Un día, durante una campaña electoral, el Sr. Rajoy se plantó en la puerta de la central nuclear y con su habitual contundencia afirmó: “Si yo gobierno, Garoña no cerrará”. Y resulta que ganó las elecciones y que gobierna, pero la central está cerrada y centenares de trabajadores están en la calle.
Cuando a un gobernante sólo le preocupan los votos, pasan estas cosas. Durante este último año y medio, hemos asistido a una ceremonia de la confusión inaudita. El PP se había puesto en manos de las grandes eléctricas con tanta entrega que ha intentado en varias ocasiones forzar la ley para permitir la prórroga de funcionamiento, ha presionado de forma intolerable al Consejo de Seguridad Nuclear y, ahora, pretende perdonarles impuestos para que su cuenta de resultados siga engordando.
Ya nadie sabe lo que pasará porque el principal logro del Gobierno en este asunto es conseguir que nadie crea ya que las decisiones en materia de energía nuclear las toma el ministro de Industria sino Endesa e Iberdrola. ¿Cederán al chantaje de las eléctricas o pensarán en los intereses generales?
Lo que sí sabemos es que Garoña no es segura tal como está porque si no el CSN no le hubiera pedido inversiones multimillonarias para poder continuar operando. Sabemos que centenares de trabajadores de empresas auxiliares están en la calle ya, sin que ninguno de los que tanto bramaban cuando esto era una hipótesis haga nada por ellos. Sabemos que el Gobierno ha firmado la orden de cese de actividad y que, por tanto, la central está cerrada desde el 6 de julio. Y sabemos que el PP ha afirmado que hará todo lo posible por contentar a sus amigos de las eléctricas.
La historia de Garoña también ha servido para confirmar otra cosa, que el PP de Burgos y de Castilla y León no pintan nada. Algo les escuchaban cuando no gobernaban en Madrid porque les venía bien un Gobierno autonómico que usara las instituciones para hacer oposición a Zapatero. Pero luego ni siquiera les escuchan. El propio Herrera ha reconocido que el ministro de Industria ni siquiera le ha llamado en todo este proceso y que ha habido una gran opacidad y falta de confianza. Ahora que no tenemos ni central ni plan alternativo no sé con qué cara van a ir los miembros del PP a la zona.
Porque mientras el Gobierno está entretenido con Garoña y busca la manera de que sus propietarios ganen más dinero, lo que también sabemos es que han suprimido las inversiones del plan alternativo y las subvenciones para la reindustrialización de la comarca. Sabemos eso y que el pasado viernes, otra vez, el Gobierno subió a todos los ciudadanos el recibo de la luz. Brillante.
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