Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La guerra entre PSOE y PP bloquea el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades
Un año en derrocar a Al Asad: el líder del asalto militar sirio detalla la operación
Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Beti Jai, la joya monumental de Madrid que seguirá sin uso hasta (como mínimo) la próxima legislatura

Estado en mayo del histórico frontón Beti Jai

Diego Casado

28 de mayo de 2021 01:00 h

2

“Es más que un frontón, es un monumento” decía Fernando Larumbe cuando finalizaron las obras de consolidación del Beti Jai, en 2019. Este gran conocedor del juego de pelota, miembro de la plataforma que ayudó a salvar el edificio, celebraba entonces la recuperación de unas instalaciones únicas en el mundo. Un espacio deportivo que devuelve al Madrid de finales del siglo XIX, cuando la pelota vasca reunía a multitud de aficionados en las decenas de frontones de la capital.

De los más de 30 que se abrieron en Madrid solo llegó el Beti Jai, gracias a un cúmulo de casualidades, a que fue declarado Monumento Nacional en 1991 y en 2011 se catalogó como Bien de Interés Cultura. Y también a la expropiación del Ayuntamiento en 2015, con la que se iniciaron unas obras de recuperación de todos sus elementos deteriorados que se extendieron cuatro años y que dejaron listo el edificio para asignarle un uso. En junio de 2019 el frontón recibía sus primeros visitantes en décadas y comprobaban lo bien que se habían conservado los acabados y rejerías de su arquitectura, la espectacular vista desde la cancha, sus fachadas neomudéjares... su belleza in situ es tal que algunos lo han llegado a llamar la Capilla Sixtina de la pelota vasca.

Dos años después de aquellas primeras visitas, el estado del Beti Jai es el mismo que entonces. El Ayuntamiento no ha avanzado nada en su proyecto para dotar de uso a este espacio. Ni siquiera ha definido el uso que tendrá. Está a la espera de una resolución judicial que podría no haber tenido en cuenta -denuncian desde la oposición- a la hora de vislumbrar el futuro de este lugar, para saber qué podrá hacer y qué no.

“Martínez Almeida ha decidido mantener el concurso de ideas al que renunció el Ayuntamiento durante el mandato de Manuela Carmena”, denuncia Miguel Montejo, concejal de Más Madrid. Se refiere al que convocó el Colegio de Arquitectos de Madrid para dotar de una solución arquitectónica al edificio, cubriendo su pista principal -algo a lo que se oponen algunas asociaciones- y habilitando servicios básicos para su apertura al público. El concurso lo ganó el proyecto Bizitza berria, que incluía una imponente cubierta acristalada. Sin embargo el Ayuntamiento de Madrid renunció a él después de que los tribunales tumbaran el Plan Especial sobre el Beti Jai, con el que pensaba ejecutar las obras.

Aunque el COAM anunció que el concurso quedaba desierto y que el Ayuntamiento premiaría a los ganadores -hubo tres galardones en metálico y varias menciones- el tercer clasificado (Carlos de Riaño Lozano y Fernando Maniá Buono) llevaron a los tribunales el resultado del certamen: presentó un recurso contencioso-administrativo ante el TSJM de Madrid, después de que desestimaran su demanda en primera instancia, ante el tribunal administrativo de contratación pública. Consideraban que los dos primeros seleccionados no plantearon soluciones compatibles con la protección de Bien de Interés Cultural (BIC) de la que goza el Beti Jai. Y también aspiraban al premio secundario más jugoso para el ganador: redactar el proyecto básico de ejecución y la dirección de las obras.

La demanda ha servido al área de Cultura para que los tribunales decidan qué se puede hacer o no en este frontón histórico, en lugar de plantear una reforma que podría ser llevada a juicio y tumbada. Patrimonio Cultural lo dejó claro la semana pasada, cuando indicó que no se haría nada hasta que hubiera resolución judicial: “Del contenido de la sentencia depende todo el proyecto de rehabilitación y todo el plan especial del Beti Jai”, aseguró entonces su director general, Luis Lafuente Batanero, quien también criticó la “gestión poco diligente del anterior equipo”. La fecha en la que decidirá el TSJM es una incógnita.

El consistorio calcula que las obras costarán de 7 a 12 millones de euros y que durarán -una vez que se apruebe el proyecto y se adjudique- entre 20 y 26 meses. Hace un tiempo se calculaba que todo el proceso podría extenderse más de tres años y medio. Hoy, el área de Cultura prefiere no dar plazos.

“Probablemente, el frontón no se llegará a abrir plenamente hasta pasada la legislatura”, asegura Miguel Montejo (Más Madrid), que estuvo en las instalaciones junto a su compañera Pilar hace unos días. “La realidad es que va a terminar el mandato sin haber hecho nada en el Beti Jai salvo unas bonitas visitas”, reprochó ella en la comisión de hace unos días.

Montejo piensa que el equipo de Almeida está buscando que la resolución judicial “justifique su política de enajenación de este bien de interés cultural y también el techado, destrozando la integridad de esta espectacular instalación deportiva. Más Madrid se va a oponer radicalmente a que esto ocurra”, explican a Somos Chamberí.

El modelo de gestión del futuro Beti Jai es otro de los puntos de discordia. Mientras que las asociaciones que lucharon por su recuperación, PSOE y Más Madrid exigen que sea gestionado desde lo público, en el Ayuntamiento no cierran la puerta de ningún modelo. Montejo cree que la falta de presupuesto para la rehabilitación del complejo anticipa un modelo de explotación privada, que podría incluir el importe de las obras y una cesión por décadas.

“¿Cuál será el fin del Beti Jai? El consistorio lo tiene claro: tiene que estar a la altura del valor patrimonial e histórico del espacio, por lo que el uso de la instalación tendrá un carácter deportivo pero también cultural, albergando teatro o cine de verano, y cívico”. Estas han sido las últimas declaraciones del Ayuntamiento sobre los futuros usos del frontón. Más Madrid propone además que albergue conciertos “y que los fines de semana sea un ágora, una plaza pública para la ciudadanía, para que vecinos y vecinas puedan entrar, pasear, conocer y disfrutar de un espacio único en el centro de Madrid”.

Mientras los ciudadanos esperan a que el Ayuntamiento dilucide el futuro del edificio construido en 1894, una película documental centrada en este espacio está a punto de ver la luz. Se llama Beti Jai, el templo olvidado y está dirigida por el realizador Santiago Zamarro. Será el segundo sobre el monumento de la calle Marqués de Riscal, después del estrenado en 2015 por Richard Zubelzu bajo el título Beti Jai, la capilla sixtina de la pelota.

Etiquetas
stats