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Un cambio en la forma de limpiar grafitis reduce las pintadas en Madrid: “Cada vez son menos frecuentes y más pequeñas”

Una operaria del Selur limpia pintadas en la plaza del Dos de Mayo

Diego Casado

Plaza del Dos de Mayo (Malasaña) —
11 de diciembre de 2024 11:09 h

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El plan antigrafiti que desplegó el Ayuntamiento primero con el nuevo contrato de limpieza y luego con la patrulla policial dedicada a su persecución está dando los primeros resultados: el Selur está teniendo que retirar muchas menos pintadas en los últimos meses.

Las cifras hasta el 30 de septiembre indican que este 2024 el Servicio de Limpieza Urgente municipal ha desarrollado 42.259 servicios y lleva 379.432 metros cuadrados limpiados, datos muy inferiores a los registrados en todo el año 2023, cuando se acumularon 73.005 servicios y 722.534 metros cuadrados de grafitis retirados, más del doble en un periodo solo superior en tres meses.

“La experiencia que tenemos es que cuanto más grafitis limpias, menos se hacen en las zonas que limpias”, explica Víctor Sarabia, director general de Servicios de Limpieza y Residuos en el Ayuntamiento de Madrid. “Los grafiteros detectan rápidamente en qué zonas les dura más el grafiti y en esas zonas donde más actúan”, apunta sobre su forma de actuar. “Como los grafitis duran mucho menos, hemos detectado que se está pintando menos”, añade explicando que las firmas “cada vez son menos frecuentes y más pequeñas”.

Sarabia hace estas declaraciones en la plaza del Dos de Mayo, donde el Ayuntamiento ha convocado a los medios para explicar el proceso de limpieza de las pintadas. El responsable municipal asegura que el lugar es “el epicentro” del gratifi en Madrid, junto a también otra plaza de Malasaña, la cercana San Ildefonso. Aunque en las cifras generales por distritos son Latina y Carabanchel los primeros en el listado de limpiezas por metros cuadrados.

Una de las razones que ha ayudado a reducir el número de pintadas es la aplicación de un producto antigrafiti a las superficies porosas, como los muros de gratino tan frecuentes en los bajos de los edificios y en los elementos del espacio público de Madrid. Cada vez que se retira una firma por vez primera, los operarios del Selur aplican esta mezcla, compuesta por una solución con silicona, lo que facilita la eliminación de las firmas que vengan después.

Utensilios de limpieza de grafitis del Selur

Mientras que la primera limpieza de pintadas se hace con productos químicos (primero se aplica un decapante y luego se retira la pintura), gracias a la aplicación del antigrafiti las siguientes ocasiones solo es necesario agua caliente a presión, a una temperatura de 60ºC, para acabar con la pintada en un minuto. El ejemplo está en el Dos de Mayo, plaza donde el Selur intervenía esta mañana por séptima vez, retirando spray rojo en sus muros.

Las ventajas de esta nueva técnica hacen que donde un muro ha sido ya grafiteado sea mucho más fácil y rápido eliminar las nuevas intervenciones. Y que cunda más el trabajo de los 55 operarios en los turnos de día de diario y fines de semana que forman parte de este servicio. Una de ellas es Tamara, que se quita la máscara y el protector facial para explicar cómo es su día a día y las “cientos” de firmas que borra cada mes. En algunos barrios ya conoce el nombre de los escritores más prolíficos: “Aquí es el Ruso”, dice refiriéndose a Malasaña.

El Selur limpia de grafitis los barrios de la zona Centro al menos una vez cada 25 días, aunque en caso de avisos ciudadanos el plazo es solo de una semana. Y si la pintura es alusiva (generalmente insultos con nombre) la obligación es de eliminarla en menos de tres horas. A veces estas van dedicadas a particulares y otras a políticos: Tamara cifra la proporción de cómo se reparten en “un cincuenta por ciento” para cada colectivo.

Uno de los camiones de limpieza del Selur

El Selur se encarga actualmente de la limpieza de grafitis en muros, bancos y fachadas de edificios. En estos últimos casos en lugar de agua a presión se aplica pintura, que los operarios fabrican in situ, atendiendo a la paleta de colores del edificio.

Lo que no toca son farolas, por contener elementos eléctricos (aunque sí que retira sus pegatinas) ni tampoco edificios protegidos, cuyas pintadas se retiran con otro contrato aparte, especializado en la protección de estos bienes. Por este motivo mientras eliminan los grafitis de la plaza Dos de Mayo, los existentes en el colegio cercano se quedarán allí hasta que acudan operarios de otro servicio municipal.

Pinturas para fabricar los colores de las fachadas

Las firmas sobre estos últimos espacios son especialmente sancionadas, según los datos ofrecidos por el área de Urbanismo, Medio Ambiente y Limpieza esta misma semana. Este año se han tramitado 361 expedientes sancionadores por pintar grafitis en la vía pública, con multas que pueden ir desde los 600 euros por pintar mobiliario urbano, 1.000 euros por vandalizar una persiana hasta los 3.000 por tocar edificios emblemáticos.

Las multas se pueden conmutar actualmente con trabajos de limpieza, pero el Ayuntamiento ha cambiado desde este mes dicha opción para obligar a los sancionados a trabajar limpiando firmas junto al Selur, en lugar de encargarse de barrer parques y labores similares, como sucedía hasta ahora.

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