Mercadona prepara en Malasaña la apertura de un gran supermercado mientras el pequeño comercio tiembla Diego Casado

Buena parte del encanto de Malasaña, el de sus tejados, queda oculto a vecinos y visitantes que deambulan por el barrio a ras de suelo. Hoy, gracias a #MegustaMalasaña, subimos a nuestros lectores al cielo malasañero y nos colamos brevemente en una cena cualquiera, de un vecino cualquiera, en una de las envidiables terrazas en altura que existen, aunque muchos ni lo lleguen a sospechar.
Las azoteas de Malasaña son lugares ideales para una tertulia, pausada, alrededor de una buena comida. El atractivo es tal que hay vecinos que incluso organizan cenas con desconocidos en sus casas, con páginas como Eat With (una especie de Airbnb de restauración). Otros prefieren juntar a sus amigos para hablar de un tema determinado, como es el caso de Marcos Amat, protagonista de este vídeo.
El menú es crema de puerros de primero y solomillo de cerdo de segundo, acompañado de salsa de alcaparras. Los comensales son variados: una pareja de viajeros de Arganzuela, un experto en márketing de Lavapiés, una guionista de Chueca, y otra pareja de padres recientes. Todos reunidos para hablar de un tema común: qué opinan de Malasaña y por qué les gusta tanto.
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