La 'refundación' continuista del santuario de niños y jóvenes en Madrid: préstamos a escuelas, revista propia y teatro de luces

Una nueva etapa que no quiere distanciarse de la anterior, pero sí marcar ciertos cambios. El Espacio Abierto Quinta de los Molinos, el gran santuario municipal para la infancia en Madrid, tiene planes para el inicio del curso y una dirección que se estrena. Este proyecto cultural en el distrito de San Blas Canillejas vivió días convulsos a finales de 2024: su primera y única coordinadora, Beatriz de Torres, dimitió denunciando un “abandono político” del centro, donde son habituales las actividades o talleres para niños o se organizan espectáculos, fiestas y áreas de ocio infantil. Ahora, Sara San Gregorio toma el relevo y presenta un nuevo programa continuista que mantiene la idiosincrasia del espacio, aunque presenta novedades en el sistema de venta de entradas, la expansión a otras escuelas o centros culturales y un evento de estreno.

“Soy muy afortunada de haber llegado a un espacio que ya era abierto y que funciona gracias a un equipo que lo ha cuidado durante tanto tiempo”, agradecía San Gregorio en sus primeras palabras públicas desde el auditorio del centro. El lugar, que acaba de declararse Bien de Interés Cultural, acogía este martes un acto de presentación al que asistieron la delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento, Marta Rivera de la Cruz, y la responsable de Turismo y concejala-presidenta del distrito, Almudena Maíllo. La octava temporada de este Espacio Abierto –apuesta de Manuela Carmena que continuó con José Luis Martínez-Almeida– suma 85 actividades para el otoño.

Una de las principales novedades será la relevancia que ahora cobra la figura del mediador, que acompañará a creadores o talleristas en las actividades infantiles con idea de que los pequeños se encuentren caras conocidas cada vez que asistan a alguna. Con idea de expandirse a otros barrios y no quedarse en un área periférica, el centro empezará a prestar temporalmente sus recursos o materiales a las escuelas, institutos o espacios culturales que lo soliciten. El lema de esta temporada que empieza se llama Ven a ver lo invisible, una imagen de marca creada por la artista Silvia Fernández con idea de representar la experimentación o la curiosidad que pretenden fomentar.

Los creadores, como llaman a quienes desarrollan las principales actividades educativas, trabajan en “nuevos proyectos a medida” con 55 profesionales y compañías especializadas. Otra de las diferencias anunciadas por la nueva directora es la ampliación del programa cultural varios días entre semana, de miércoles a viernes en horario de mañana. La idea es que puedan acceder en estas horas los grupos escolares que lo deseen. Además, el espacio ha creado su propia revista editorial con información sobre las actividades y un primer número ya en el horno.

Modificaciones en los espacios actuales y una apuesta por el teatro

También habrá una ligera reconfiguración de espacios ya conocidos. Por ejemplo, la Urbanoteca –zona común de juegos con objetos o áreas para experimentar– ofrecerá distintas propuestas cada trimestre, de forma que cada tres meses los infantes podrán descubrir nuevos enfoques que, en ocasiones, también cambiarán de escenario. Desde el 1 de octubre y hasta el 14 de diciembre, esta parte contará con un sistema modular con bloques de construcción pensado para facilitar la interracción con materias complejas, como las matemáticas, la física, la física o el dibujo.

Poco después, desde el día 17, se pasará del proyecto Construcciones a Paisajes en sombra, una fórmula teatral que tratará de promover la improvisación artística en distintas escenografías. De hecho, el teatro jugará un papel esencial esta temporada, con obras centradas en el juego de luces y sombras o tres funciones en octubre, además de otras representaciones posteriores cuya fecha en algunos casos sigue por confirmar. En los próximos meses se han programado propuestas innovadoras como el Festival de luz de invierno, una Escuela de Biodiseño o un festival de cine isekai (un subgénero japonés de fantasía), con proyecciones míticas como El viaje de Chihiro o la obra de El mago de Oz, entre otros.

Se mantendrá la escuela de hostelería destinada a jóvenes sin recursos, migrantes o en situación de vulnerabilidad, que prepararon un ingenioso cocktail de juegos. Brian, uno de los formadores en este programa llamado La Quinta Cocina, explica a Somos Madrid que el objetivo es lograr que estos jóvenes aprendan y luego pasen a hacer prácticas en bares o restaurantes, con idea de que obtengan un contrato final. La formación dura unos seis meses por norma general, y aunque calcula unos 30 o 40 jóvenes en cada promoción, aproximadamente la mitad logra terminarlo.

En realidad, el pistoletazo de salida a toda esta programación se dará en poco más de una semana: el 27 de septiembre, el Espacio Abierto Quinta de los Molinos arrancará el otoño con Siembra, una fiesta inaugural que utilizará el amplio parque que rodea al edificio. El jardín se convertirá durante todo el día en un área de actividades centradas en las artes plásticas, la expresión corporal o la música. Unos días antes, el 21 y 22 de septiembre (este mismo fin de semana), también se celebrará otro pequeño festival de literatura infantil o juvenil.

“Ya no solo somos un jardín con historia”, celebraba en el acto la delegada de Cultura, con una puntualización: “Que un lugar como el Espacio Abierto esté en este distrito prueba que Madrid no se acaba en el centro, sino que hay mucho por descubrir”, fue lo que señaló Rivera de la Cruz poco antes de dar paso a la presentación. De momento, el principal espacio de juegos y estimulación para los más pequeños o adolescentes mantendrá su línea habitual con algunas nuevas alteraciones, dando paso a una nueva etapa después del impass que dejó la dimisión de su antigua directora.