 34 servicios de urgencias con dos profesionales de enfermería y un sistema de videoconsulta. Es decir, sin médico presencial. El comunicado difundido por la Comunidad cayó como un jarro de agua fría. Lo explicaba Ángel Bayo, un médico del SAR de Arganda del Rey, que se quedará sin médico en los próximos días. “Me espero cualquier cosa, pero cariño, poco”, explicaba antes de lamentar la “inseguridad total” a la que le somete la administración de Ayuso y a la expectativa de un nuevo destino, un nuevo horario y una nueva jornada.

Precisamente, el nueva plan de la Consejería, que se alargará “hasta que se reconduzcan las negociaciones” con los sindicatos, ha provocado las críticas de la oposición. “Es una telechapuza, un teleparche” que “degrada nuestro sistema sanitario”, afeó la portavoz de Más Madrid, Mónica García. “Claramente la Comunidad de Madrid está haciendo aguas con el tema sanitario. Después de la chapuza y el caos nos encontramos con un Gobierno y a una señora Ayuso que está echada al monte y que ahora le echa la culpa a los sanitarios, mañana le echará la culpa a la oposición y pasado le echará la culpa al señor Sánchez”, afirmó.

No hubo que esperar. La presidenta madrileña afirmó esa misma mañana que el caos se debía a un “activismo político porque la izquierda en la Comunidad literalmente se está hundiendo” y aseguró que “faltan médicos y el Gobierno no hace nada, está más ocupado en indultar, de soltar presos de ETA y de seguir empoderándose para el final de la legislatura con el dinero de todos”. No obstante, Ayuso reconoció que tendría que seguir “hablando con los médicos, por si aquellos que estaban en un centro determinado quieren seguir y que su vida personal no se desestructure”. Algo que, a priori, no parece que vaya a ocurrir ante el desconocimiento de los sanitarios sobre el nuevo plan.

“Hoy nos despertamos con que su propuesta es volver a la teleasistencia en materia de urgencia”, lamentó el líder socialista Juan Lobato. “Es decir, si mi hijo tiene una reacción alérgica porque le pica una avispa y llego al centro de salud, me van a conectar una camarita, con un médico para ver si la reacción necesita tratamiento. Esto no es serio”, afirmó. Por su parte, la coportavoz de Unidas Podemos en la Asamblea, Alejandra Jacinto, ha acusado a la presidenta de estar “completamente decidida a cargarse la sanidad pública”.

“Te mueven de un sitio a otro”

Alfredo Rizo es enfermero con 35 años de experiencia en Atención Primaria. Desde hace 11 años trabajaba en el centro de atención rural de Campo Real, un municipio de poco más de 6.000 habitantes a 40 kilómetros de Madrid. Como la casi totalidad de sus compañeros, en la madrugada del 26 de octubre recibió un correo con su nuevo destino. Había sido reubicado al PAC Ángela Uriarte, en Puente de Vallecas. “En ese momento estaba de guardia. Leí el correo horas después, cuando prácticamente faltaban pocas horas para empezar en el otro centro, a 35 kilómetros de donde trabajo habitualmente”, explicaba este lunes durante la concentración de los sanitarios frente a la Consejería de Sanidad.

Riso no duró ni una noche entera en las urgencias de Vallecas: le mandaron a Villarejo de Salvánes, donde faltaba el enfermero. “Te mueven de un sitio para cubrir una necesidad y dejan a otro sin personal. No hay quien lo entienda”, denuncia Rizo. El pasado fin de semana participó en la huelga convocada por SummAT y MATS, aunque como ha ocurrido con la de este lunes, convocada por Amyts, tuvo que trabajar para respetar el 100% de servicios mínimos impuesto por la Consejería de Sanidad. “Básicamente nos impiden protestar. Han dejado desprovista a la atención rural y no podemos hacer otra cosa que enfadarnos y hablar con los pacientes para explicarle qué está pasando”.  

Porque desde que Ayuso puso en marcha su reestructuración de las urgencias extrahospitalarias, con la que pretendía reabrir los 37 SUAP cerrados durante la pandemia con el personal de 41 SAR y médicos voluntarios, los 78 servicios no han contado con el equipo completo de medicina, enfermería y celadores ni un solo día. Para mas inri, la sensación de los sanitarios es que con el plan no pueden atender de forma óptima a los pacientes que acudan a las urgencias reabiertas y, además, se ha dejado descubierta a la población rural, cuya atención continuada funcionaba hasta ahora.



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