Geólogos alertan en un informe de riesgo cancerígeno y tóxico en el Colegio Enrique Viviente de la Sierra Minera de Cartagena

Representantes del AMPA del Colegio de Educación Especial Enrique Viviente de Cartagena, en el municipio minero de La Unión, se han manifestado en la mañana de este viernes frente a las instalaciones educativas para reclamar -por enésima vez- soluciones para sus hijos, el profesorado y personal no docente que trabaja en el centro ante los altos niveles de concentración de metales pesados en las inmediaciones y que, según un estudio que se acaba de hacer público, entraña riesgos para su salud: “Los niveles de riesgo cancerígeno y tóxico para la salud humana quedan por encima de los límites de admisibilidad”, señala el informe de la empresa Basalto encargado por el Ayuntamiento de La Unión.

“¿Seguimos siendo alarmistas o ahora somos realistas?”, se pregunta Pedro Hoyos, presidente del AMPA. “Llevamos varios años con esta denuncia, con presiones de padres y profesores y ahora se ha demostrado que los niveles de contaminación son bastante preocupantes”. El colegio acoge en sus aulas a cerca de 70 niños con distintos grados de discapacidad, junto al personal docente y no docente.

No es el único colegio, también el IES Sierra Minera, situado en las inmediaciones está afectado por la misma problemática, aunque la Comunidad autónoma realizó actuaciones de impermeabilización y sellado hace unos meses.

Según el informe de la empresa Basalto, encargado por el Ayuntamiento y firmado por dos geólogos el 29 de mayo, los niveles de riesgo cancerígeno y tóxico para la salud humana en el Enrique Viviente quedan por encima de los límites de admisibilidad para el caso de la exposición directa al suelo; mientras que la vía de exposición al aire exterior indica un riesgo cancerígeno ligeramente superior al admisible. Este riesgo -apunta el informe- se debe, fundamentalmente, a la concentración de arsénico.

“En La Unión todos conocemos el problema que hay, es un entorno minero y ya no es cuestión de encontrar culpables sino de buscar soluciones entre todas las administraciones competentes”, ha dicho a eldiario.es Región de Murcia el alcalde La Unión, Pedro López, tras reunirse este viernes con el subdirector general de Educación para abordar esta problemática medioambiental.

Más niveles de metales que en otras Comunidades

Los resultados del informe se han comparado con los Niveles Genéricos de Referencia (NGR) para la protección de la salud humana que existen en esa zona así como en otros puntos de España próximos al ámbito de estudio como los NGR de Cataluña, Madrid, Aragón, Andalucía y País Vasco.

Y se han observado concentraciones que exceden 100 veces o más el NGR de la Región de Murcia para el plomo. Además del plomo, la presencia de arsénico y el zinc ha superado los NGR de todas las comunidades autónomas comparadas.

El informe, continúa el alcalde, “habla de un riesgo moderado de contaminación por metales pesados y los padres quieren una actuación ya no solo en el colegio sino en todo el entorno”. Por lo que el primer edil va a solicitar una reunión con la Dirección General de Minas, la de Medio Ambiente, Educación y Ayuntamiento “para ver qué medidas se pueden implementar”.

Mientras desde la Consejería de Medio Ambiente apuntan a que las competencias de actuación son municipales, el Consistorio recuerda que está vigente el Plan de Recuperación Ambiental de los Suelos Afectados por la Minería de la Región de Murcia (PRASAM) y no entiende cómo todavía no han empezado los trabajos en La Unión.

Desde la Consejería de Medio Ambiente han explicado a este medio que si el informe es correcto se pasará a la redacción y ejecución del proyecto de eliminación de riesgos y deberá mantenerse -como también solicita el alcalde- una reunión entre Medio Ambiente, el Ayuntamiento y Educación para analizarlo

La denuncia de toxicidad en este entorno ha estado apoyada siempre por el edafólogo, geólogo y doctor en Minería y Desarrollo Sostenible, José Matías Peñas Castejón, que ha solicitado esta semana una petición ante el juzgado para precintar el centro.

Medidas correctivas

El informe de Basalto concluye que es “necesario” adoptar medidas correctivas que eviten que se produzca contacto directo con el suelo por parte de los receptores ya sea por contacto dérmico o ingesta involuntaria. Y propone disponer una solera de hormigón en toda la superficie expuesta del centro y reparar grietas y fisuras.

“Esto se sabe desde hace mucho tiempo -se queja Pedro Hoyos en representación del AMPA- y las distintas administraciones se pasan la pelota unas a otras”.

El estudio lo ha encargado el Ayuntamiento pero tras un requerimiento del director general de Medio Ambiente de la Comunidad autónoma. El documento se basa en los resultados de toma de muestras realizadas el pasado 24 de abril de 2020 para determinar la presencia de contaminantes, especialmente metales, en concentraciones anormalmente elevadas que pudieran generar riesgos en la salud de alumnos, maestros y otros trabajadores.

La parcela se encuentra en una zona en la que se ha desarrollado tradicionalmente actividad minera y el centro, construido en los años 80, está próximo a los depósitos de residuos de la antigua fundición de plomo El Porvenir. Los depósitos alcanzan hasta los 10 metros, indica el informe, y son estas acumulaciones y el propio suelo sobre el que se asienta el colegio lo que el estudio de Basalto ha considerado como fuentes potenciales de contaminación.

Todos estos residuos contribuyen “a diario” a la contaminación de las instalaciones educativas “a las que acuden nuestros hijos e hijas” bien sea por la dispersión de los contaminantes vía eólica o bien sea por los lixiviados de aguas ácidas y escorrentías que arrastran estos residuos peligrosos “que contienen sustancias peligrosas cancerígenas y neurotóxicas entre las que se encuentran el arsénico, el cadmio, el plomo y el zinc, además de otras potencialmente radiactivas como el uranio y torio”, señala el AMPA en un comunicado.

Todas estas sustancias dan lugar a que se genere un medio ambiente “peligroso” para el normal desarrollo de los niños, “vulnerándose sus derechos fundamentales entre los que se destaca el de la vida”.

Según su comunicado, “se han detectado casos de cáncer que pueden estar en consonancia con las elevadas concentraciones de arsénico halladas en los suelos del colegio en el polvo en suspensión que transporta el aire y es inhalado por los menores”.

Y exigen la adopción de medidas urgentes, señala Pedro Hoyos: “Pediríamos colegio nuevo, pero como es imposible al menos queremos que que se encarguen de hormigonar el patio y poner ventanas nuevas, así como eliminar los residuos tóxicos que están en el perímetro”.