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Vallecas protesta contra la gestión sanitaria de Ayuso en una concentración sin presencia policial: “Más enfermeros y menos maderos”

Puños en alto durante las protestas contra la gestión sanitaria de Ayuso en Vallecas.

Víctor Honorato

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La primera semana de restricciones a la movilidad en el sur de Madrid ha terminado con nuevos actos de protesta en los barrios afectados, cuyos habitantes siguen clamando por la falta de personal en los centros sanitarios y quejándose por lo que consideran una discriminación contra las áreas más desfavorecidas de la Comunidad. En Vallecas, en torno a un millar de personas se han reunido ante la Asamblea de Madrid en una concentración muy crítica con la actuación de la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y la actuación policial. Carabanchel, Ciudad Lineal, Usera y Vicálvaro tenían también programadas concentraciones de protesta.

Después de que el pasado jueves se produjeran cargas policiales que se saldaron con varios detenidos, la protesta de este domingo se ha desarrollado sin incidentes. A la petición recurrente de más recursos para la sanidad pública se han sumado otras consignas, como “Más sanitarios y menos policía”, la variante “más enfermeros y menos maderos” o “Detenidos libertad”. En esta ocasión no ha habido presencia policial durante la hora y media que ha durado la concentración.

Los asistentes han ocupado los dos tramos de calzada y la zona verde central de la avenida de Pablo Neruda a la altura de la Asamblea Regional. Detrás de unos jóvenes con banderas de la II República, acompañando los cánticos con las palmas, estaba Manuel, un vecino del barrio de 56 años en situación de desempleo. “Las medidas que han tomado son discriminatorias”, se queja el hombre, que se declara muy afectado por las restricciones. “No es que no haya motivos, pero no somos los únicos”, apunta.

 “Es un agravio ser joven”, reflexiona al respecto María del Mar, de 60 años y de profesión limpiadora, que, pertrechada con un cazo y una cuchara, señala: “Los más precarios son los que primero hemos caído”. “Huelga general ya, Ayuso dimisión”, exigía una pancarta del Sindicato de Estudiantes. La presencia de jóvenes era muy numerosa y sus cánticos, los más beligerantes contra la Policía.

En el acto de protesta de Vallecas estaba también Nacho Revuelta, médico de familia en un centro de salud del barrio y crítico con que “se abandone a la población a su suerte y se la trate de cabeza de turco, cuando es víctima de la precariedad y los problemas de vivienda”. Revuelta advierte de que la llegada del invierno y las patologías propias de la temporada agravarán los problemas de la atención primaria e insiste en la necesidad de reforzar los servicios sanitarios. “La Comunidad de Madrid ha hecho una gestión lamentable”, censura, y critica que se pueda salir del domicilio para ir a trabajar pero no para ir al parque. “No tiene sentido”, opina. El médico pone como reciente ejemplo de la imprevisión gubernamental que los enfermos que guardan cola a las puertas de los centros de salud no tienen dónde guarecerse cuando llueve, como sucedió el jueves con el fuerte aguacero caído en la ciudad. “Han tenido mucho tiempo para planificar”, recuerda.

A pesar de las duras críticas vecinales, la manifestación ha tenido un cierto carácter festivo, ayudada quizás por el buen tiempo. Alrededor de las 13.30, un nutrido grupo ha decidido marchar hacia la Junta Municipal de Puente de Vallecas, a la que han llegado a través de la calle de Martínez de la Riva. A su paso, los coches acompañaban los cánticos con las bocinas y los vecinos se asomaban a las ventanas. La cabecera estaba formada principalmente por jóvenes, que han ido trufando crecientemente sus coros a favor de la sanidad con llamadas a la revolución y recordatorios sobre la tradición izquierdista del barrio. El paseo ha terminado ante el edificio de la junta pasadas las 14.20, sin apenas incidentes, si bien un chaval ha dado dos patadas a la puerta del edificio y otro ha trepado hasta una de las lámparas de la fachada. “Eh, eso no, subnormal”, les han reprochado a gritos los presentes. La protesta ha concluido cinco minutos después.

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