Región de Murcia Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
La reivindicación de salarios más altos y menos jornada marca el Primero de Mayo
A tres metros del abuelo tras años buscándole: familias visitan las Cuelgamuros
Análisis - Sánchez, ¿acicate o lastre para Illa? Por Neus Tomàs

Ética para Fernando (es urgente)

0

No había necesidad de regar el jardín en el que Fernando Savater se ha zambullido con la despreocupación del que sabe que hablar es gratis. Sin embargo vamos allá.

La cuestión de Meloni se podía abordar desde diferentes ángulos. Podría verse como un agotamiento del sistema democrático, como una respuesta reaccionaria al trepidante comienzo de la década. Incluso limitarse a comentarlo desde la woke position citando el Bella Ciao y una o dos frases de La Raíz. Todo suma. Sin embargo, la delgada línea que separa al tonto útil del equidistante cínico se aprecia cada vez menos, y las diferencias entre ambos son cada vez más confusos. Las viejas glorias de los años ochenta y noventa, ahora andropáusicos y desgastados columnistas VIP de medios de comunicación pseudo progresistas, comienzan a remar hacia atrás, atemorizados por un futuro en el que ya no tienen hueco.

Ay, Fernando. Los filósofos y las paradojas.

Los profesores de ética y las columnas de opinión poniendo a la misma altura a Garzón y a Orbán. Que no puede ser peor que el ministerio de Igualdad.

Jamás entenderé las filigranas, malabares, filfas y volteretas argumentales de algunos para no reconocer que les excitan los desfiles militares y la idiosincrasia fascista. A cada uno con sus fetiches.

Ser columnista implica, como le ocurría a veces a Javier Marías, dar opiniones que no gustan a nadie y que nadie ha pedido. Pero usted no es Javier Marías. Podría haberlo sido, o podría serlo, pero no lo es. El siglo XX y su tumulto de voces autorizadas está envejeciendo muy mal y cada vez son más los intelectuales aburguesados que abrazan o relativizan ideas reaccionarias. Al nivel de Ramoncín. Pero al menos Ramoncín ha tocado en Viñarock.

Las sombras del fascismo se ciernen sobre Europa de nuevo. Y qué pereza, de verdad.

No había necesidad de regar el jardín en el que Fernando Savater se ha zambullido con la despreocupación del que sabe que hablar es gratis. Sin embargo vamos allá.

La cuestión de Meloni se podía abordar desde diferentes ángulos. Podría verse como un agotamiento del sistema democrático, como una respuesta reaccionaria al trepidante comienzo de la década. Incluso limitarse a comentarlo desde la woke position citando el Bella Ciao y una o dos frases de La Raíz. Todo suma. Sin embargo, la delgada línea que separa al tonto útil del equidistante cínico se aprecia cada vez menos, y las diferencias entre ambos son cada vez más confusos. Las viejas glorias de los años ochenta y noventa, ahora andropáusicos y desgastados columnistas VIP de medios de comunicación pseudo progresistas, comienzan a remar hacia atrás, atemorizados por un futuro en el que ya no tienen hueco.