El Stolperstein del “futbolista de Mauthausen”, destrozado en las obras de la calle Don Quijote, será pronto repuesto

Recientemente, una lectora nos avisó de que no encontraba el Stolperstein –piedra en memoria de los deportados de concentración nazis– dedicado a Saturnino Navazo, en la tetuanera calle de Don Quijote. La calle fue objeto de reurbanización durante la segunda mitad de 2023 –por cierto, una obra criticada por los vecinos por no haber ampliado sus exiguas aceras– y temía que la renovación se la hubiera llevado por delante.

Y, efectivamente, es lo que sucedió. Mientras se estaba llevando a cabo la obra de la calle, alguien dio la voz de alarma en X (twitter). Isabel y Jesús, que se ocupan altruistamente de coordinar la colocación de las piedras en Madrid, se acercaron al lugar de autos, localizaron el nombre de la empresa concesionaria y pidieron explicaciones. La empresa se comprometió a pagar la nueva piedra y a reponerla en su lugar cuando estuviera lista. Este lunes, por fin, la nueva Stolperstein ha llegado, así que es de esperar que próximamente vuelva a ocupar una oquedad frente al portal del número 25 de la calle de Don Quijote.

No ha sido la última vez que los operarios han quitado una de las piedras doradas. El pasado 5 de febrero se colocó en el 150 del Paseo de Extremadura el Stolperstein definitivo en memoria de José Fontanet Moreno, asesinado en el campo de Gusen (en 2019 se había instalado una provisional). La nueva piedra no duró mucho en su lugar: al día siguiente comenzaron unas obras de renovación de la acera que la hicieron desparecer. Afortunadamente, en este caso la empresa la conserva en perfecto estado para reponerla cuando terminen los trabajos.

“Nos parece que hay falta de coordinación”, dice Isabel refiriéndose obviamente al Ayuntamiento y a las empresas concesionarias de las obras.

El adoquín de la memoria de Saturnino Navazo en la calle de Don Quijote fue colocado el 21 de mayo de 2021. Ese día, se instalaron ocho placas en el distrito de Tetuán. La peripecia de Navazo es ciertamente reseñable. Hijo de un panadero del barrio de Cuatro Caminos, se convirtió en estrella del Deportivo Nacional antes de la guerra. Sus habilidades con el balón le llevaron a organizar una liga de fútbol entre los internos del campo de Mauthausen. Después de la liberación, hizo pasar al joven judío Siegfried Meir, de once años, por su hijo.

La colocación de piedras de la memoria sigue a buen ritmo en nuestra ciudad. La semana pasada se aprobó la colocación de tres nuevas en el distrito de Chamberí, que se incrustarán a en la puerta del último domicilio conocido de los internos a mediados del mes de abril.