Una sanción, un expediente sancionador por interrumpir un acto institucional. Una veintena de bomberos de Salamanca se manifestó, por sorpresa, durante la inauguración de una torre del Parque de Bomberos. Y la reivindicación fue respondida de inmediato por el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, con mano dura. No podía permitir que se interrumpiera un acto institucional, como él ha reconocido cada vez que se le ha preguntado.
Pero los bomberos de Salamanca tampoco han podido reprimir su ira y su enfado porque el Ayuntamiento salmantino se gaste un millón de euros en reformar la torre de fuego, que sirve para que los bomberos se entrenen ante supuestos de fuego y de humo.
El acto institucional tuvo lugar el 13 de febrero. A él acudieron, además del alcalde de Salamanca y secretario regional del PP en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el consejero de Fomento, Antonio Silván, y el presidente de la Diputación salmantina, Javier Iglesias. En el momento en el que se procedía a iniciar el acto institucional, un grupo formado por entre 25 y 28 bomberos, entró al patio donde se celebraba la inauguración con una pancarta en la que se podía leer: “Torre despilfarro 1.034.000 €. Menos políticos. Más educación, sanidad y seguridad”. Las cámaras se volvieron hacia los manifestantes. Y en ese momento ningún medio hizo caso a los políticos.
La respuesta de Fernández Mañueco fue inmediata. Días después se conocía que se iba a expedientar a 16 de los 25 bomberos que participaron en ese acto reivindicativo. El alcalde salmantino no perdonó esa insubordinación. Días después justificó esa decisión con un “no fue el momento más adecuado”. Y es que, para él, “aunque hay libertad de expresión, un derecho constitucional, los bomberos interrumpieron un acto institucional”.
Carlos Zúñiga, representante del sindicato USO, reconoce a La Meseta que no se trató de un acto sindical, sino en el que “todos los bomberos” quisieron protestar por unas obras que han costado un millón de euros.
La torre es un lugar para la formación de los bomberos. Ahora bien, según Zúñiga, tal y como está “parece un parque temático malo”. Estas instalaciones se construyeron en 1995 y ahora se han reformado para “aumentar el potencial” de este parque, según dijo durante la inauguración el alcalde salamantino.
Pero el resultado de esas obras es, a juicio de los bomberos, una torre “que puede valer a bomberos no profesionales”, según explican fuentes de este parque, que prefieren guardar el anonimato.
Otros bomberos hablan de “chapuza” la realizada, sobre todo en el aspecto organizativo de las prácticas a realizar en esa torre. Carlos Zúñiga dice que es una “inversión bestial para los tiempos en los que nos encontramos” e insiste en que si es pionera es para el bombero “que nunca ha entrado en un fuego”.
Ahora, comienzan a sufrir las consecuencias de reventar un acto oficial. Y empiezan a recibir escritos en los que se les advierte de que son expedientados. Pero no se han quedado en eso. Todo lo contrario. Contraatacan. Y se han hecho una foto de familia, a las puertas del parque de bomberos, para incorporar a un escrito de firmas que reclama el apoyo a los expedientados. 84 bomberos han firmado, de los 95 que hay en Salamanca. Y 90 aparecen en la foto.
También han entregado un escrito de firmas en el que se solicita que “se archiven los expedientes disciplinarios abiertos a los dieciséis bomberos del parque de esa ciudad por entender que dichos expedientes han resultado aleatorios y, por tanto, injustos, que atentan contra la libertad de expresión y suponen una medida intimidatoria”.
En él se justifica la concentración en que se denunció “el despilfarro que implica dicha infraestructura y las limitaciones de su funcionamiento, mientras hay otras necesidades, tanto en el Cuerpo de Bomberos como en el resto de la sociedad”.
